F¨²tbol
El Valencia m¨¢s que un club es una met¨¢fora. Por esa circunstancia simb¨®lica, no lo duden, el equipo se ve capaz de ganar al Bar?a en partidos ¨¦picos mientras sucumbe ante el Valladolid en encuentros pat¨¦ticos. Siempre la misma historia. Se podr¨ªa pensar que esta irregularidad, anomal¨ªa m¨¢s bien, responde al peso de la tradici¨®n o incluso a la fuerza del destino. Desde que el equipo valenciano consiguiera el campeonato de Liga en la ya muy lejana temporada de 1971-1972, el club ha vivido sumido en la mediocridad, en esa vulgaridad de un conjunto del mont¨®n. Salvo algunos destellos de brillantez en la etapa de Kempes, all¨¢ por los comienzos de los a?os ochenta, y la cat¨¢strofe del descenso a Segunda Divisi¨®n en 1986 el Valencia ha integrado el pelot¨®n de esos equipos que ofrecen un espect¨¢culo futbol¨ªstico anodino y aburrido. Presidentes fanfarrones han alardeado acerca de glorias siempre futuras, entrenadores orgullosos han presumido de curr¨ªculo para anunciar victorias que nunca llegaron y jugadores consagrados han prometido ligas y copas. Todo ha sido en vano en esa lucha contra la maldici¨®n de la met¨¢fora. El Valencia no pod¨ªa ni puede ser otra cosa que un reflejo de la sociedad que lo alienta o lo critica. Inconstante y pendenciero, genial e improvisador, mucho m¨¢s h¨¢bil en el regate corto que en la jugada de fondo bien trenzada, el equipo representa una emanaci¨®n sobre el campo de una sociedad poco aficionada a los proyectos colectivos y muy proclive a las dispersiones individuales. Ahora ya se ha perdido cualquier factor de identificaci¨®n con apellidos con sabor a terru?o como Puchades o Claramunt, pero la globalizaci¨®n de los equipos al estilo de las impersonales multinacionales ha visto pervivir ese esp¨ªritu de escalar las cumbres y hundirse en el llano. Confiados en la idolatr¨ªa de creer que un Claudio L¨®pez o cualquier otro milagroso caudillo romper¨¢n el maleficio, los aficionados ignoran que el f¨²tbol es un deporte que juega un equipo. La met¨¢fora del car¨¢cter de los valenciano acaba por imponerse.
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