"Me preocupa la dificultad de los j¨®venes para expresarse oralmente y por escrito"
El profesor John DiBiaggio, de 66 a?os, preside desde hace seis a?os la selectiva Universidad Tufts, de Boston (EE UU), en la que cada a?o s¨®lo consigue matricularse uno de cada diez solicitantes. Su curr¨ªculum acad¨¦mico refleja a la perfecci¨®n la formaci¨®n general que postula para sus estudiantes: es licenciado en Ingl¨¦s y en Qu¨ªmica, y realiz¨® estudios de posgrado en Odontolog¨ªa y en Administraci¨®n. Tambi¨¦n dirige el Consejo Americano de Educaci¨®n, el organismo que act¨²a como interlocutor del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos en materia de educaci¨®n superior. Anteriormente presidi¨® las Universidades de Connecticut y de Michigan.Su actual universidad, con una fuerte vocaci¨®n internacional y reconocida entre las 25 mejores de EE UU, lleva 20 a?os colaborando con Espa?a (primero con la Universidad de Barcelona y, desde 1985, con la Aut¨®noma de Madrid). Entre ayer y hoy, la Tufts est¨¢ celebrando en Madrid la reuni¨®n de su Consejo Social Internacional.
Pregunta. ?Qu¨¦ tienen las universidades de EE UU que no tengan las europeas?
Respuesta. Nuestra principal aportaci¨®n ha sido dar una oportunidad universitaria a toda la sociedad. En otros pa¨ªses, el acceso a la ense?anza superior es m¨¢s limitado que en EE UU, con sus 3.500 universidades. Tambi¨¦n aportamos una concepci¨®n de la formaci¨®n liberal, que consiste en que el alumno, en sus cuatro primeros cuatro a?os de facultad, tiene la obligaci¨®n de estudiar un poco de todo. Las universidades de EE UU no promueven una especializaci¨®n precoz. La especializaci¨®n empieza con los estudios de posgrado, con los m¨¢ster. Tambi¨¦n es importante nuestro concepto de gobierno de la universidad, en manos del Consejo Social, el m¨¢ximo poder universitario, que nombra a los presidentes.
P. Los europeos creen que la ense?anza b¨¢sica en EE UU es mediocre. ?Lo percibe usted en sus reci¨¦n llegados?
R. Nuestro sistema educativo es una verg¨¹enza desde la infantil hasta la secundaria. Pero no las universidades: muchos extranjeros vienen buscando centros de excelencia. La nuestra, por ejemplo, es muy competitiva. De 13.500 solicitantes anuales, s¨®lo consiguen plaza 1.200, el 9%. Los estudiantes que no tienen buen nivel no entran. Para ilustrarlo le dir¨¦ que, mientras que s¨®lo el 60% de los hispanos termina la secundaria y s¨®lo el 50% hace lo propio con la licenciatura, en Tufts acaba el 80%.
P. El panorama que pinta con los hispanos es tremendo.
R. Pues me temo que si no arreglamos la situaci¨®n de esta poblaci¨®n desfavorecida, podemos acabar como un pa¨ªs del tercer mundo.
P. ?La selecci¨®n de alumnos es econ¨®mica o s¨®lo intelectual?
R. Estudiar en nuestra universidad cuesta 4,6 millones de pesetas al a?o. El 40% de nuestros estudiantes recibe ayuda financiera. Como promedio reciben la mitad del coste. La selecci¨®n de alumnos se hace sin tener en cuenta en absoluto la situaci¨®n econ¨®mica.
P. Usted, que ha presidido una universidad p¨²blica y una privada, ?qu¨¦ diferencias encuentra?
R. Las p¨²blicas son muy grandes. Con 40.000 alumnos no pueden dar una buena atenci¨®n individual. Pero un alumno con car¨¢cter independiente funciona bien. En nuestra universidad s¨®lo hay 8.500 estudiantes, 4.000 de ellos de posgrado, y 1.000 profesores. Cuidamos m¨¢s al alumno.
P. ?Qu¨¦ proporci¨®n p¨²blica-privada se da en la universidad de EEUU?
R. El 75% p¨²blica, y el 25% privada.
P. ?Repercute el aprendizaje eminentemente pr¨¢ctico de EEUU en la calidad del conocimiento adquirido? R.Es un problema largamente debatido. Hay una concepci¨®n falsa de que todas las universidades de EEUU son iguales o parecidas. Son muy diferentes. Las universidades selectivas ofrecen una base te¨®rica tan importante como la faceta pr¨¢ctica. Pero no perdemos de vista que preparamos a la gente para vivir.
