Pobres chicas
Est¨¢n desesperadas. Han tenido la liberaci¨®n sexual: se han acostado con quienes han querido, tienen sus empleos y su dinero, y tienen, adem¨¢s, unos hombres que se casan con ellas: pero est¨¢n desesperadas.Supongo que la autora refleja en ellas una forma de la condici¨®n femenina en la peque?a bugues¨ªa, aunque tienda a reducir su alcance en el programa, en una nota de esas donde los autores y los directores generalmente dicen lo contrario de lo que piensan.
Por reciente que sea en el teatro, la escritora no puede ignorar que las biograf¨ªas de tres personajes que tienen paralelos suficientes -incluso demasiados- y que van al final de cada acto a casarse, vestidas de novias, entre l¨¢grimas y miedos, tienen el valor de una generalizaci¨®n y de una tesis. Como el retrato de los tres maridos invisibles: brutales, toscos, infieles: golpean, gritan, se burlan, enga?an.
"Qu¨¦ asco de amor"
De Yolanda Garc¨ªa Serrano. Int¨¦rpretes: Carmen Balagu¨¦, Elisa Matilla, Rosario Santemases. Escenograf¨ªa y vestuario: Ana Garay. Direcci¨®n: Yolanda Garc¨ªa Serrano. Teatro Infanta Isabel.
"Hombres y mujeres, qu¨¦ m¨¢s da, si el amor no entiende de sexos", dice Yolanda al final de su nota, y a m¨ª me parece, con perd¨®n, que miente, incluso descaradamente: a partir de su explicaci¨®n de que el amor no entiende de sexos -?no va a entender!-, y del qu¨¦ m¨¢s da que sean hombres o mujeres.
No es casual que tres buenas chicas vayan a parar a tres monstruos. O bien, dir¨ªa la tesis, todas ellas son buenas, todos los hombres son espantosos (me excluyo yo, por supuesto: el cr¨ªtico tiene derecho a negarse a ser personaje general).
Cuesti¨®n de ¨¦poca
No es una cuesti¨®n de la autora y de sus tres actrices: es una cuesti¨®n de ¨¦poca, de charlas diarias, de quejicas: las chicas que llenaban el domingo el teatro -no sin sus parejas muchas de ellas- re¨ªan gozosamente y aplaud¨ªan, a la autora y a las actrices. No sin raz¨®n. La comedieta es graciosa, distra¨ªda, ingeniosa, y contiene la suficiente tristeza sobre la condici¨®n de la mujer como para hacer feliz a cualquier chica de nuestro tiempo.
Los hombres / pareja tambi¨¦n aplaud¨ªan y re¨ªan. Sin duda cre¨ªan que los hombres desastrosos de los que se reflejan en la comedia no tienen nada que ver con ellos: los ¨²nicos que son as¨ª son los otros hombres. Asintiendo y ri¨¦ndose, convenc¨ªan a sus parejas de que ellos son los verdaderamente perfectos.
Babelia
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