Una nueva etapa para la banca y la industria
El autor reflexiona sobre las implicaciones de la fusi¨®n del Banco Santander y el BCH y destaca que se perilla una pugna a tres por el control de los sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa, entre el futuro BSCH, el BBV y La Caixa.
Con la fusi¨®n de los bancos Santander y Central Hispano comienza una nueva etapa de profundas transformaciones en la estructura del sector bancario y en la distribuci¨®n del poder de los bancos sobre las principales compa?¨ªas industriales y de servicios del pa¨ªs. Esta fusi¨®n y las eventuales que la sucedan pueden aumentar considerablemente el nivel de concentraci¨®n bancaria y dar paso a una estructura oligopolista, con un n¨²cleo constituido por dos grandes bancos y dos grandes cajas de ahorro.
Este nuevo proceso de fusiones se justifica, en el contexto de la globalizaci¨®n y de la construcci¨®n de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria europea, por la escasa dimensi¨®n relativa que a¨²n tienen los bancos espa?oles en el ¨¢mbito internacional. Hasta ahora; entre las 100 mayores entidades crediticias del mundo s¨®lo figuraban tres espa?olas y la primera ocupaba el puesto n¨²mero 40, mientras que entre las 100 mayores de Europa aparec¨ªan siete y la primera se situaba en el 21¡ã lugar. El nuevo BSCH ya dispone de una dimensi¨®n equivalente a la de los grandes bancos europeos, por lo que su tama?o no debe constituir un obst¨¢culo para aspirar al desarrollo de operaciones ambiciosas en ¨¦l ¨¢rea.
Tambi¨¦n ser¨ªa conveniente que, adem¨¢s, se vayan produciendo actuaciones entre peque?as y medianas entidades —sobre todo entre cajas de ahorro— para as¨ª aumentar su tama?o medio, que es bajo con relaci¨®n a los par¨¢metros europeos, y, a la vez, reducir el elevado grado de minifundismo que a¨²n padece el sector.
La mayor concentraci¨®n, que con ello puede experimentar el sistema financiero entra?a riesgos de que se resienta la competencia, y aunque la liberalizaci¨®n que se ha producido en los ¨²ltimos a?os y la competencia exterior puedan parecer contrapunto y salvaguardia suficientes para no temer nada sobre este aspecto, debe extremarse, no obstante, la vigilancia para evitar que broten acuerdos o pactos de colusi¨®n. En donde se advierten signos que acreditan una inmediata preocupaci¨®n es en las modificaciones que ocasionar¨¢n las fusiones en la composici¨®n de los grupos industriales de los bancos. Dado que en los ¨²ltimos a?os cada uno de los grandes bancos ha seguido estrategias diferenciadas e incluso enfrentadas en esta materia, las fusiones entre ellos pueden hacer que coincidan en un mismo grupo inversiones financieras en compa?¨ªas que compiten en un mismo sector. Algunas de estas participaciones resultar¨¢n incompatibles con la legislaci¨®n vigente, pero otras bordear¨¢n la frontera de la norma y comportar¨¢n riesgos que ser¨ªa preciso evitarles a los accionistas.
Las fusiones tambi¨¦n originar¨¢n cambios en el grado de control relativo de los, bancos sobre sus empresas participadas y alterar¨¢n el actual reparto y equilibrio de poderes en las compa?¨ªas m¨¢s significativas del pa¨ªs. Estas variaciones pueden ser particularmente importantes en los sectores de telecomunicaci¨®n y energ¨ªa y en una actividad de singular sensibilidad pol¨ªtica como es la de los medios de comunicaci¨®n.
