Un extremista de estilo discreto

Bajo su estilo discreto, nada amigo de las declaraciones estruendosas, descarnadamente xen¨®fobas, que tantos disgustos judiciales le cuestan a Jean-Marie Le Pen y que escandalizan a los entornos electorales del Frente Nacional, Bruno M¨¦gret es un aut¨¦ntico extremista que comparte con su antiguo jefe el n¨²cleo de las tesis racistas.En 1996, M¨¦gret proclam¨® abiertamente en la universidad de verano de su partido "la necesidad de ser conscientes de la superioridad de la civilizaci¨®n europea". El te¨®rico del FN, autor del discurso ideol¨®gico del partido, no ha cambiado de opini¨®n por mucho que en los ¨²ltimos tiempos haya evitado incurrir en ofensas gratuitas para no irritar a esos sectores de la derecha dura que trata de atraer hacia su campo.

Sin carisma personal, ni atractivo f¨ªsico, este hombre peque?o, de apariencia vulgar, educado en la elitista escuela Polit¨¦cnica, ha sabido remover los cimientos del aparato del partido sobre los que se asentaba el hasta ahora l¨ªder indiscutible Jean-Marie Le Pen y arrastrar en torno a su figura a todos aquellos que comparten la ambici¨®n de llegar un d¨ªa a gobernar Francia.

El exitoso experimento de la alianza con la derecha regionalista, que trajo consigo la ruptura de la UDF (Uni¨®n para la Democracia Francesa) y llev¨® al conjunto de los conservadores a una crisis de la que todav¨ªa no se han restablecido, fue la prueba que acab¨® de convencer a muchos de sus correligionarios sobre lo fundado de sus tesis.

Superar el aislamiento pol¨ªtico a que les somete el sistema, desbordar el techo electoral del 15% y llegar al poder exige, sostiene M¨¦gret, establecer alianzas con la derecha democr¨¢tica. El antiguo lugarteniente de Le Pen pretende jugar a la francesa la carta que Gianfranco Fini ha jugado en Italia, y tiene para ello a su favor el ascenso de la xenofobia. A sus 49 a?os, el introvertido Bruno M¨¦gret conoce bien el funcionamiento del sistema, puesto que trabaj¨® en diversas instancias administrativas y form¨® parte entre 1979 y 1991 del gabinete del ministro para la Cooperaci¨®n, Robert Galley, en el Gobierno del RPR, el primer partido de la derecha.