Vuelve el enfrentamiento entre chilenos al pie del Big Ben

Chilenos fascistas y antifascistas confundieron ayer sus voces frente a la C¨¢mara de los Lores, justo al pie del Big Ben, en un reclamo com¨²n desde dos bandos diferentes: "Justicia, justicia, queremos justicia". Ambos se desga?itaban ante la serena mirada de los polic¨ªas que custodiaban el entorno de Westminster, donde hac¨ªa una rara e inesperada ma?ana de sol. Silenciosos, unos turistas japoneses sacaban fotos a los manifestantes. "Por favor, ?me podr¨ªa decir qui¨¦nes est¨¢n a favor y qui¨¦nes en contra de Pinochet?", pregunt¨® t¨ªmidamente una japonesa, c¨¢mara en mano, que contemplaba el ruidoso espect¨¢culo a las puertas del m¨¢ximo tribunal brit¨¢nico. Su confusi¨®n era comprensible. Hubo que explicarle r¨¢pidamente que aquel concepto era considerablemente complicado y dispar y, como pocos en Londres entienden el castellano, mucho menos los sesgos del lenguage chileno en su alborotado tr¨¢nsito de lo picaresco a lo vulgar, se perdi¨® todas las andanadas verbales que anti y propinochetistas desencadenaron con furia en un pa¨ªs donde, por ley, lanzar ciertas imprecaciones en p¨²blico constituye un delito.Para ventaja de los adversarios chilenos que se han congregado en Londres, los polic¨ªas ingleses tampoco hablan una palabra del lenguaje al que ambos bandos recurrieron ayer para poner ¨¦nfasis a sus respectivas causas.

"?A los lores me los paso por la raja!", gritaba una rubia y atractiva joven chilena, reci¨¦n llegada de Santiago, y que dijo llamarse Erika. Su aspecto peque?o-burgu¨¦s -falda larga, un impermeable caro, aretes de verdad y peinado de peluquer¨ªa- contrastaba con los escopetazos verbales que repart¨ªa a mansalva. Pronto retom¨® la iniciativa con otra consigna que los chilenos de derechas (transportados hasta Londres con la ayuda econ¨®mica de la Fundaci¨®n Pinochet) siguieron puntualmente. "Garz¨®n, Garz¨®n, eres un maric¨®n" y "Los lores, los lores que se vayan a operarse de la pr¨®stata".

"Pino-shit"

Al otro lado de la calle, los antipinochetistas, que tambien han cambiado su repertorio. Es menos tradicional que aquello de que el pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido. "Pino-shit" (Pino-mierda) se le¨ªa en algunos carteles. En ese mont¨®n, una chica de veintitantos se puso una m¨¢scara de Margaret Thatcher, la amiga de Pinochet, y sus movimientos no eran muy decorosos ante otro disfrazado de general, la mirada enfurecida y el pecho urbanizado por condecoraciones nazis.Arrim¨¢ndose a uno de los m¨²ltiples corrillos, una elegante sesentona inglesa tuvo su primera lecci¨®n de espa?ol. Toda vez que o¨ªa el nombre de Pinochet, ella aportaba, sin rima alguna, el grito de "hijou di puta".