Ni vivos ni todo lo contrario

Los virus son entes extra?os: no son organismos vivos ni dejan de serlo, est¨¢n a mitad de camino entre una bacteria y una secuencia inerte de prote¨ªnas. Son estructuras gen¨¦ticas incapaces de reproducirse por s¨ª mismas y, para replicarse, tienen que utilizar la maquinaria molecular de las c¨¦lulas que infectan.M¨¢s a¨²n, un virus no tiene un genoma, es decir una secuencia gen¨¦tica de la especie, como el genoma humano o el de rat¨®n o el de la bacteria Escherichia coli. "En lugar de una especie molecular definida, un virus es una cuasiespecie, una entidad algo indefinida desde el punto de vista de su informaci¨®n gen¨¦tica", comenta el bi¨®logo Esteban Domingo.

"Lo que llamamos un virus es, en realidad, una poblaci¨®n de virus cuyos elementos var¨ªan ligeramente entre s¨ª, como una nube de puntos en lugar de un solo punto", explica Luis Enjuanes. El comportamiento biol¨®gico de esos puntos, de los mutantes de una cuasiespecie de virus, puede ser tan distinto como su estructura gen¨¦tica. "Entre mil mutantes de un virus de mono puede haber uno capaz de infectar linfocitos humanos", dice Domingo. Y cuanto mayor sea el n¨²mero de mutantes, mayor ser¨¢ la probabilidad de que uno, por sus caracter¨ªsticas moleculares, pueda dar el salto interespecies.

Por si fuera poco, el VIH y el VIS pertencen a un tipo particular de virus, los retrovirus, que generan infinidad de mutantes porque la tasa de error de copia de sus genes en el proceso de replicaci¨®n es muy alta. Debido a este dinamismo evolutivo, es mayor la probabilidad de que surja un mutante de retrovirus capaz de saltar de una especie a otra, como sucedi¨® con el VIS que paso del mono al hombre convirti¨¦ndose en VIH.