El hombre frente a su mesa GUILLEM MART?NEZ
Deconstruyendo a Harry Pla. Recientemente ha aparecido un libro con una faja que pone que se trata de uno de los libros que m¨¢s influy¨® a Josep Pla. Bueno. O.K. Pero, ya puestos, lo que aqu¨ª sigue son ganas de liarla. En Pla confluyen varias opciones, relecturas y reescrituras -porque uno, de hecho, escribe para reescribir lo que le hubiera gustado escribir-. Opciones, relecturas y reescrituras como las propuestas por Montaigne, a quien lee y le saca la foto muy pronto -los Ensayos que se conservan en la biblioteca de Pla est¨¢n fechados a mano en Carnestoltes de 1917-, Pascal, Renard y un pollo que posiblemente es todo lo contrario, Paul L¨¦autaud, un cr¨ªtico teatral franc¨¦s que, en cierta manera, hace en Francia lo que Pla y Sagarra hacen aqu¨ª con el catal¨¢n: quitarle las collonades pos-simbolistas al asunto. L¨¦autaud es, por cierto, lo m¨¢s parecido a Pla que ha edificado una cultura normal. Es el autor de un diario personal de dimensiones espaciales planianas/ russmeyerianas -1893-1956, chorrocientos vol¨²menes-, abierto al autoplagio, en el que habla de todo, desde su presi¨®n arterial hasta su odio hacia el Front Populaire. Para m¨¢s paralelismo con Pla, L¨¦autaud, en su pa¨ªs, congrega aut¨¦nticos detractores y aut¨¦nticos yonquis, como pasa por aqu¨ª abajo con el Chaval de la Boina. Y con Star-Treek. Un ¨²ltimo autor del top-ten planiano -Pla lo descubre tarde, a esa edad en la que a uno ya s¨®lo le queda por descubrir lo de la pr¨®stata- es Leopardi. El Leopardi de los Cantos, de los Di¨¢logos y -?yehehei!- del Zibaldone. Pla, incluso, traduce alg¨²n fragmento de este libro en el volumen 37 de su obra completa. Ahora, en lo que es una fiesta mayor de la traducci¨®n a las lenguas peninsulares, aparece el Zibaldone (Columna-L"Albi) en una edici¨®n y traducci¨®n de Assumpta Camps, profe de la Universidad de Barcelona, que ha recibido la colaboraci¨®n del Centro Nazionale di Studi Leopardi y de la Giunta Nazionale Leopardina, que hace nada se ha sacado el premio de traducci¨®n Serra d"Or y que est¨¢ en las librer¨ªas, con una faja en la que pone que es uno de los libros que m¨¢s influy¨® a Josep Pla, etc¨¦tera. I"m a big, big girl / in a big, big world. El grueso de autores del p¨¢rrafo anterior tiene una cosa en com¨²n, de la cual el que m¨¢s cojea quiz¨¢s sea el propio Pla: la vocaci¨®n de sistematizar el mundo en una mesa. Eso es una cosa que consiste en sentarse delante de una mesa con un papel y un boli, y fabricar una literatura cuyo eje es la traducci¨®n del mundo a la primera persona. Es la literatura yo-creo-que, a-mi-me-parece-que, un tipo de creaci¨®n que va de lo micro a lo macro, o de lo macro a lo micro, o al rev¨¦s, y cuyos efectos son universales. Es una literatura en la que el mundo cae encima de tu mesa, algo que te puede ocurrir, incluso, si no tienes mesa, y que dibuja al hombre moderno, un tipo que intenta sistematizar lo insistematizable: la realidad -el presente, la tradici¨®n anterior-, a partir de lo ¨²nico relativamente sistematizable de todo ello: yo. Como se puede ver, la met¨¢fora del tipo sentado en su mesa frente a Internet, una realidad simult¨¢nea imposible de abarcar y, si me fuerzan, imposible de comprender, es anterior a la invenci¨®n de Internet. El yo. La aportaci¨®n de Leopardi al asunto -el Zibaldone- es especialmente densa, punzante y formulada en un momento hist¨®rico -la ilustraci¨®n da paso al romanticismo- en el que el proyecto de modernidad -algo que, si uno lo mira bien, dura cuatro d¨ªas- se diluye y da paso a cierto desinter¨¦s, a menudo desesperado, para organizar sistem¨¢ticamente la realidad. Leopardi es, adem¨¢s, una met¨¢fora del hombre moderno: un hombre seriamente aislado y seriamente enfermo. Frente a una mesa. Lo suyo es un libro descomunal -m¨¢s de 4.000 p¨¢ginas-, escrito como notas personales, sin ¨¢nimo de verse jam¨¢s publicadas. Abarcan todo aquello que Leopardi denomin¨® filosof¨ªa pr¨¢ctica, pensamientos desorganizadamente organizados sobre el placer, la pol¨ªtica, el amor, la literatura y todo lo que cae sobre tu mesa -todas las mesas, snif, son iguales-. El Zibaldone es un libro que es todo un g¨¦nero en un solo libro, que apareci¨® publicado en Italia hace tan s¨®lo 100 a?os y que en la Pen¨ªnsula, a pesar de haberse traducido fragmentariamente en varias lenguas, a¨²n no se le hab¨ªa dado un tute como el que se le ha dado. Es una opci¨®n de algo diferente, que en su d¨ªa no se produjo en la Pen¨ªnsula y que ahora llega a unas literaturas que no se han interesado mucho por el yo. Y, aunque no venga al tema, unas culturas que, como todas, est¨¢n viendo morir el t¨².
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