El pop cari?oso

La cantante Amaia Montero daba s¨ªntomas de no cre¨¦rselo cuando termin¨® el concierto con su grupo, La Oreja de Van Gogh. "Un placer y un sue?o", dijo al despedirse. Y es que el fulgurante ¨¦xito de esta banda donostiarra es para no creerse, o por lo menos para seguir abundando en la teor¨ªa de que, afortunadamente, el pop es una ciencia no exacta. La Oreja de Van Gogh, cargadita de t¨®picos, una voz de lo m¨¢s normalita y unas canciones la mar de previsibles, es una de las sensaciones de la temporada. Los m¨¢s sesudos no lo entender¨¢n; al fin y al cabo, es un grupo del mont¨®n.

Eficaz y correcto, pero de los que no marcan la diferencia. Eso no importa a las 300.000 personas que han comprado su disco de deb¨², Dile al sol, y al millar que hab¨ªa la otra noche en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. Datos que lo sit¨²an como uno de los grupos con m¨¢s futuro.

Se estaba grabando un especial en plan ac¨²stico (un b¨¢sico, que se dice) para el programa Cuarenta TV, que se emitir¨¢ por Canal Sat¨¦lite Digital dentro de unos d¨ªas. El p¨²blico del concierto tampoco se lo cre¨ªa. J¨®venes -tan del mont¨®n como el grupo- que corearon de arriba abajo todas y cada una de la decena de canciones que los donostiarras interpretaron.

Marcha

Buscando m¨¦ritos, a La Oreja de Van Gogh se le puede atribuir el de conciliar por igual a chicos y chicas -su p¨²blico no tiene g¨¦nero definido- y el de combinar con soltura una apuesta que pod¨ªa aproximarse a la canci¨®n de autor light con una est¨¦tica de grupo rockero. Y es que, entre tanta blandura, al grupo le va la marcha. En las cuatro ¨²ltimas canciones se entregaron a un frenes¨ª el¨¦ctrico que puso a botar a los asistentes, dando la sensaci¨®n que el sal¨®n se iba a venir abajo. Alguien apunt¨® que por lo menos resultaban cari?osos. Todav¨ªa no se ha acu?ado el t¨¦rmino, pero si ya existiera el de pop cari?oso, La Oreja de Van Gogh ser¨ªan sus reyes.