El fruto del estropicio

Ser¨ªa la ambici¨®n, que no la insistencia (el Athletic tir¨® cuatro veces a gol); ser¨ªa la ineficiencia del Tenerife convertido en una colecci¨®n de ilustres desvencijados; ser¨ªa la fortuna, un valor incalculable cuando se carece de argumentos. Lo cierto fue que el Athletic gan¨® pasando por encima de s¨ª mismo, sacando rendimiento al particular estropicio del f¨²tbol que viene ejercitando desde ahce algunos meses y al amparo de un rival tan inofensivo que discute el sueldo de los defensores contrarios. Actitud les sobr¨® a los dos equipos, pero entre ambos escribieron una p¨¢gina imborrable en San Mam¨¦s: la primera parte del partido fue un monumento al nihilismo, a la abstracci¨®n, al absurdo. Alguien, en su sano juicio, debiera haber determinado la devoluci¨®n del precio de las entradas a los espectadores que lo solicitaran. Voluntarios no hubieran faltado.

El Athletic no tiene un sola idea que aportar al f¨²tbol y padece un s¨ªndrome de rutina que es capaz de rehabilitar a un rival tan poco dotado como el Tenerife. Luis Fern¨¢ndez ayud¨® al tedio incurriendo una vez m¨¢s en defectos habituales: la pasi¨®n por un Alkiza desafortunado, la obsesi¨®n por condenar a Carlos Garc¨ªa a la banda derecha. La consecuencia fue la habitual: Guerrero y Urzaiz se quedaron sin referentes. Y entonces no hay juego, no hay remate, no hay gol.

Ni Tenerife ni Athletic dispararon una sola vez a la porter¨ªa en 65 minutos. El gol de Ezquerro fue sintom¨¢tico. un cabezazo enloquecido de Lacruz, otro de Urzaiz a donde fuera y Ezquerro -zascandil cual habit¨²a- que aparece en el lugar oportuno para librar un mano a mano con Unzu¨¦. El segundo gol fue anecd¨®tico: de penalti, en el descuento y casi atrapado por el guardameta. Entre medio un disparo de Guerrero al travesa?o y unzapatazo de Makaay en un libre directo que despej¨® sin apuros Etxeberria. Todo fue absurdo, menos los goles; todo fue m¨ªnimo menos la actitud; todo fue un culto a la pobreza. La de un equipo sin ideas ni juego (el Athletic) y otro que ha asumido su condena (el Tenerife)