Triunfo est¨¦ril de Ankara

(...) El presidente del Gobierno turco, Bulent Ecevit, dif¨ªcilmente pod¨ªa ocultar su satisfacci¨®n cuando anunci¨® que el "enemigo p¨²blico n¨²mero uno", el "jefe de terroristas" y "asesino de ni?os" Abdal¨¢ Ocalan hab¨ªa sido capturado y trasladado a Turqu¨ªa. Un triunfo para el Estado turco, una victoria de las armas turcas, un ¨¦xito de la diplomacia turca. No hab¨ªa sido preciso hacer ninguna concesi¨®n al molesto Occidente ni alcanzar ning¨²n compromiso. En las capitales europeas tambi¨¦n se habr¨¢ escuchado un suspiro de alivio. Nuestra justicia y nuestra diplomacia se han librado por fin de este tipo. Nadie va a tener que pensar ya en un tribunal internacional, en peticiones de asilo o en la delicada extradici¨®n a Turqu¨ªa. Los kenianos, precisamente los africanos, nos han resuelto la papeleta. Lo principal es que ning¨²n Estado de derecho europeo haya tenido que mancharse las manos.

?Bien est¨¢ lo que bien acaba? ?Puede tacharse la cuesti¨®n turca de la agenda geopol¨ªtica? ?Se va a liquidar la resistencia en Anatolia suroriental, van a fluir inversiones a la empobrecida regi¨®n, y las monta?as y estepas de Kurdist¨¢n se van a transformar en paisajes florecientes con campesinos; artesanos y trabajadores felices? Nadie puede esperarlo en serio, y los que ahora se alegran se ale gran demasiado pronto. Las causas del problema kurdo son demasiado profundas, el odio acumulado es demasiado amargo para que se disipe de la noche al d¨ªa. No, el problema no ha hecho sino empezar. (...)

, 17 de febrero.