El refugio de Luis Mariano
Arcangues, como muchos de los pueblos labortanos del interior, cuenta con una estructura dispersa, con esos t¨ªpicos caser¨ªos vascofranceses repartidos por suaves colinas que descienden hacia las playas de la popular C?te Basque. Pero siempre est¨¢n la iglesia, el cementerio, el front¨®n de trinquete o la escuela, para ubicar al visitante en el centro estrat¨¦gico del pueblo, como ocurre en Arcangues: casi pared con pared se encuentran el Ayuntamiento y la coqueta Muthikoen ikasthetxea (escuela infantil); un poco m¨¢s all¨¢ la iglesia rodeada por un cementerio envidiable, junto al trinquete y unas largas mesas de piedra, lugar de reuni¨®n de los vecinos de esta localidad conocida tambi¨¦n con Arkangoitze. Sin embargo, este peque?o pueblo cercano a las playas de Biarritz y Bidart es mucho m¨¢s que esto. Hasta aqu¨ª lleg¨® Luis Mariano Gonz¨¢lez, Luis Mariano, el popular cantante irundarra, fallecido el 14 de julio de 1970, conocido como el "tenor de las 300.000 novias", aut¨¦ntica estrella de la opereta, partenaire de Carmen Sevilla en Violetas imperiales, perdido hoy en el recuerdo, s¨ªmbolo del gusto por un determinado tipo de m¨²sica que ya no goza de gran predicamento. Pero su tumba en el cementerio de Arcangues, en la que tambi¨¦n reposan los restos de otros miembros de la familia Gonz¨¢lez, cuenta con decenas de ramos de flores frescas que prueban la vigencia que, para muchos de sus admiradores, a¨²n mantiene la voz de aqu¨¦l que empezara su carrera en el orfe¨®n Irungo Atsegi?a. Luis Mariano ha sido el ¨²ltimo personaje c¨¦lebre que se ha paseado por Arcangues, una localidad cuya historia ha corrido paralela a la familia del mismo nombre desde el siglo XI, como recuerda la capilla particular que tienen los Arcangues en la iglesia del pueblo, fundada por Augier d"Arcangues en 1516. Ha sido la presencia de este linaje lo que ha marcado la historia de la localidad para bien o para mal. El visitante tiene la oportunidad de disfrutar de algunas de sus aportaciones, como el complejo construido para celebrar fiestas, con escenario y pista de baile cubiertos, o el golf ubicado en terrenos de los Arcangues, que recorre el centro del pueblo y cuya construcci¨®n no estuvo exenta de pol¨¦micas. Los se?ores del castillo Pero, sin duda, lo que ha caracterizado la presencia de esta familia ha sido el chateau, hoy casa se?orial construida sobre los cimientos del verdadero castillo de Arcangues. Desde esa loma, la estirpe ha ido trazando la historia de este enclave, primero como guerreros, m¨¢s tarde desde el mundo de las leyes, y en este siglo, a trav¨¦s de la poes¨ªa y la vida mundana. Quiz¨¢s estos ¨²ltimos aspectos sean los m¨¢s atractivos a la hora de hacer un relato de los que visitaron esta mansi¨®n. Hay que tener en cuenta que los Arcangues, desde 1769 son marqueses de Iranda, t¨ªtulo que les har¨¢ mantener fluidas relaciones con la nobleza europea, una vez que las aguas revueltas de la Revoluci¨®n volvieron a su cauce. Despu¨¦s de ese periodo turbio para se?ores como los de la localidad labortana, el chateau volvi¨® a albergar a personajes notorios, aunque los primeros de ellos, Napole¨®n y el duque de Wellington, no fueran lo que se dice invitados de la familia y su presencia estuviera m¨¢s cerca del concepto okupa. Despu¨¦s de las guerras napole¨®nicas, entre 1850 y 1914, acudieron a este retiro de la costa vasca, en lo que es un aut¨¦ntico fresco de la decadencia europea, personalidades europeas como Napoel¨®n III y su esposa Mar¨ªa Eugenia de Montijo, Bismarck, el archiduque V¨ªctor de Habsburgo, los pr¨ªncipes y princesas rusos y, c¨®mo no, la emperatriz Siss¨ª. Pero ser¨¢ con Pierre d"Arcangues, el poeta, adem¨¢s de alcalde del pueblo, cuando, ya bien entrado el siglo XX, el chateau se convierta en un verdadero foco cultural: m¨²sicos como Stravinsky o Ravel, escritores: Andr¨¦ Gide, Andr¨¦ Maurois, Andr¨¦ Malraux, Paul Valery, Fran?ois Maurois, Somerset Maugham, Stefan Zweig... Arcangues es en los veranos en la Costa Vasca el foro cultural por excelencia, gracias a las inquietudes (y al dinero) de Pierre d"Arcangues, marqu¨¦s d"Iranda. En los a?os cincuenta la n¨®mina incluye tambi¨¦n actores norteamericanos como Frank Sinatra, Gary Cooper o Bing Crosby. Y es en este momento cuando las vidas del marqu¨¦s d"Iranda y Luis Mariano se cruzan por vez primera. En 1958 el tenor irundarra construye en el pueblo labortano su casa, Marianoko borda, y se inicia una relaci¨®n entre ambos que desemboca en la composici¨®n del tema Arcangues por el marqu¨¦s y que inmortalizar¨¢ el cantante. Son los ¨²ltimos a?os de Pierre d"Arcangues (fallecer¨¢ en 1973) y ya su hijo Guy comienza a tomar el relevo de las relaciones sociales del chateau. Con ¨¦l llegar¨¢n las estrellas del papel couch¨¦: Johnny Hallyday, Sylvie Vartan, Chantal Goya, Catherine Deneuve, Alain Delon... Pierre el poeta Se iba una ¨¦poca y llegaba otra, m¨¢s fr¨ªvola, en la que sonaban lejanos los versos de Pierre d"Arcangues, tradicionales, costumbristas, evocadores de un Pa¨ªs Vasco rural que poco ten¨ªa que ver con el real, como cuando dice: "(...) Et le Basque s"en va, parfois, cherchant fortune,/ Mais qu"il soit de Bayonne ou bien de Pampelune,/ Ou des bords de l"Adour aux matins de cristal/ De Biscaye ou d"Ascain, de Soule ou de Navarre./ Il garde en lui jusqu"a a la fin, comme un avare,/ La voix de son Pays Natal)". ("...Y el vasco se va, a veces, buscando fortuna,/ Pero, ya sea de Bayona o de Pamplona,/ o de las orillas del Adour de las ma?anas cristalinas/ De Vizcaya o de Ascain, de Soule o de Navarra/ Guarda en s¨ª hasta el final, como un avaro,/ La voz de su Pa¨ªs Natal") Pierre d"Arcangues est¨¢ enterrado a escaso cinco metros de Luis Mariano, con vistas al golf que sus herederos han construido en sus propiedades. No tiene tantas flores como el cantante guipuzcoano, pero su tumba es sin duda la m¨¢s grande del camposanto de Arcangues, muestra del poder¨ªo de este linaje. Sobre la l¨¢pida, la inscripci¨®n "eman ta zabal zazu", procedente del Gernikako arbola de Iparraguirre (lema tambi¨¦n de la Universidad del Pa¨ªs Vasco) y que viene a significar algo as¨ª, en traducci¨®n libre, como "dad y expandiros". Lo que sin duda hicieron los Arcangues a lo largo de ocho siglos de historia.
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