Francia reconstruye los a?os cubistas
Una gran exposici¨®n recrea en Lille el esp¨ªritu del movimiento que revolucion¨® el arte
Se trata de una oportunidad excepcional. La reuni¨®n de cuadros que propone el Museo de Villeneuve d"Ascq, localidad vecina de Lille, en el norte de Francia, tiene algo de milagroso. No se trata tan s¨®lo de que sea infrecuente poder contemplar 146 obras cubistas salidas de las manos de 22 artistas distintos, sino de que todas esas composiciones fueron realizadas en un breve periodo de tiempo -menos de 20 a?os- y mientras sus autores viv¨ªan, todos ellos, a pocos kil¨®metros los unos de los otros. Fue toda una revoluci¨®n en el mundo del arte que tuvo a Par¨ªs como centro.
Entre 1907 y 1920, Archipenko, Braque, Csaky, Robert y Sonia Delaunay, Derain, Marcel y Jacques y Raymond Duchamp, Henri Gaudier-Brzeska, Albert Gleizes, Gris, Roger de La Fresnaye, Henri Laurens, L¨¦ger, Andr¨¦ Lhote, Jacques Lipchitz, Louis Marcoussis, Jean Metzinger, Picasso, L¨¦opold Survage y Zadkine inventaron el cubismo, acabaron con la perspectiva que hab¨ªa dominado la pintura occidental desde el Renacimiento y convirtieron, seg¨²n f¨®rmula can¨®nica del poeta Apollinaire, la "realidad de la visi¨®n" en "realidad de la concepci¨®n".Esa revoluci¨®n art¨ªstica y conceptual -que acabar¨¢ desembocando en otros ismos, pero, sobre todo, en la abstracci¨®n- se produjo en Par¨ªs o, mejor dicho, tuvo Par¨ªs como epicentro. Llegados de Espa?a, Ucrania, Letonia, Hungr¨ªa, Lituania, Polonia, Rusia o la provincia francesa -s¨®lo tres de los 22 nacieron en Par¨ªs-, estos pintores, dibujantes y escultores se embarcaron en una aventura que fue calificada de cubista por un cr¨ªtico despectivo que le reprochaba a Braque el que "despreciase la forma" para "reducirlo todo, lugares y figuras y casas, a esquemas geom¨¦tricos, a meros cubos". Tres a?os m¨¢s tarde, esa misma cr¨ªtica se exasperar¨¢ ante las telas de L¨¦ger y hablar¨¢ del "cubista tubista" ante el delirio de cilindros en que se convierten las composiciones del artista, preocupado por "dar rigidez a las formas para evitar el dibujo sentimental".
Peque?o mundo
En Villeneuve d"Ascq podemos ver ese peque?o mundo de creadores intercambiando hallazgos, copi¨¢ndose o desminti¨¦ndose, elogi¨¢ndose o atac¨¢ndose, viviendo juntos la euforia del descubrimiento, explorando a la vez todas las posibilidades del nuevo juguete. Para Braque, Gris y Picasso, para los padres fundadores, no cabe la menor duda: en el origen est¨¢ C¨¦zanne. La retrospectiva p¨®stuma que Par¨ªs le dedica en 1907 abre los ojos a todos aquellos que quer¨ªan ver.Braque se instala en L"Estaque, junto a Marsella, bajo el mismo ¨¢rbol desde el que C¨¦zanne pintaba, e intenta analizar ese paisaje e ir a¨²n m¨¢s all¨¢. Sus telas de 1908 y 1909 permiten seguir su an¨¢lisis y compararlo con el que, al mimo tiempo y en otro lugar, hace Picasso con un grupo de mujeres, esas c¨¦lebres demoiselles de la calle de Aviny¨®, cuyas cabezas y cuerpos van a volver loca la historia del arte. "Avanz¨¢bamos como una cordada de monta?eros", dir¨¢ luego Braque al descubrir la ascensi¨®n en paralelo que ha coprotagonizado.
La guerra de 1914-1918 romper¨¢ el equilibrio m¨¢gico entre todo el grupo. Algunos marchar¨¢n al frente y perder¨¢n la vida; otros, el entusiasmo; varios de ellos se encontrar¨¢n enfrentados en bandos distintos, mientras que son numerosos los que optan por exiliarse, por buscar un pa¨ªs no beligerante o lejano. Luego, aunque la paz llega, las cosas ya no vuelven a ser iguales.
La exposici¨®n es tambi¨¦n un elogio indirecto a un marchante -Daniel-Henry Kahnweiler- y a varios coleccionistas: Andr¨¦ Lef¨¨vre, Raoul La Roche, el matrimonio Gourgoud, Georges Salles, Marie Cuttoli, Roger Dutilleul o Jean Masurel. El caso del marchante es prodigioso, porque la pr¨¢ctica totalidad de las obras pasaron por sus galer¨ªas y all¨ª estuvieron hasta que en cuatro ventas, entre 1921 y 1923, fueron centrifugadas a los cuatro rincones del mundo.
Descentralizaci¨®n
La exposici¨®n, que ha de prolongarse hasta el 18 de julio, es una m¨¢s de las muchas extraordinarias que est¨¢n permitiendo el cierre temporal del Centro Georges Pompidou de Par¨ªs. De las 146 obras presentadas, 110 proceden del complejo parisiense, mientras que las otras las aporta la ciudad de Lille.Es un nuevo ejemplo de los buenos resultados de la descentralizaci¨®n forzosa que vive el mundo art¨ªstico franc¨¦s, como ya lo era la antol¨®gica de instalaciones que ha podido verse recientemente en Marsella o las exposiciones que acompa?an las inauguraciones o restauraciones de museos como los de las ciudades de Estrasburgo, Nancy o El Havre.
En todos los casos, las muestras son amplias, coherentes y resucitan obras en general poco exhibidas y que en un gran museo s¨®lo pueden aparecer espor¨¢dicamente.
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