Im¨¢genes de la verdad
Es blanco. Totalmente blanco y casi transparente. El pelo de la cabeza, blanco, abundante, se une con el de su barba, blanca. Su aire de asceta se desvela en unos ojos hundidos, peque?os, de mirada penetrante y sentimiento triste. Vicente Traver Calzada pinta desde hace m¨¢s de 40 a?os y, pese a las distintas ¨¦pocas y tendencias en las que pueda dividirse su obra, toda ella revela el trabajo minucioso, meticuloso, detallista y casi obsesionado por la perfecci¨®n, al que el autor, como a s¨ª mismo, la ha sometido. Figurista y realista, utiliza el hiperrealismo para criticar sus excesos y mostrar el sentido del abstracto. Como "la dichosa m¨¢quina de fotografiar", dice, "que s¨®lo puede reflejar un momento y no una imagen de momentos como hace la pintura". Las salas de San Miguel y Casa Abad¨ªa de Castell¨®n albergan, hasta el d¨ªa 4, una exposici¨®n casi retrospectiva de este artista burrianense, al que se le han calculado cerca de mil obras. Adem¨¢s, tambi¨¦n la Fundaci¨® Caixa Castell¨®, ha editado un cat¨¢logo que concentra, en m¨¢s de 200 p¨¢ginas, una gran parte de su historia art¨ªstica, presentada por su hija, Paula Traver, quien le procura la necesaria terrenidad del ejercicio de padre. La muestra se trasladar¨¢ en septiembre a Valencia y, posteriormente, a Alicante. Para Castell¨®n, el hecho de que una muestra pict¨®rica haya sido visitada por m¨¢s de 15.000 personas y 2.500 escolares, es todo un logro. Traver Calzada inicia su jornada de trabajo cuando sale el sol y la concluye cuando ¨¦ste se pone. Recibe encargos, bastante continuos, y se perfila como uno de los pintores castellonenses del que se hablar¨¢ mucho cuando ya no exista. Mientras, provoca las habladur¨ªas. En 1996, acept¨® la creaci¨®n de una imagen para el altar mayor de la Iglesia de Alcal¨¤ de Xivert. En ella, un ¨®leo de m¨¢s de cinco metros de altura, representa la degollaci¨®n de San Juan Bautista pero, ?ah!, sus verdugos no aparecen como soldados de hace 2.000 a?os, sino como militares contempor¨¢neos que revelan su capacidad de, todav¨ªa hoy, ejecutar a quien defiende sus ideas. Vicente Traver Calzada es un hombre de f¨ªsico reconocible, pese a que sus salidas son cada vez m¨¢s contadas. Su obra se cotiza, pero no por ello ha perdido la oportunidad de guiar a los alumnos de los distintos centros escolares que han solicitado la visita a la exposici¨®n. "Hab¨¦is visto la obra separada en tres salas", explica al grupo de turno. "La primera ¨¦poca est¨¢ marcada por los acontecimientos sociales y la represi¨®n, mientras que la segunda es una muestra m¨¢s abierta a los distintos lenguajes est¨¦ticos", contin¨²a. "Un cuadro es algo abierto y si aburre, el problema no es vuestro sino del pintor que no ha sabido captar vuestro inter¨¦s", deja caer ante un grupo de quincea?eros, para pasar a explicar, con detenimiento, uno de sus ¨®leos. Caos, orden, poder, libertad, autoridad y autoritarismo son algunos de los conceptos que utiliza para expresar lo que, seg¨²n dice, representan sus im¨¢genes. Inmiscuido en sus intentos por atraer la atenci¨®n de los visitantes, alguien, de repente, a los pocos minutos de iniciar la ruta, eleva una mano enmedio del grupo. El pintor se muestra apresurado en resolver o comentar el inter¨¦s del lanzado. "Dime", le asalta. "?Podemos dejar las mochilas en alg¨²n sitio?", espeta el adolescente con el triste realismo del peso del conocimiento. Es igual. Traver Calzada no cejar¨¢, como en su pintura, en su empe?o. Las mochilas quedan en un rinc¨®n de la sala mientras acaba el recorrido y un estudiante intenta convencer a otro de sus dotes de pintor. "Sin duda lo que atrae de mis cuadros es esa mezcla presente en toda mi obra, en la que se ven cosas contradictorias. Lo que pretendo transmitir es que no es caprichoso sino una actitud coherente, con una l¨®gica determinada que, a trav¨¦s del tiempo, va determinando la evoluci¨®n de mi carrera art¨ªstica", concluye.
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