Juan Cruz rinde homenaje a los creadores solitarios en su ¨²ltimo libro, "El peso de la fama"

Para Juan Cruz, los escritores desayunan "egos revueltos". Pero esos egos los cocina adem¨¢s con la pasi¨®n de quien crea en soledad para disfrute de los otros. Lo dijo ayer en la presentaci¨®n del libro El peso de la fama (El Pa¨ªs-Aguilar), que ha realizado en colaboraci¨®n con el periodista Javier Rioyo y que contiene las reflexiones de 20 personajes que soportan las consecuencias de ser famosos. El acto cont¨® con la presencia de algunos de los que salen en el libro -Mario Vargas Llosa, Jorge Valdano o un Rafael Azcona escondido- y otros que no est¨¢n: Mario Benedetti, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Fernando G. Delgado o las pol¨ªticas Esperanza Aguirre y Carmen Alborch. Juan Cruz hizo p¨²blica confesi¨®n de sus pecados juveniles. "Yo fui un periodista joven y maledicente que me cre¨ªa m¨¢s listo que nadie", asegur¨® el autor, quien admiti¨® que despu¨¦s ha querido seguir las ense?anzas de su colega italiano Eugenio Scalfari. "?l dec¨ªa que los periodistas eran gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente". A partir de ah¨ª, Cruz se ha querido enfrentar a los personajes que describe sin prejuicios. Una de sus lecciones profesionales le lleg¨® a trav¨¦s de Isabel Preysler, quien le hizo ver que no deb¨ªa enfrentarse a los dem¨¢s con opiniones preconcebidas. Tras entonar estos mea culpa, se abri¨® un debate entre los presentes moderado por Rioyo, en el que varios participaron.

A Vargas Llosa y Benedetti les une la mala fama que de ellos cre¨® el Ej¨¦rcito de sus pa¨ªses. "Quemaron en un acto inquisitorial mi primer libro, La ciudad y los perros, algo que nunca se debe hacer si no quieres dar publicidad a algo", afirm¨® Vargas Llosa. Benedetti, por su parte, record¨® una pol¨¦mica pol¨ªtica que surgi¨® entre ¨¦l y el autor hispano-peruano, en las p¨¢ginas de EL PA?S: "Fue algo que trascendi¨® y cuando acab¨® se recibieron cartas de varios lectores pidi¨¦ndonos que continuara", asegur¨® el autor de Andamios sobre lo que para ¨¦l es un ejemplo de notoriedad aconsejable.

La presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, tambi¨¦n intervino comentando los riesgos e inconvenientes que para ella tiene la fama: "Ya no voy a la playa". Pero tambi¨¦n reconoci¨® que los pol¨ªticos necesitan de ella para captar votos. Para Jorge Valdano, "no hay que tomarse en serio la fama porque si no uno corre el riesgo de gui?olizarse", es decir, de ponerse en rid¨ªculo.