El Consejo Judicial, alarmado por la indulgencia con jueces de poco rendimiento
Sectores de la judicatura progresista ven "una barbaridad" reponer al juez expulsado por retraso
En el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ha dictado una quincena de sanciones contra jueces por retraso, el caso Lizasoain ha ca¨ªdo como una bomba. "La sentencia es una barbaridad", afirma un vocal del sector minoritario, que no puede aparecer p¨²blicamente criticando una sentencia del Supremo. "Estamos muy preocupados, porque no se pueden ejercer funciones disciplinarias si contra eso se une la protecci¨®n al colega, el corporativismo. Frente a un juez vago, cabe plantearse si son los jueces los que deben cancelar las sanciones a sus pares, pero hay que seguir actuando"."En el Consejo procuramos pasar por alto algunos casos en que un error no intencionado pueda producir una paralizaci¨®n. Pero los casos que sancionamos est¨¢n por debajo de los m¨®dulos de productividad", a?ade la fuente.
?C¨®mo fue posible un caso como el del juez Lizasoain? Todas las fuentes consultadas coinciden en que fue un caso especial, casi patol¨®gico. Abogado de profesi¨®n, Lizasoain perteneci¨® a la asesor¨ªa jur¨ªdica de Rumasa, y tras la expropiaci¨®n accedi¨® a la judicatura por el cuarto turno, por el que ingresan directamente los juristas de "reconocida competencia". Sin ser juez de carrera, tras un corto periplo en Vitoria, fue destinado al Juzgado de Legan¨¦s n¨²mero 1, en el que estuvo alrededor de tres a?os.
Juicios sin sentencia
"El juzgado, ya de por s¨ª sobrecargado, lo hundi¨®, lo dej¨® roto, destrozado", afirma uno de los tres jueces de apoyo que tuvieron que dedicarse a ponerlo al d¨ªa, durante los siguientes tres a?os. Mario Pestana, juez de instrucci¨®n n¨²mero 9 de Madrid, tiene grabada la cifra de las 425 apelaciones de juicios de faltas que Lizasoain celebr¨® sin poner despu¨¦s la sentencia. Hubo que anular todos los juicios y volverlos a celebrar de nuevo. Tambi¨¦n ten¨ªa entre 300 o 400 asuntos matrimoniales pendientes de resolver, y cuando lo cogi¨®, el juzgado era "un caos total". Sin embargo, este juez recuerda que los funcionarios, en cuanto se les dio confianza, hicieron un trabajo "incre¨ªble" hasta sacar el juzgado adelante.Pestana no coincidi¨® nunca con el juez al que sustituy¨®, pero otros magistrados y funcionarios que estuvieron entonces en Legan¨¦s coinciden en que Lizasoain se pasaba la vida en el juzgado, al que acud¨ªa incluso los domingos. "Ten¨ªa una vocaci¨®n casi sacerdotal, era siempre el primero en llegar y el ¨²ltimo en marcharse". "Madruga mucho para tener m¨¢s tiempo de no hacer nada", comentaba con sorna uno de sus antiguos colegas de Legan¨¦s.
"Lo peor era que ni resolv¨ªa, ni dejaba trabajar. Encerraba los expedientes en su despacho, pero, incapaz de tomar decisiones, de poner sentencias, hac¨ªa el trabajo que no le correspond¨ªa, el del personal auxiliar y el de los agentes". "Escrib¨ªa de su pu?o y letra centenares de citaciones a la polic¨ªa, de oficios, compraba el papel de pagos, llevaba el libro de consignaciones". Entre su personal y sus colegas pasaba por ser un mani¨¢tico: "Le quitaba las solapas a los sobres del correo y escrib¨ªa ah¨ª las minutas. O era capaz de obligar a una funcionaria a desgrapar miles de folios si, a su entender, las grapas del expediente no estaban a la distancia adecuada del borde de las hojas".
