La sombra de Antic
El italiano fue contratado para hacer olvidar al serbio, pero la grada nunca lo acept¨®
El Atl¨¦tico fich¨® a Arrigo Sacchi a finales del curso pasado con un objetivo claro: acabar con todo lo que oliera a Radomir Antic, un t¨¦cnico con ascendencia entre la grada, pero cargado de enemigos en el coraz¨®n del club. El Atl¨¦tico busc¨® un antagonista del serbio, un t¨¦cnico de prestigio que defendiera exactamente las ideas opuestas. Y contrat¨® a Sacchi, a sus largas y duras sesiones de entrenamientos, a su f¨²tbol poco brillante pero s¨®lido, a la t¨¢ctica sobre todas las cosas, a la teor¨ªa de que el mejor ataque es una buena defensa... Pero son precisamente esos rasgos contrarios a Antic los que han tumbado a Sacchi, un t¨¦cnico que siempre ha estado bajo sospecha. No cal¨® entre la grada, que le reproch¨® cada una de sus decisiones; tampoco se gan¨® completamente a la plantilla, disconforme con algunos gestos del t¨¦cnico, y nunca convenci¨® a Jes¨²s Gil, quien ya en el mes de noviembre atac¨® duramente al entrenador y le exigi¨® cambios inmediatos. Todo por defender a muerte sus particulares principios futbol¨ªsticos, exactamente los mismos que cautivaron al Atl¨¦tico cuando decidi¨® contratarle. Una buena racha de resultados, reforzados por la victoria del Atl¨¦tico en el Camp Nou, pospusieron un final que la grada reivindic¨® siempre. Sacchi deja el Atl¨¦tico siete meses despu¨¦s de su llegada. Desde entonces, los reproches que ha escuchado han sido siempre los mismos:- Aburrimiento. Ni en sus mejores actuaciones el Atl¨¦tico ha conseguido seducir por su juego. Mucha t¨¢ctica, mucho despliegue f¨ªsico, pero poca fantas¨ªa. Ni se ha divertido ni ha divertido. Los rojiblancos han jugado casi siempre un f¨²tbol plomizo.
- Fichajes decepcionantes. Sacchi tiene poca defensa en este punto. Todas sus recomendaciones han resultado decepcionantes: Njegus, Torrisi, Serena, Ventur¨ªn... De sus fichajes, s¨®lo Chamot ha mejorado lo que ya hab¨ªa en la plantilla. Y para colmo, cuando lleg¨® autoriz¨® la puesta en venta de Kiko, al que no conoc¨ªa.
- Lesiones continuas. Sus exigentes y duros sistemas de entrenamiento multiplicaron las lesiones en el equipo. Kiko, Jugovic, Lard¨ªn, Torrisi, Aguilera, Chamot... La lista de jugadores con problemas musculares se hizo interminable. El propio Sacchi recurri¨® a las bajas continuas para justificar los malos resultados, pero su sistema de trabajo ten¨ªa algo que ver en esos percances.
- Castigos. Los jugadores desaparec¨ªan de las alineaciones, de las convocatorias incluso, por errores aislados en los partidos, por malos entrenamientos. Por ah¨ª, Sacchi fue justo -daba igual el nombre del que fallara: el que erraba, se quedaba fuera-, pero afect¨® a la moral de los jugadores. Santi, Roberto, Torrisi, Aguilera, Mena, Juninho... Todos pagaron sus errores. S¨®lo Valer¨®n y Serena parec¨ªan intocables.
- Excusas en las derrotas. Tampoco gust¨® en la plantilla la costumbre de Sacchi de recurrir a las mismas frases en las derrotas, todas apuntando hacia los jugadores: la falta de experiencia de algunos -de la que no se acordaba en las victorias- y las bajas de Vieri y los lesionados -no los nombraba en los triunfos-. - Juninho. Con su actitud hacia Juninho, Sacchi confirm¨® uno de los valores que le dieron fama: no se casa con nadie. Sin embargo, las suplencias del brasile?o le distanciaron de la afici¨®n, que nunca logr¨® entenderlas.
- El sistema. Se tir¨® con bala contra ¨¦l en los primeros d¨ªas. Sacchi reclam¨® paciencia, y el tiempo demostr¨® que su sistema era efectivo, pero tambi¨¦n demasiado arriesgado cuando no se ejecutaba a la perfecci¨®n.
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