Lecci¨®n magistral

Es un hecho: hablar de consolidaci¨®n o madurez del hip hop nacional quiz¨¢ sea demasiado precipitado, pero cualquier aficionado a las p¨¢ginas de actualidad musical de los diarios y revistas es consciente del acelerado desarrollo de un g¨¦nero que -sin grandes apoyos promocionales- ha calado hondo entre un p¨²blico, por lo general, muy joven que r¨¢pidamente ha asumido y adoptado su est¨¦tica, filosof¨ªa y dem¨¢s se?as de identidad, y (con permiso del tecno) ha contribuido enormemente a impregnar de imaginaci¨®n y frescura la m¨¢s reciente producci¨®n musical del pa¨ªs. Bandas como 7 Notas 7 Colores, S¨®lo Los Solo o CPV han situado el list¨®n creativo a una altura considerable e, incluso, no faltan artistas que se han revelado como inefables estrellas en el firmamento del hip hop, imponentes comunicadores e incuestionables l¨ªderes de opini¨®n. Frank T es, sin duda, uno de los modelos m¨¢s resultones: dirige su propio programa radiof¨®nico, pasea sus rimas por el plat¨® del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa de Bos¨¦ y, encima, es el responsable de un ¨¢lbum (Los p¨¢jaros no pueden vivir en el agua porque no son peces) que figura, por m¨¦ritos propios, entre los m¨¢s destacados del g¨¦nero. Es l¨®gico, pues, que sus directos registren llenos tan importantes como el del pasado s¨¢bado o que, de tan did¨¢ctico que pretende ser su discurso ("me transformo en el maestro de los profes", recita en uno de sus temas), en ocasiones el concierto adquiera la apariencia de una lecci¨®n magistral que va m¨¢s all¨¢ del mero espect¨¢culo. Comunicaci¨®n y, casi, devoci¨®n. L¨¢stima que, sobre el escenario, las bases (excesivamente mon¨®tonas y desprovistas de los adornos orquestales del estudio) no estuvieran a la altura ni de los textos ni de ese tremendo predicador que es Frank T. Asignatura pendiente.