Espa?a se presenta al examen final
La selecci¨®n espa?ola elimina con autoridad a Mali en la semifinal del Mundial sub 20
Una feroz tormenta de agua, viento y arena precedi¨® a la clasificaci¨®n de Espa?a para la final del Mundial juvenil. Todo ese aparato adorn¨® un ¨¦xito indiscutible de esta generaci¨®n de jugadores que resuelve cada coyuntura con una seriedad digna de elogio.Espa?a resolvi¨® la semifinal con pulcritud. Estos chicos hacen bien sus deberes, responden correctamente a los problemas y escriben con buena letra. No parecen estrellas, no llaman la atenci¨®n individualmente, pero son impecables en el trabajo. El grado de solvencia de esta selecci¨®n se puede medir por la claridad con la que han dejado atr¨¢s a Brasil y a medio continente africano (Ghana, Zambia y Mali). No se les puede discutir ning¨²n resultado, no se les puede reprochar que hayan tenido fortuna. Cada partido se lo han trabajado y cada clasificaci¨®n la han obtenido cumpliendo con su responsabilidad. Su estilo ha sido, adem¨¢s, un ejemplo de coherencia: forman un once fijo que ha marcado 10 de sus 12 goles en la primera parte, periodo en el que han resuelto y controlado todos los partidos. Han sabido soportar con mucha serenidad el cansancio f¨ªsico que les ha sobrevenido en las segundas partes. Han concedido lo justo, pero han terminado siendo implacables.
MALI 1
ESPA?A 3Mali: Keita; D. Coulibaly, Camara, Amadou Coulibaly, Diakite; Cisse, Traore, Keita, D. Coulibaly (Dissa, m.36); Bagayoko y Diarra. Espa?a: Aranzub¨ªa; Coira, Jusu¨¦, Marchena, Bermudo; Varela, Orb¨¢iz, Xavi, Barkero (Rub¨¦n, m. 81); Gabri y Pablo (Yeste, m. 75). Goles: 0-1. M.1. Contraataque espa?ol. Barkero env¨ªa a la derecha, donde aparece Varela, que marca de tiro raso. 0-2. M. 25. Gabri se interna y pasa a Varela que marca a placer. 1-2. M. 46. Keita lanza un fuerte disparo en un bal¨®n suelto al borde del ¨¢rea. 1-3. M. 93. Xavi lanza fuerte y raso desde el borde del ¨¢rea, tras haber robado un bal¨®n. ?rbitro: Lu Jun (China). Espa?a jugar¨¢ la final del Mundial sub 20 ante Jap¨®n en Lagos, el s¨¢bado (18.00 horas, TVE). Jap¨®n gan¨® a Uruguay (2-1)
Mali representaba el ¨²ltimo pelda?o para acceder a la final. Era un grupo alegre y desorganizado, en ese sentido mucho m¨¢s ajustado a la etiqueta del f¨²tbol africano: futolistas veloces y poderosos en la carrera, imprevisibles en sus movimientos, alegres cara al gol y descuidados en su defensa. El problema tard¨® apenas un minuto en ver la luz, cuando Barkero entendi¨® que, en un contraataque, lo m¨¢s inteligente era mover deprisa el bal¨®n al lado contrario. La natural tendencia de los defensores rivales a buscar el bal¨®n motiv¨® que dejaran sin marcaje al jugador que, aparentemente, acompa?a la jugada de lejos. Ese jugador era Varela, que recibi¨® el pase sin oposici¨®n y pudo recrearse en el remate. El gol certificaba qui¨¦n estaba dispuesto a mandar en el campo.
25 minutos despu¨¦s, Espa?a repiti¨® la jugada con id¨¦ntica eficacia e id¨¦ntico protagonista, el b¨¦tico Varela. Antes hab¨ªan mediado dos claras oportunidades para redondear el resultado. Los dos goles reflejaban con cierta taca?er¨ªa el dominio t¨¢ctico que Espa?a hab¨ªa impuesto en la semifinal. Mali actuaba desorientada, descolocada la mayor parte de las veces e incapacitada para llegar al ¨¢rea espa?ola. Para resolver dudas estuvo Marchena, un central sevillista a quien le gusta moverse con la cabeza levantada, que atendi¨® a cada atacante con un sentido de la anticipaci¨®n aplastante. Detalle al margen: Marchena apenas toc¨® el suelo para robar un bal¨®n.
Cierto es que un descuido provoc¨® que Mali acortara distancias a poco de la reanudaci¨®n, gol que les dio ox¨ªgeno. Pareci¨® m¨¢s suelta, m¨¢s veloz, m¨¢s alegre, tuvo m¨¢s espacio para intentar aventuras. Espa?a apunt¨® cansancio, pero no perdi¨® los papeles. A decir verdad, la contabilidad del juego espa?ol fue mucho m¨¢s rica en acciones ofensivas que la de su rival. No hubo un cambio de escenario y, en apenas un cuarto de hora, Espa?a hab¨ªa logrado restablecer el control.
Espa?a no perdi¨® los papeles porque no es su costumbre. Porque no es un equipo extravertido sobre el campo. La cosecha del 79 es otra generaci¨®n, sin duda. Y tiene otro car¨¢cter. Han hecho bien sus deberes, con diligencia y buena letra. Por eso se merecen estar en el examen final.
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