P. El profesor de hoy, ?debe ser un asesor del alumno o el maestro que imparte conocimiento o doctrina?
R. Ambas cosas, si bien el profesor en EEUU no tiene ni la autoridad ni la autonom¨ªa que tiene en Europa.
P. En Europa hay un t¨®pico sobre EEUU: que un buen deportista no necesita ser buen estudiante para ser mimado.
R. Eso es cierto, pero s¨®lo en algunas universidades. En lo deportivo hay tres divisiones: la primera est¨¢ formada por las 300 universidades que participan en las grandes ligas deportivas; la segunda est¨¢ formada por la gran mayor¨ªa, que no participan en estas famosas ligas, y en la tercera estamos los que no damos ninguna facilidad acad¨¦mica por la capacidad deportiva.
P. Tambi¨¦n se reprocha a su pa¨ªs una excesiva preocupaci¨®n financiera o mercantil en menoscabo de lo acad¨¦mico.
R. Puede que suceda en alg¨²n caso, pero no en la mayor¨ªa.
P. ?Cu¨¢les son las principales fuentes de financiaci¨®n?
R. En las universidades p¨²blicas el dinero de los estados, que supone en torno al 40%. Tanto las p¨²blicas como las privadas tenemos tasas de matr¨ªculas, cobro de prestaci¨®n de servicios y contratos de investigaci¨®n.
P. ?Y donaciones?
R. Nosotros recibimos unos 12.000 millones de pesetas al a?o en donaciones. El 40% de nuestros 70.000 antiguos alumnos dona dinero cada a?o. Aunque resulte extra?o en Europa, esto es algo natural en EEUU, en donde los ciudadanos se sienten responsables de sus universidades.
P. ?Invierten las Administraciones lo suficiente o tienen ustedes quejas al respecto? R. Claro que tenemos. Los Gobiernos estatales invert¨ªan antes m¨¢s, pero ahora tienen muchas necesidades para la sanidad p¨²blica, la atenci¨®n a los mayores y la creciente poblaci¨®n carcelaria. Esto merma el gasto educativo. Por otro lado, la inversi¨®n federal en investigaci¨®n es creciente, pero insuficiente. Hay demasiados gastos militares.
P. ?La mayor parte de la investigaci¨®n se hace fuera o dentro de la Universidad?
R. Dentro. Tambi¨¦n en eso nos diferenciamos de Europa.
P. ?Qu¨¦ futuro se avecina con las nuevas tecnolog¨ªas?
R. ?se es el desaf¨ªo. No s¨®lo por la inversi¨®n de partida, sino por el desarrollo y el mantenimiento. Mientras estamos invirtiendo en Internet 2, ya sabemos que se est¨¢ creando Internet 3: es una carrera sin fin. La gran revoluci¨®n es el acceso general a las bibliotecas y a todo tipo de documentaci¨®n actualizada, as¨ª como la comunicaci¨®n entre profesores y alumnos. Pero la tecnolog¨ªa es un instrumento, no podr¨¢ reemplazar al profesor en el aula.
P. ?Se adaptan los profesores?
R. No tanto como los alumnos. Los profesores no se han criado con ello y no quieren cambiar. Se resisten porque tienen miedo a que se les reemplace. Pero no ser¨¢ as¨ª. Siempre ser¨¢n necesarios el di¨¢logo y la interpretaci¨®n. Pero hay algo digno de atenci¨®n: el estudiante de hoy entra en Internet y, si no encuentra una respuesta instant¨¢nea, abandona. Cuando nosotros hac¨ªamos un trabajo o una investigaci¨®n ¨ªbamos de una fuente a otra hasta encontrar lo que busc¨¢bamos.
P. ?Cree que las nuevas generaciones est¨¢n mejor o peor preparadas que las anteriores?
R. Hay de todo. Los j¨®venes son muy competentes con la tecnolog¨ªa, pero me preocupa su creciente dificultad para comunicarse oralmente y por escrito. Y para pensar anal¨ªticamente. Siempre digo que no importa lo inteligente que sea uno si no es capaz de expresarse.
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