Asunci¨®n promete dar "ca?a" J. J. P?REZ BENLLOCH
Apenas confirmado como candidato del PSPV a la Generalitat, Toni Asunci¨®n se ha puesto al tajo electoral que ya se ven¨ªa trabajando desde las entretelas conspirativas. Con dos meses justos por delante para su cita con las urnas no tiene tiempo que perder, y sobre todo no puede perder la menor oportunidad que le brinden los medios de comunicaci¨®n, de los que su partido dice sentirse desvalido. Su primera comparecencia despu¨¦s de la investidura, adem¨¢s, propiciaba un buen aprovechamiento de la expectaci¨®n suscitada entre la galaxia medi¨¢tica. Quiz¨¢ no fuese decisivo, ni habr¨ªa que esperarlo, el qu¨¦ dijese o callase en esta oportunidad un tanto improvisada, pero acaso nos sugiriese el tono del discurso que pespunta. Y en este sentido, a mi juicio, no defraud¨®: dio la nota. Por lo pronto, y como corolario de lo dicho el jueves pasado por el candidato, podemos deducir que se han acabado las cortes¨ªas para con el partido que gobierna y, particularmente, para con su l¨ªder el presidente Zaplana, acerca del cual ha prometido, metaf¨®ricamente, claro, tocarle la cara, y bien tocada. O sea, un anticipo del cuerpo a cuerpo dial¨¦ctico que se propicia y del que algunos dudamos que llegue a consumarse. Joan Lerma lo rehuy¨® en su d¨ªa y Asunci¨®n se lo habr¨¢ de pensar dos veces antes de echarse al ruedo, pues una cosa es el tiro al mu?eco de feria con todas las licencias de la brega electoral y muy otra afrontar un debate ante las c¨¢maras frente a un adversario que ha exhibido cintura y recursos, por m¨¢s que el aspirante pueda opinar justamente lo contrario. Como hemos de suponer que el ex ministro no habla por boca de ganso, y en coherencia con sus declaraciones, se avecina una campa?a trufada de denuncias improbables en buena parte e insinuaciones turbias. Ya veremos qu¨¦ queda de esa "pol¨ªtica clientelista y nep¨®tica" que Asunci¨®n anota, as¨ª como de los "incumplimientos y mentiras" del PP en los que asimismo insiste. Y no dir¨¦ yo que deban omitirse, pues se trata de una metralla muy eficaz en la guerra por el voto y por los grandes titulares de prensa, pero en estos trances conviene saber con precisi¨®n d¨®nde y c¨®mo se escupe cuando no se tiene a mano un paraguas. Y no trato de disuadir al candidato, ya que su belicosidad garantiza, cuanto menos, la amenidad de los comicios, que no el saneamiento de la vida p¨²blica. Podr¨ªa imaginar que estos desahogos del candidato son ¨²nicamente un amago histri¨®nico para movilizar a los medios de comunicaci¨®n, soterrar el recuerdo de Joan Romero y la crisis reciente, al tiempo que insufla un poco de canguelo en el adversario, tan avezado a la placidez de estos a?os. Nada como una traca para distraer la atenci¨®n del personal, o alarmarlo. Pero tambi¨¦n podr¨ªa acontecer que ¨¦sta es toda o la mayor parte del recetario que los socialistas nos proponen para afrontar el milenio, y en tal supuesto habr¨¢n hecho un pan como una hostia, pues m¨¢s all¨¢ de distraernos aireando las maldades del PP vendr¨¢n a reiterar lo que es una triste premonici¨®n: que con tan gallin¨¢ceo vuelo es dif¨ªcil que no los confundamos con aves de corral. Quisiera creer que este primer serm¨®n ha sido tan s¨®lo una parida ocasional calculada para levantar el enervado ¨¢nimo de la clientela partidaria y nutrir el llamado efecto Asunci¨®n. Quisiera creer que el veterano candidato lleva en su zurr¨®n -que en su caso ser¨ªa attach¨¦ repujado- prop¨®sitos y ofertas de mayor enjundia para el futuro de este pa¨ªs. Quisiera creer que no cede a la tentaci¨®n demag¨®gica o circense y aprovecha, como ha dicho, el bagaje de reflexiones que le leg¨® su antecesor en la candidatura. Somos un pa¨ªs fr¨¢gil, con m¨¢s flaquezas sociales y estructurales de las que el euf¨®rico PP -y antes el mismo PSPV- admiten y no es de recibo que el aspirante a gobernarnos en nombre de la izquierda, siquiera la izquierda socio-liberal, se empecine en tocarle la cara a su antagonista. Un ejercicio f¨²til y decepcionante del que, ret¨®ricamente, podr¨ªa salir con un ojo a la funerala. Cambia de partitura, Toni.
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