"El exceso de maestras en infantil y primaria es perjudicial"
El hecho de que ense?ar a los ni?os sea un oficio predominantemente femenino, lejos de ser natural, representa un problema cuyas ra¨ªces se hunden en la historia y en la cultura. Es la conclusi¨®n a la que ha llegado la profesora de sociolog¨ªa de la Escuela de Magisterio de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Sonsoles San Rom¨¢n. Durante cuatro a?os ha investigado este hecho, admitido por todos, pero cuya explicaci¨®n y consecuencias casi nadie busca. El trabajo se ha publicado con el t¨ªtulo Las primeras maestras. Los or¨ªgenes del proceso de feminizaci¨®n docente en Espa?a (Ariel). La t¨ªa abuela de Sonsoles San Rom¨¢n era maestra, y de ella conserva varios tapices sin acabar, que reproduce en el libro, y que simbolizan a la perfecci¨®n lo que se exig¨ªa a las maestras en el siglo pasado: saber coser, rezar y un poco de econom¨ªa dom¨¦stica. Pregunta. Si el magisterio es un colectivo con un 70% de mujeres, que alcanza el 99% en especialidades como la de educaci¨®n infantil, ?c¨®mo es que hasta ahora no se hab¨ªa analizado este fen¨®meno?
Respuesta. Porque siempre se ha considerado evidente y natural que haya m¨¢s mujeres maestras. Pero el exceso de mujeres en la ense?anza infantil y primaria no es ni natural ni positivo. Es perjudicial.
P. ?Por qu¨¦?
R. Que los docentes sean fundamentalmente mujeres tiene unos efectos muy negativos sobre el modelo de sociedad que queremos alcanzar: democr¨¢tica y de iguales. La ense?anza primaria es la base, y los ni?os se est¨¢n socializando fundamentalmente con mujeres. No se trata de quitar a las mujeres de este campo, sino de abrirlo a los hombres.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa a los que consideran positiva esta feminizaci¨®n?
R. Las personas que reivindican el magisterio para las mujeres son las que est¨¢n entendiendo esta profesi¨®n como una extensi¨®n de la maternidad, y al defender la feminizaci¨®n del magisterio est¨¢n excluyendo a las mujeres de otros campos. Ya no se pueden defender tesis como que la mujer es m¨¢s intuitiva o tiene m¨¢s paciencia, sobre todo porque ahora se educa de la misma manera a las mujeres y a los hombres.
P. ?Qu¨¦ efecto produce esa feminizaci¨®n sobre la educaci¨®n de los ni?os?
R. Se est¨¢n criando generaciones de ni?os con mujeres, y el efecto es que la situaci¨®n se reproduce: las ni?as crecen imitando modelos femeninos y los chicos no quieren dedicarse al magisterio porque consideran que es un oficio de mujeres. Los primeros a?os de la educaci¨®n de los ni?os son decisivos, y es entonces cuando est¨¢n viendo que de la educaci¨®n se encargan mujeres, se est¨¢n haciendo ya una idea determinada de c¨®mo funciona el mundo.
P. ?Qu¨¦ pretend¨ªa conseguir con la investigaci¨®n?
R. Analizar el proceso de incorporaci¨®n de las maestras a la escuela p¨²blica desde sus comienzos, y los intereses pol¨ªticos, econ¨®micos y religiosos que impulsaron a las mujeres a esta profesi¨®n. Quer¨ªa averiguar por qu¨¦ hay tanta feminizaci¨®n en la ense?anza infantil y primaria y por qu¨¦ las escuelas est¨¢n repletas de chicas.
P. ?Por qu¨¦ lo est¨¢n?
R. Cuando preguntas a las maestras y a las alumnas por qu¨¦ han elegido esta profesi¨®n, casi todas contestan que por vocaci¨®n y amor a los ni?os. Yo creo que ya est¨¢ bien. Deben saber cu¨¢les son los factores sociales que est¨¢n determinando que esa elecci¨®n se produzca. No es natural que haya tantas mujeres en esta parcela. El proceso se va gestando en la educaci¨®n familiar, por el modelo social de madre que tenemos, y la historia ha tenido un papel fundamental.
P. ?Por qu¨¦ contin¨²a habiendo feminizaci¨®n actualmente?
R. Han influido la historia, la forma en la que las mujeres han sido educadas y la manera en la que las familias conducen las expectativas de sus hijos y de sus hijas, que no es la misma. La mayor¨ªa de las alumnas de magisterio son de clase media, no hay casi de clase alta. Sin embargo, los pocos chicos que hay son de clase m¨¢s baja que las chicas.
