Sesi¨®n de v¨ªdeo en el Senado
EEUU acoge con indiferencia las primeras im¨¢genes de las declaraciones de Monica Lewinsky sobre su relaci¨®n con Bill Clinton
Los republicanos metieron ayer un gol de consolaci¨®n en Washington. Como Bill Clinton parece que va a salir indemne (al menos en lo legal) de los cargos de impeachment, los congresistas que le acusan de perjurio y obstrucci¨®n de la justicia realizaron un pase especial matutino del video de Monica Lewinsky grabado el lunes, a fin de presentar otra vez la evidencia de la forma m¨¢s did¨¢ctica, cristalina y perjudicial para el prestigio personal del presidente. Estuvieron en la sala de montaje toda la noche anterior para que a las diez de la ma?ana todo el mundo pudiera ver por primera vez a la ex-becaria hablar sobre su relaci¨®n con Clinton. "Si se hubiera quedado en eso, no estar¨ªamos aqu¨ª", dijo el diputado James Rogan. "Pero fue a peor". Las im¨¢genes de Monica Lewinsky muestran a una mujer madura, concisa en su lenguaje y segura de lo que hizo. Sus palabras, como ya se sab¨ªa, no inculpan directamente a Clinton y el v¨ªdeo no tiene ninguna consecuencia legal en el proceso. Pero al retransmitirse intercalado con im¨¢genes del presidente neg¨¢ndolo todo, al menos daba dentera.
El p¨²blico americano ha demostrado que sus reservas de paciencia con este tema se han agotado hace tiempo. Pero ayer a las puertas del Senado hab¨ªa una larga cola de turistas y curiosos que quer¨ªan asistir desde la galer¨ªa a este ins¨®lito estreno convocado por la mayor¨ªa republicana de la C¨¢mara alta. Se les advert¨ªa que deb¨ªan permanecer en silencio, pues el pasado jueves en medio de una votaci¨®n un espectador grit¨® "?acaben ya con esto de una vez!" y fue expulsado.
La sesi¨®n de ayer tambi¨¦n tuvo un pr¨®logo bastante ins¨®lito. El funcionario que lee en voz alta los votos de los senadores en el presente juicio se hab¨ªa matado en un accidente de circulaci¨®n la noche anterior, y la plegaria habitual estuvo dedicada a ¨¦l y a su esposa, que result¨® gravemente herida en el incidente.
Despu¨¦s de ese instante de conciliaci¨®n, los republicanos sacaron las u?as. James Rogan es, seg¨²n muchos columnistas y observadores, uno de los representantes del pueblo cuyo peinado deber¨ªa ser motivo de impeachment. Los otros son Trent Lott y Tom Daschle, l¨ªderes republicano y dem¨®crata en el Senado respectivamente: nadie sabe qu¨¦ hacen con su pelo al levantarse cada ma?ana. Pero con una solemnidad impresionante, Rogan abri¨® ayer la sesi¨®n diciendo que todo el mundo ten¨ªa que escuchar por s¨ª mismo "a la persona cuya vida ha sido marcada para siempre por el hombre m¨¢s poderoso de la tierra."
En un interrogatorio que recuerda el casting de una serie de televisi¨®n, Lewinsky apareci¨® con collar de perlas en el escote de su chaqueta morada y con un peinado que enmarcaba r¨ªgidamente su rostro maquillado. Sus palabras se intercalaron con otros fragmentos de v¨ªdeo: del amigo y confidente presidencial Vernon Jordan y del asesor Sidney Blumenthal, as¨ª como del propio presidente en sus declaraciones juradas de 1997 y 1998.
"La vida consiste en hacer una serie de elecciones", dijo Rogan, resaltando que el juicio no es por adulterio. "Clinton quiere disfrutarlas todas a la vez y no aceptar ninguna consecuencia". El diputado Asa Hutchinson tom¨® entonces la palabra y puso dos fragmentos: primero Clinton diciendo en el juicio de Paula Jones que no sab¨ªa por qu¨¦ Vernon Jordan se hab¨ªa reunido con Lewinsky, y luego el propio Jordan declarando (el pasado martes) que no le cab¨ªa duda de que estaba "actuando en nombre del presidente para conseguirle un trabajo" . En la tarde de ayer, estaba previsto que los abogados de Bill Clinton, encabezados por David Kendall, mostraran a la c¨¢mara su propio montaje de los videos de Lewinsky: su selecci¨®n de im¨¢genes (puesto que ah¨ª est¨¢ la clave) iba a ser, sin duda, mucho m¨¢s favorable para el presidente.
El caso es que a nadie le importa ya si Clinton intent¨® que Lewinsky escondiera unos regalos, o que rompiera unas cartas que ella todav¨ªa no le hab¨ªa enviado, o incluso que dijera tal o cual cosa sobre su relaci¨®n en el juicio de Paula Jones. Y eso que ayer todo el mundo pudo ver a Lewinsky diciendo que, de sus conversaciones telef¨®nicas con Clinton, le hab¨ªa quedado claro que "ten¨ªa que negar la relaci¨®n".
A partir de ma?ana, el debate vuelve a ser si republicanos y dem¨®cratas se ponen de acuerdo sobre una declaraci¨®n de censura conjunta a trav¨¦s de la cual ambos bandos condenen la conducta de Clinton, aunque permanezca en el cargo. Sigue sin haber acuerdo sobre la redacci¨®n de ese texto ni sobre cu¨¢ndo debe ser le¨ªdo en el pleno.
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