Refugiados kosovares aseguran que los serbios les atacan en cuanto llegan los aviones de la OTAN
A Rotman Bajrami se le han quedado los ojos chicos de tanto llorar. El mi¨¦rcoles, cerca de la una del mediod¨ªa, vio morir de un bombazo a su hijo Ferat, de 35 a?os. Viajaban todos en larga columna de tractores por Krusha, a mitad de camino entre Djakovicaa y Prizren. Su destino era Albania, por orden de Belgrado. "Hubo una terrible explosi¨®n. De repente todo se llen¨® de humo. La gente salt¨® de los veh¨ªculos y corri¨® a esconderse. Unos, a los lados del camino; otros, debajo de los tractores. Mi hijo, que iba delante, estaba entre los muertos", explica Rotman sec¨¢ndose las l¨¢grimas.
Ella es uno de los refugiados de la caravana que transitaba por la zona y a la hora aproximada donde un avi¨®n de la OTAN atac¨® por error a un convoy civil. "Escuchamos el paso de aviones. Inmediatamente despu¨¦s comenzaron las explosiones. Tambi¨¦n hubo disparos. Todo fue confuso. Creo que dur¨® una hora", dice Rotman. Aunque el trauma de la expulsi¨®n sumaria de su hogar y de la imagen de los cad¨¢veres destrozados ha podido mermar su noci¨®n del tiempo, Rotman est¨¢ convencida de que se trat¨® de un ataque de las tropas serbias. "Ha ocurrido otras veces; en cuanto aparecen los aviones, los serbios bombardean a los refugiados para poder culpar a los pilotos". Antes de llegar a Krusha, la caravana de Rotman pas¨® por Djakovica. Eran las once la ma?ana. "Atrevesamos un puente y seguimos por la carretera hacia Prizren. La polic¨ªa serbia nos escoltaba a ambos lados, para evitar que nos detuvi¨¦semos demasiado. Lo que deseaban era vernos fuera de Kosovo lo antes posible". Rotman sostiene que no hab¨ªa veh¨ªculos militares serbios camuflados en el convoy tratando de confundir a la OTAN. "No, no, s¨®lo iba con nosotros la polic¨ªa especial, a los lados, en camiones y en veh¨ªculos".
Cuando termin¨® el ataque, los supervivientes emergieron de sus escondrijos. Lo que vieron fue un amasillo de tractores, cuerpos y enseres. "Ten¨ªamos much¨ªsimo miedo. Todo el mundo gritaba. Todos buscaban a sus familiares. Tardamos bastante tiempo en reunir de nuevo a toda la familia". La mujer de Ferat, junto a sus seis hijos (de 2 a 12 a?os), vieron con sus propios ojos el cuerpo destrozado de su marido y padre junto al del conductor del tractor. "Hab¨ªa muchos muertos y heridos. La carretera estaba llena de manchas de sangre", dice Rotman. A su segundo hijo, que viajaba en el mismo tractor que ella, la explosi¨®n le arranc¨® un brazo de cuajo. Ellos aseguran que antes de esa bomba hubo otras que afectaron a los que marchaban en cabeza de la caravana. "Cuando termin¨® todo, la polic¨ªa serbia reapareci¨®. Los agentes se llevaron el cad¨¢ver de mi hijo, a quien yo misma hab¨ªa tapado con una manta. No s¨¦ siquiera si lo han enterrado".
A su otro hijo la polic¨ªa lo traslad¨®, junto a otros heridos, al hospital de la ciudad de Prizren. Tampoco pudo acompa?arlo. La familia Bajrami, o lo que queda de ella, cruz¨® la frontera de Albania a las dos de la madrugada del jueves. El Alto Comisionado de Nacionas Unidas para los Refugiados (ACNUR) les instal¨® en pocos minutos en un campamento griego. Ayer, a mediod¨ªa, los seis hijos de Ferat se arracimaban contra los regazos de su madre y de su abuela. El ni?ito de cinco a?os, el m¨¢s afectado, balbuceaba dolor: "Pap¨¢, pap¨¢, quiero ver a mi pap¨¢". "No te preocupes, hijito, no te preocupes, que tu pap¨¢ se ha ido a luchar por Kosovo", dec¨ªa ella. Al cruzar dos aviones sonaron dos explosiones secas. Todos se echaron a llorar. Son chiquillos traumatizados. "Los militares serbios siempre actuaban as¨ª en Drenica. En cuanto aparec¨ªan los aviones de la OTAN, atacaban a los civiles. Esta vez ha sido igual, estoy segura", afirma Zheurie Fasliu, otra refugiada. "Los bombardeos deben continuar", dice un hombre mayor. "La OTAN es nuestra ¨²nica esperanza de regresar. Ahora es cuando no nos pueden fallar".
Ayer, la artiller¨ªa serbia record¨® a los que han cruzado la frontera el infierno que han dejado atr¨¢s. Varios proyectiles cayeron sobre territorio alban¨¦s cerca de Kukes, donde se encuentran m¨¢s de 80.000 refugiados. Kukes y Morina eran hasta ayer sin¨®nimos de tragedia humana. En la madrugada del jueves han pasado a ser un objetivo militar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.