El f¨²tbol espa?ol sufrir¨¢ controles por sorpresa desde el 1 de abril
Una pareja de funcionarios podr¨¢ visitar sin previo aviso a partir del 1 de abril el campo de entrenamiento de cualquier equipo de Primera o Segunda Divisi¨®n. Ir¨¢n provistos de unas botellas y se dispondr¨¢n a hacer un control antidopaje por sorpresa. Todos los equipos pasar¨¢n por este tr¨¢mite por expreso deseo de la Federaci¨®n de F¨²tbol, pero desconocen cu¨¢ndo y c¨®mo. El Consejo Superior de Deportes ha ordenado a todas las federaciones un total de 1.670 controles de este tipo a lo largo de 1999. El f¨²tbol har¨¢ 500. No se salvar¨¢n ni los golfistas.
Los funcionarios acudir¨¢n sin aviso previo. En el mismo campo de entrenamiento efectuar¨¢n un sorteo entre los 25 jugadores inscritos en la plantilla y designar¨¢n que cinco o seis de ellos procedan a dejar sus muestras de orina, sin discriminaci¨®n entre espa?oles y extranjeros. Todos los equipos de Primera y Segunda Divisi¨®n pasar¨¢n por este tr¨¢mite al menos una vez, aunque de ello no tiene a¨²n conocimiento la Liga Profesional. Y todas las selecciones espa?olas lo har¨¢n regularmente (y la totalidad de los convocados) antes de cada encuentro internacional. El f¨²tbol ser¨¢ sometido a 500 controles de este tipo, por 100 el baloncesto, 150 el ciclismo y el atletismo, 93 la nataci¨®n y 77 la gimnasia. De estos controles no se salvar¨¢n siquiera los golfistas: 20 de ellos recibir¨¢n una visita por sorpresa.El deporte espa?ol se hab¨ªa quedado atr¨¢s en esta pr¨¢ctica en relaci¨®n con otros pa¨ªses europeos y eso hab¨ªa puesto en duda las reales intenciones de las autoridades espa?olas. S¨®lo la federaci¨®n de atletismo hab¨ªa regulado la pr¨¢ctica de controles por sorpresa (tambi¨¦n denominados controles fuera de competici¨®n), pero el resto de federaciones hab¨ªa preferido vivir en la comodidad del control oficial despu¨¦s de determinadas competiciones.
El CSD se reunir¨¢ en pr¨®ximas fechas con las federaciones para tratar de asesorarlas sobre el procedimiento: se trata de asegurar la confidencialidad del proceso. Recientemente, la federaci¨®n de ciclismo hizo un control sobre diez ciclistas espa?oles el d¨ªa anterior de celebrarse la Vuelta a Murcia y se convirti¨® en un sonoro fracaso: los ciclistas fueron advertidos con tiempo.
La ¨²nica experiencia en la materia data del atletismo, donde existe un procedimiento muy preciso sobre este tipo de controles. La federaci¨®n exige a cada atleta espa?ol todos los datos necesarios para poder ser localizado en cualquier momento: su direcci¨®n, sus tel¨¦fonos (m¨®vil incluido), los lugares donde entrena y sus horarios de entrenamiento. La federaci¨®n de atletismo est¨¢ capacitada para visitar a un atleta bien en su domicilio bien en su centro de entrenamiento. Y el sistema de control permite que un solo atleta pueda ser "sorprendido" en varias ocasiones a lo largo de una temporada.
Deportes populares como el f¨²tbol y el baloncesto han suavizado el procedimiento. Aunque reglamentariamente la federaci¨®n puede ordenar que un deportista sea visitado en su propia casa, tanto el f¨²tbol como el baloncesto prefieren hacerlo en los lugares de entrenamiento. El baloncesto est¨¢ obligado a hacer 100 controles de este tipo y todo hace indicar que los efectuar¨¢ a partir de la pr¨®xima temporada.
El control por sorpresa tiene algunas diferencias respecto al control oficial en una competici¨®n. Para empezar no se persiguen las mismas sustancias: el control por sorpresa busca en mayor medida rastros de anabolizantes, hormonas y ciertas manipulaciones farmacol¨®gicas (presencia de diur¨¦ticos, por ejemplo).
Tambi¨¦n provocan ciertas dudas sobre si vulneran el derecho a la intimidad. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si un futbolista ha estado de fiesta la noche anterior a ser sometido a un control y se ha fumado un porro? Seg¨²n las autoridades deportivas, no se estimar¨ªa como positivo la presencia de hach¨ªs o similares en un control por sorpresa, salvo que se detectara en proporciones alarmantes (caso de la coca¨ªna, por ejemplo). La reglamentaci¨®n no protege al deportista en este terreno, como ha quedado demostrado en Francia en algunos casos de controles por sorpresa.
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