P. ?No tiene que ver en esto el sueldo?
R. Por supuesto. La profesi¨®n est¨¢ desprestigiada, y lo est¨¢ porque est¨¢ mal pagada. Por eso hay m¨¢s mujeres.
P. Habr¨ªa entonces que buscar la forma de ele-var ese prestigio. ?C¨®mo?
R. Convirtiendo la diplomatura en licenciatura. Subir¨ªan los sueldos, se elevar¨ªa el nivel de conocimientos y el acceso a la carrera ser¨ªa m¨¢s duro.
P. La carrera de maestro tiene ahora muchas especialidades, como educaci¨®n especial, musical, infantil, educaci¨®n f¨ªsica o idioma extranjero. Es todo un cambio.
R. Un cambio que requiere m¨¢s apoyo acad¨¦mico, y tres a?os es poco para formar a esos especialistas.
P. La LOGSE ha provocado que los profesores de los institutos se hagan cargo de la educaci¨®n de ni?os m¨¢s peque?os, los de primero y segundo de ESO, que tienen de 12 a 14 a?os, unas edades de las que se hac¨ªan cargo los maestros cuando exist¨ªan s¨¦ptimo y octavo de EGB. Esto est¨¢ dando lugar a muchas quejas de profesores. ?Es una soluci¨®n el acceso de los maestros a la secundaria como licenciados?
R. Desde luego. A los profesores de instituto les han obligado a retroceder, a bajar a unas edades a las que no est¨¢n acostumbrados y para las que no se han preparado espec¨ªficamente.
P. ?Han recibido alguna vez en la historia los maestros una titulaci¨®n superior?
R. S¨ª, en la Segunda Rep¨²blica. Es curioso que estemos reivindicando algo que ya se hizo entonces.
P. Usted ha analizado c¨®mo se ha llegado a la feminizaci¨®n actual y c¨®mo se crearon diferentes modelos de maestras desde finales del siglo XIX. ?Cu¨¢l ha sido el proceso?
R. En 1834 aparece el Sistema Nacional de Educaci¨®n, y cuatro a?os despu¨¦s empezaron a abrirse escuelas de ni?os varones, que depend¨ªan de los ayuntamientos. Al maestro de p¨¢rvulos se le oblig¨® por real orden a que estuviera casado -copiando el modelo brit¨¢nico de infant school- para que as¨ª su esposa o hija, que no sab¨ªan ni leer ni escribir, le pudieran ayudar. Se trataba de reproducir el ambiente familiar. Daban clase hasta a 200 alumnos a la vez. Este modelo se consolid¨® en Espa?a, con modificaciones, con la ley Moyano de 1857, una ley que dur¨® hasta 1970.
P. Atribuye usted buena parte de la culpa de la feminizaci¨®n de la ense?anza a esa ley.
R. S¨ª, porque hace incompatible el oficio de maestro con un cargo p¨²blico, lo que provoca el abandono de la profesi¨®n de muchos hombres, y establece que las maestras deb¨ªan percibir una tercera parte del salario de los maestros.
P. A veces se considera el papel de la maestra como una extensi¨®n de la maternidad.
R. La maternidad tiene mucho que ver con este proceso. En el siglo pasado se pensaba que era mejor que las maestras fueran mujeres por sus "cualidades naturales". En este siglo, y a¨²n en nuestros d¨ªas, para defender el exceso de mujeres se argumenta su posible experiencia como madres, porque se cree que ¨¦stas son capaces de calar en la mentalidad infantil mejor que nadie, porque son las que se encargan de los ni?os en las casas.
P. Entonces, el reparto de las tareas del hogar entre las parejas, en el que se incluye el cuidado de los ni?os, cambiar¨¢ esta situaci¨®n. R. Es posible, pero llevar¨¢ su tiempo. Lo cierto es que algo est¨¢ cambiando. Una prueba es que el 1% de los alumnos que hay en la especialidad de educaci¨®n infantil se coloca antes que el 99% restante de alumnas. Los colegios est¨¢n demandando maestros. La ¨²nica especialidad en la que no hay feminizaci¨®n es la de educaci¨®n f¨ªsica, con m¨¢s de un 70% de varones.
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