El presidente da una imagen de contrici¨®n como le piden los sondeos
Clinton no dijo ayer una palabra del caso Lewinsky en su alocuci¨®n radiof¨®nica semanal. Inform¨® que piensa enviar 4.000 soldados a Kosovo, si las partes llegan a un acuerdo de paz, y, acto seguido, prepar¨® las maletas para viajar a M¨¦xico. Experto en el arte de gobernar a partir de las encuestas -en eso consiste su tercera v¨ªa-, Clinton sab¨ªa que sus compatriotas le prefieren ahora arrepentido, modesto y trabajador. Por eso, el d¨ªa anterior tampoco hab¨ªa expresado el menor triunfalismo tras ser absuelto, sino contrici¨®n por el da?o que su aventura con la becaria ha causado al pueblo y al Congreso. Como dice Howard Kurtz, del Washington Post, el caso Lewinsky ha demostrado que los medios de comunicaci¨®n y el pueblo de EEUU "tienen agendas diferentes". Mientras los primeros -dominados por el esp¨ªritu de lo que David Kamp llama en Vanity Fair "la d¨¦cada tabloide", la conversi¨®n de la informaci¨®n en espect¨¢culo, y cuanto m¨¢s sensacionalista, mejor- han cubierto de modo obsesivo el culebr¨®n, a las dos terceras partes de los ciudadanos les ha parecido que los medios hac¨ªan demasiado ruido para pocas nueces.
Aunque herido y humillado, Clinton ha sobrevivido al esc¨¢ndalo porque ha escuchado m¨¢s a la opini¨®n p¨²blica que a los medios. De hecho, los sondeos le han salvado. En la decisi¨®n de absolverle adoptada por el Senado pes¨® de modo decisivo la voz de las encuestas que dec¨ªan que el grueso de los estadounidenses, aun no dese¨¢ndole como canguro de sus hijas, aprobaba su trabajo como presidente y no quer¨ªa su destituci¨®n.
Sobre esa base de las encuestas ha aguantado 13 meses. Y a ella deben su derrota los republicanos. "Clinton", reconoce Henry Hyde, "ha sido absuelto por sus altos niveles de aprobaci¨®n pol¨ªtica en los sondeos y por el ¨ªndice Dow Jones". Antes que el Senado, el veredicto lo hab¨ªan emitido el pueblo y Wall Street.
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