El Banco de Santander no ha estado interesado en los ¨²ltimos a?os en mantener un grupo industrial estable. Sus inversiones financieras han sido temporales y encaminadas fundamentalmente a la obtenci¨®n de plusval¨ªas en el corto o mediano plazo. No se ha implicado en los n¨²cleos estables y ni siquiera ha nombrado representantes en los consejos de administraci¨®n de las empresas en las que participaba accionarialmente, El ¨²nico sector en el que se manifest¨® comprometido ha sido el de las telecomunicaciones, pero ah¨ª, precisamente, dispone de inversiones en empresas que rivalizan en las que posee el Central Hispano. De cara al futuro, ha declarado un cambio en su estrategia al anunciar que su pol¨ªtica industrial ser¨¢ una continuidad de la que ven¨ªa desarrollando el BCH. Si esto fuera as¨ª, la pugna por el control de los sectores estrat¨¦gicamente m¨¢s importantes de nuestra econom¨ªa se solventar¨¢ entre tres grandes grupos bancarios —el BSCH, el BBV y La Caixa— que son los que ocupan las tres primeras posiciones del ranking financiero.
El nacimiento del BSCH no s¨®lo es importante por el avance que supone para el Banco Santander en su escalada hacia el liderazgo del sector, sino tambi¨¦n por el efecto colateral que causa sobre su principal competidor, el BBV, al estrecharle el abanico de opciones mediante las cuales puede recuperar la posici¨®n perdida. Con esta operaci¨®n, el banco de la familia Bot¨ªn ha dado una nueva muestra de su sagacidad estrat¨¦gica, que comenz¨® poniendo de manifiesto hace una d¨¦cada al desencadenar la denominada guerra de las supercuentas o del pasivo, que puso fin al statu quo bancario.
Los griegos utilizaban dos concepciones del tiempo: el cronos, que es la interpretaci¨®n que hemos he redado nosotros y que se refiere al tiempo lineal, y el kair¨®s, que es algo as¨ª como el tiempo de oportunidad, y que es el que parecen gestionar magistralmente 'los dirigentes del banco c¨¢ntabro. Hace algo m¨¢s de un mes, el consejero-delegado del BBV anunciaba la conveniencia de que los grandes bancos espa?oles recurriesen a las fusiones para afrontar el reto europeo e inmediatamente despu¨¦s el presidente del Santander declaraba su desinter¨¦s por participar en dicho proceso. Ahora hemos observado que mientras el primero estuvo pendiente de la brida, el segundo atend¨ªa al caballo.
La estructura actual del sector bancario no es pr¨®diga en las opciones que pueden permitir al BBV reforzar su posici¨®n de manera significativa en el mercado nacional y aspirar de nuevo a competir por el liderazgo. El grupo BSCH —matrices y filiales— dispone de una cuota de mercado en el conjunto del sistema financiero —bancos y cajas de ahorro— que sobrepasa el 20%, tanto en recursos de clientes como en inversiones crediticias. El BBV posee participaciones en ambos ep¨ªgrafes cercanas al 11%, Argentaria, tercero en el ranking, participa en el 6, 5% de los recursos de clientes y en el 11% de las inversiones crediticias. Por ¨²ltimo, el Popular, uno de los tradicionales grandes bancos, ha quedado rezagado en los ¨²ltimos a?os a posiciones m¨¢s cercanas a la de los medianos y dispone de algo m¨¢s del 3% de los dep¨®sitos y casi el 4% de los cr¨¦ditos.
Con esta estructura, el BBV necesitar¨ªa efectuar una doble fusi¨®n con Argentar¨ªa y el Popular para lograr una dimensi¨®n equiparable a la de BSCH, y como m¨ªnimo precisar¨ªa una fusi¨®n con el primero para que la diferencia de tama?o no fuese abultada. Esta situaci¨®n otorga a los accionistas de Argentar¨ªa y, en segundo t¨¦rmino, al Gobierno (recu¨¦rdese que al privatizar se reserv¨® una golden share que le da el derecho de autorizar la compra de un paquete de acciones superior al 10%) la llave de la puerta que obstruye o franquea el paso a la eventual aspiraci¨®n del banco vasco a alcanzar el liderazgo de la banca espa?ola.
Al BBV a¨²n le queda, no obstante, una alternativa m¨¢s, involucrarse en una operaci¨®n internacional que, en definitiva, no su pondr¨ªa m¨¢s que adelantar el futuro.
Julio Arg¨¹elles es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa de Madrid.
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