Uno de los vocales del anterior CGPJ, que firm¨® su expulsi¨®n de la carrera, le recuerda como el t¨ªpico caso de "bloqueo total": "No sab¨ªa ni qu¨¦ hacer, era un horror. Era como si a m¨ª, magistrado, me meten en una nave espacial y me dicen que la haga funcionar. No sabr¨ªa ni qu¨¦ hacer. Pues Lizasoain, igual".
Este peri¨®dico intent¨® ponerse ayer en contacto con el juez Lizasoain, pero en su domicilio indicaron que se encontraba de viaje desde hac¨ªa m¨¢s de una semana y no hab¨ªa dicho cu¨¢ndo iba a volver.
Mensaje devastador
"La sentencia del Supremo contiene un mensaje devastador", seg¨²n un magistrado de Jueces para la Democracia, ¨²nica asociaci¨®n que la ha criticado sin paliativos. "Viene a decir que, incluso en los casos l¨ªmite, el sistema funciona como en esa sentencia, que con una peque?a suspensi¨®n basta".El ponente de la sentencia, Vicente Conde Mart¨ªn de Hijas, una de las figuras m¨¢s renombradas de la conservadora Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura y designado magistrado constitucional a instancias del PP, pasa por ser el m¨¢ximo especialista en este tipo de revocaciones. Hace apenas unos meses, otra ponencia suya anul¨® la suspensi¨®n por un a?o a otro juez que ten¨ªa pendientes de dictar nada menos que 776 sentencias. El juez padec¨ªa una depresi¨®n, y el tribunal entendi¨® que, en tal caso, el retraso estaba justificado.
A punto estuvo tambi¨¦n Mart¨ªn de Hijas de conseguir revocar la expulsi¨®n por un a?o del c¨¦lebre juez de la Audiencia Nacional Miguel Moreiras y dejar en una simple multa de 100.000 pesetas la revelaci¨®n a un peri¨®dico de datos del sumario de Banesto. Esta vez, sin embargo, los otros magistrados no le secundaron y Mart¨ªn de Hijas tuvo que conformarse con presentar un elaborad¨ªsimo voto discrepante, tres veces m¨¢s largo que la sentencia.
Los ¨²ltimos expedientes
La expulsi¨®n del juez Lizoasain tuvo lugar en el a?o 1991 y la sentencia del Supremo es de finales de 1998. Es decir, el Supremo ha tardado m¨¢s de siete a?os para resolver un recurso contra una expulsi¨®n por retraso, lo que ya de por s¨ª da idea del concepto de retraso que tienen los propios magistrados del Tribunal Supremo.Gracias a esa agilidad, el contribuyente tendr¨¢ que costear el sueldo del magistrados durante todo ese tiempo -unos 50 millones, deducido el a?o de suspensi¨®n a que la sanci¨®n ha quedado reducida- en vez de tener que pagarle unas vacaciones menos dilatadas.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tiene motivos para estar preocupado, a la vista del rumbo que est¨¢n tomando las sanciones que impusieron los vocales del anterior. Las sanciones por retraso m¨¢s graves de las ¨²ltimamente impuestas son las siguientes:
-Un a?o de suspensi¨®n al juez de lo social de Ceuta ?lvaro Espinosa.
-Un a?o de suspensi¨®n a la juez de Roquetas (Almer¨ªa) Isabel Oliva.
-Un a?o y medio de suspensi¨®n al juez Manuel Buitrago, de Jerez de la Frontera.
-Un a?o y medio de suspensi¨®n a la juez de Co¨ªn ?gueda Gonz¨¢lez.
-Un a?o de suspensi¨®n al juez de Primera Instancia de Madrid Juan Antonio Gil Crespo.
-Un a?o de suspensi¨®n al juez de Primera Instancia de Barcelona Jes¨²s Fuertes Bol¨ªn. Este mismo juez tiene otras dos sanciones de un a?o de expulsi¨®n cada una, ya como magistrado de Girona.
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