Ovejas fuera del campo
El "comando ovino" no entr¨® en el terreno del Moralo, el equipo sancionado por pintarse de negro todos los jugadores
"?Pero es que tambi¨¦n le sacan tarjeta roja a las ovejas?". A las puertas del campo municipal de Navalmoral de la Mata (C¨¢ceres) un hincha del Moralo, equipo del grupo IV de Segunda Divisi¨®nB, exterioriz¨® con evidente cabreo su recriminaci¨®n a la federaci¨®n espa?ola. Y es que finalmente el comando ovino, integrado por 19 ejemplares blancos y uno negro, no pudo situarse dentro del campo como era el prop¨®sito de los aficionados que, con el silencio de los corderos, quer¨ªan hacer patente su protesta por lo que consideran persecuci¨®n arbitral hacia este modesto club.La federaci¨®n gan¨® el primer asalto. Las ovejas no entraron en el campo, mal que le pesara a los seguidores que, cartulina negra en mano y bufanda verde al cuello, pidieron explicaciones al presidente del club, Ram¨®n Barbado: "Vamos a esperar hasta el mi¨¦rcoles. Hablar¨¦ con el secretario de la federaci¨®n y exigir¨¦ una respuesta razonable", dijo Barbado, pr¨¢cticamente emparedado entre la puerta del campo, los aficionados y el cami¨®n que transportaba a las ovejas.
Barbado, m¨¢ximo responsable de un club con 669 socios, 67 millones de presupuesto y que tiene un pie en el descenso, pide que el Comit¨¦ de Disciplina revise el v¨ªdeo del partido Moralo-Sevilla que se sald¨® con expulsiones de tres jugadores locales y sanciones econ¨®micas.
Alrededor de 2.000 espectadores se dieron cita ayer en el campo. La entrada fue gratis. Una urna, situada en la puerta, invit¨® a aportaciones voluntarias. El bar derroch¨® ambiente. Los altavoces se solidarizaron musicalmente con la causa morala con canciones como A tu vera, Coraz¨®n part¨ªo o el S¨®lo le pido a Dios que, a golpe de decibelio, incidi¨® en frases destinadas a la federaci¨®n.
Pero tambi¨¦n hubo un toque cr¨ªtico. Frente a los apoyos de pe?as y entusiastas de la causa, como Brigadas Verdiblancas, surgieron voces disonantes. En un lateral apareci¨® una gran pancarta reivindicando el pragmatismo de la clasificaci¨®n: "Menos protestas y m¨¢s cojones". All¨ª unos aficionados recordaron la cruda realidad: "Pen¨²ltimos en la tabla y m¨¢s de 100 tarjetas acumuladas. Aqu¨ª alguien trata de desviar la atenci¨®n". El presidente se defendi¨®: "No es cierto. Seguro que nos salvaremos, pero que nos den el mismo trato. Es lo que pedimos".
Ni?os, j¨®venes y adultos gozaron en una tarde soleada. Adem¨¢s, su equipo venci¨® por 8-0 al Isla Cristina; eso s¨ª, el ¨²ltimo de la tabla. Esta ciudad extreme?a, de 15.000 habitantes, ha visto estos d¨ªas d¨ªas sacudida su tranquilidad. Conocida hasta ahora por su proximidad con la central nuclear de Almaraz y por sus carnavales, ha escrito una peque?a p¨¢gina en la historia del f¨²btol espa?ol. "Un partido de alto riesgo", se regocij¨® un aficionado al terminar el encuentro mirando hacia el cami¨®n de las 20 ovejas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.