Del mundo de Virgilio al de Shostak¨®vich

La naturaleza musical de Pedro Halffter, el joven director hijo de Crist¨®bal, sigue ciertas caracter¨ªsticas peculiares de la dinast¨ªa. La primera, el instinto; la segunda, su fuerte vocaci¨®n; la tercera, su actitud aut¨¦ntica y rigurosa frente a la m¨²sica. A¨²n podr¨ªamos destacar su capacidad de riesgo y una anticipada madurez. Lo ha demostrado, una vez m¨¢s, en su concierto del lunes con la Sinf¨®nica de Madrid en la Zarzuela.El programa ofrec¨ªa un atractivo muy especial ya de entrada: el conocimiento de Pedro Halffter como compositor en un fragmento titulado Par¨¢frasis basado en el estremecedor "lamento de Dido", de la ¨®pera Dido y Eneas, de Henry Purcell. Esto es: La Eneida, de Virgilio, llevada a la escena l¨ªrica a trav¨¦s de una adaptaci¨®n de Nahum Tate. Me atrae mucho el enfoque de la labor de Halffter, que no busca una "desintegraci¨®n/reintegraci¨®n" del tema, como tantos otros, sino una visi¨®n misteriosa y envuelta en velos. La melod¨ªa no queda exaltada, sino un tanto sumergida en la regi¨®n grave, como si escuch¨¢ramos tan importante herencia en la lejan¨ªa profunda de la sensibilidad y la historia. Con ello, el "lamento" cobra nueva fisonom¨ªa.

Dirigi¨® Halffter el Gloria de Vivaldi, y lo hizo no s¨®lo con noble detallismo, sino tambi¨¦n ahondando en la significaci¨®n de unos pentagramas de religiosa teatralidad. Cantaron excelentemente dos voces j¨®venes y triunfadoras: la soprano Ana Rodrigo y la mezzo Lola Casariego. La visi¨®n global y la continuidad de las arias, d¨²os y coros tuvo claridad, limpio estilo y expresividad sin ret¨®rica.

Para final son¨® la Sinfon¨ªa en fa menor, opus 10, que en 1926 descubriera al mundo la personalidad de Shostak¨®vich. Salvo alg¨²n momento, no se entrev¨¦ el apesadumbrado talante que el m¨²sico adoptar¨¢ despu¨¦s. La Sinf¨®nica la toc¨® con primor y fresca agilidad. Tambi¨¦n el coro supo traspasar la frontera de su h¨¢bito oper¨ªstico en la obra de Vivaldi, y hubo grandes ovaciones para todos.