Uceda Leal o la parsimonia
Entre la constelaci¨®n de figuras que abarrotaron el callej¨®n de la centenaria plaza de Haro tuvo que ser Uceda Leal el que puso las cosas en su sitio. Dej¨® a un lado los vericuetos de la falsa tauromaquia actual, puso distancia entre su anatom¨ªa y la del novillo y dibuj¨® el toreo con parsimonia y profundidad. No hubo destajismo e imper¨® en su faena el sentimiento, las manos bajas y la natural medida de la lidia. Adem¨¢s, en vez de situarse paralelo al toro, le dio el medio pecho para luego cargar la suerte en los muletazos.Morante dej¨® tambi¨¦n algunos detalles soberbios en una faena en la que imper¨® la distancia y la improvisaci¨®n.
Los dem¨¢s, excepto Curro V¨¢zquez, que no tuvo enemigo, abusaron de la cercan¨ªa y la monoton¨ªa que marca el derechazo despegado y los zapatillazos. Paco Ojeda, que volvi¨® como matador a pie, dej¨® escapar a un novillo boyante a base de atropellados muletazos.Rivera Ord¨®?ez recorri¨® toda la plaza dictando una faena vulgar y rematando el viaje por donde acababan los tendidos y evidenci¨® todas y cada una de las caracter¨ªsticas que adornan el toreo que manda en el taurinismo, pero que no consienten los pocos aficionados que todav¨ªa frecuentan los cosos.
El Torre¨®n / Siete matadores
Novillos despuntados para festival de El Torre¨®n, desiguales y sin fuerza.Curro V¨¢zquez: ovaci¨®n. Manzanares: oreja. Paco Ojeda: vuelta. C¨¦sar Rinc¨®n: aviso y silencio. Rivera Ord¨®?ez: ovaci¨®n. Uceda Leal: dos orejas. Morante de la Puebla: dos orejas y rabo. Plaza de Haro, 10 de abril. XI Festival Pro-restauraci¨®n de la plaza. Tres cuartos de entrada.
Manzanares dej¨® alguna gotita de su suave tauromaquia, eso s¨ª, aglutinada de bruscos zapatillazos para llamar la atenci¨®n de un burel que s¨®lo se animaba a media altura. C¨¦sar Rinc¨®n no cambi¨® el rumbo que se imponen las figuras y se perdi¨® con otro novillo que no se ten¨ªa en pie.
Tuvo que ser al final, cuando la tarde agonizaba, el momento en el que Uceda Leal se echara la muleta a la izquierda y reivindicara frente a los que imponen su norma en los carteles el canon bello, misterioso, de la lidia.
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