El Manchester toma Tur¨ªn

No fue el partido de todos los tiempos, pero casi. Tur¨ªn presenci¨® un duelo maravilloso, enorme, memorable: de f¨²tbol directo y ambicioso, un ritmo desbocado y desenlace incierto. Sin trampas defensivas. Venci¨® con justicia el Manchester, que supo levantarse a un comienzo tortuoso e imponer su m¨¢gico sello, pero el Juventus cay¨® con dignidad y orgullo, vendiendo muy cara su defunci¨®n como equipo de los noventa. Su demoledor arranque le habr¨ªa bastado a cualquiera para liquidar la cuesti¨®n, plantarse por cuarta vez consecutiva en la final de la Liga de Campeones y desmentir a sus enterradores. Y ciertamente le habr¨ªa sido suficiente de no andar por medio el Manchester United, un equipo divino que ondea la propuesta futbol¨ªstica m¨¢s saludable del planeta: no dobl¨® la rodilla ayer con el 2-0 porque no sabe, porque siempre reacciona con indiferencia ante el resultado y juega en todos los casos con un fanatismo extremo a su estilo: devoci¨®n por el bal¨®n, culto a las bandas, ritmo infernal y ataque directo y constante.

Ancelotti, el t¨¦cnico del Juventus, repiti¨® el planteamiento de Old Trafford, con un solo delantero y un blindaje a Beckham entre Pessotto y Di Livio, y el plan le report¨® beneficios jugosos a las primeras de cambio. Entre las maniobras de Zidane, las cabalgadas de Di Livio, el orden general y los desmarques imparables de Inzaghi, el Manchester se encontr¨® a los diez minutos con dos goles en contra y la eliminatoria en la papelera.

Lejos de rendirse, el Manchester se sum¨® a la fiesta tan decidido como el Juventus a engrandecer la reuni¨®n. Se lanz¨® al vac¨ªo sin medir riesgos, se apeg¨® a su estilo en suma. Los movimientos diab¨®licos de Cole y Yorke, su poder a¨¦reo, las llegadas por los costados y el temple de Beckham le complicaron la vida al Juventus, que no supo o no quiso enfriar el partido.

Se dejaron tambi¨¦n llevar los italianos por el aire trepidante del partido, aceptaron el ritmo descomunal y pelearon la eliminatoria sin trampas ni argucias ventajistas, a pecho descubierto. Del tono supers¨®nico que adquiri¨® la reuni¨®n, de la permanente ida y vuelta, sali¨® favorecido el Manchester, que alcanz¨® el empate a diez minutos del descanso.

Ancelotti aument¨® su n¨®mina de delanteros en la segunda mitad (primero con Amoruso y luego con Fonseca) y la cita, aunque algo mermada por el baj¨®n f¨ªsico, sigui¨® desbocada y grande. El gol volvi¨® a rondar con insistencia las dos porter¨ªas, y se qued¨® finalmente en la de Peruzzi. Cole marc¨® a ¨²ltima hora, cerr¨® el litigio y meti¨® a su equipo al fin en la final de este torneo despu¨¦s de 31 a?os. Fue en 1968 cuando el Manchester gan¨® su ¨²nica Copa de Europa, tras doblegar en la final, con pr¨®rroga incluida tras el 1-1, al Benfica por 4-1. Y ser¨¢ 14 a?os despu¨¦s cuando un equipo ingl¨¦s vuelva a plantarse en una final de la Copa de Europa. En 1985, Liverpool y precisamente Juventus jugaron una final de triste recuerdo en Heysel, en la que murieron 39 personas, y que ganaron finalmente los italianos de penalti por 1-0.