VIVIR EN EL QUINTO PINO
A nadie le gusta vivir en el Quinto Pino y tampoco, obviamente, a los cientos de familias que habitan en Santander una calle as¨ª llamada desde 1995. En nombre de las comunidades vecinales all¨ª asentadas, Juan A. Calzada se dirigi¨® al Ayuntamiento invocando razones est¨¦ticas para que fuese cambiada la denominaci¨®n de la r¨²a, una especie de puerto puntuable de segunda categor¨ªa que trepa hasta las m¨¢s altas cotas de la ciudad. Los vecinos, invocando tambi¨¦n connotaciones sem¨¢nticas, consideraba el nombre una expresi¨®n despectiva y carente de objetividad puesto que Quinto Pino no puede asociarse con lejan¨ªa y soledad ya que hasta el centro urbano se puede descender a pie en menos de diez minutos. Al fin, el Ayuntamiento ha accedido al clamor de los vecinos y a partir de ahora la popular calle recordar¨¢ al pintor santanderino Enrique Gran, laureado en numerosas exposiciones por todo el mundo y muerto recientemente en Madrid a los 70 a?os.- ,
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