Polic¨ªa

Durante al menos dos generaciones, el apellido Garc¨ªa-Valdecasas no ser¨¢ el m¨¢s adecuado para ejercer en Catalu?a cargos p¨²blicos de control social que impliquen velar por el orden universitario. Y es que el rector Garc¨ªa-Valdecasas dej¨® el list¨®n represivo muy alto. A¨²n le recuerdo como severa vanguardia civil respaldado por el secretario Lin¨¦s, y tras ellos la carga de una polic¨ªa brutal y los juicios por rebeli¨®n militar por equiparaci¨®n o del Tribunal de Orden P¨²blico. A veces ibas a una manifestaci¨®n y Garc¨ªa-Valdecasas y sus c¨®mplices hist¨®ricos consegu¨ªan que tardaras dos, tres, cuatro a?os en volver a casa.Como es l¨®gico, la actual delegada del Gobierno en Catalu?a, do?a Julia Garc¨ªa-Valdecasas, defiende la actuaci¨®n policial en la carga contra los estudiantes de la Aut¨®noma, pero cualquiera que haya vivido o visto filmada esa carga lo tendr¨¢ muy dif¨ªcil para asumir esa defensa. Hab¨ªa ganas de dar palos y de tirar pelotas de goma al cuerpo, y esas ganas no hay que atribuirlas, salvo casos enfermizos, a los guardias, sino a los que les dieron la orden de aplicar un determinado nivel represivo. Para respetar el lenguaje convencional vigente, pod¨ªan haber dado palos de baja intensidad o palos de alta intensidad. El ministro Piqu¨¦, que fue estudiante manifestante comunista antes que gran esperanza blanca de la derecha catalana, ha adecuado su metabolismo a la nueva situaci¨®n hist¨®rica, ha adelgazado, est¨¢ m¨¢s guapo y ha justificado los palos, pero m¨¢s dif¨ªcil que ¨¦l lo tendr¨¢ Mayor Oreja cuando tenga que justificar este ramalazo de violencia fascistoide. Recuerde el alma dormida a aquellos ministros del Interior del inmediato pasado que pusieron la mano en el fuego como prueba de que sus funcionarios no violaban los derechos humanos. Ah¨ª y as¨ª est¨¢n los se?ores Barrionuevo y Corcuera. Mancos para siempre.