Castej¨®n reivindica el dibujo como g¨¦nero en su retrospectiva en Alicante
El artista ilicitano Joan Castej¨®n cree firmemente en el dibujo. Independientemente de su condici¨®n de andamiaje de todo cuadro, "incluso de una mancha abstracta", es un g¨¦nero que puede acabar en s¨ª mismo, y as¨ª lo defendi¨® ayer Castej¨®n en Alicante. Desde ayer pueden verse en la sala de exposiciones de la Fundaci¨®n Bancaixa 60 dibujos seleccionados entre los 4.000 que el autor ha realizado. La muestra abarca el periodo comprendido entre 1964 y 1998. Castej¨®n es pintor y escultor pero, sobre todo, es un gran dibujante.
Al l¨¢piz y al carboncillo debe algunos de sus momentos m¨¢s sublimes y por eso la exposici¨®n, centrada exclusivamente en esta faceta, tiene ecos de reivindicaci¨®n de una v¨ªa de expresi¨®n art¨ªstica muchas veces injustamente ninguneada. "El dibujo es el campo que m¨¢s he cultivado y que m¨¢s me atrae porque tiene la impronta de lo reci¨¦n inventado", dijo el autor, que rese?¨® esta t¨¦cnica "como una cima definitiva que puede defenderse por s¨ª misma". La exposici¨®n pretende ser representativa de las diferentes etapas creativas que Castej¨®n ha atravesado. As¨ª, parte de los primeros retratos que dibuj¨® como alumno libre en la Academia de Bellas Artes de San Carlos para desembocar en sus ¨²ltimas creaciones, en las que refleja su inter¨¦s por la cineg¨¦tica. Entre ambos momentos quedan documentos de amargura, como la serie de dibujos tenebrosos de pesadilla goyesca surgidos de su sufrimiento en varias c¨¢rceles espa?olas, donde fue recluido durante tres a?os por oponerse a la dictadura; pero tambi¨¦n la llegada del color y el goce de vivir que coincidi¨® con el cambio pol¨ªtico de primeros de los ochenta y la posibilidad de viajar tras la obtenci¨®n de su pasaporte. En todos ellos, un hilo conductor: su revisi¨®n de las tortuosas formas barrocas y la representaci¨®n extrema de la angustia, que alcanza la cumbre del dramatismo en obras tan impactantes como Boca, de 1972, dibujada poco despu¨¦s de su ¨²ltima estancia en las c¨¢rceles franquistas. El l¨¢piz de Castej¨®n traza, de este modo, las l¨ªneas maestras de su propia vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.