Aprendiendo del pasado

Dec¨ªa S¨¦neca que lo peor que puede sucedernos es conformarnos, limitarnos a un solo libro -a un reducido n¨²mero de libros- como ¨²nica fuente de conocimiento, puesto que ello implica una interpretaci¨®n estrecha y distorsionada de las cosas, y, a menudo, dogmatismo e intolerancia. Por tanto, resulta imprescindible la lectura de abundantes textos, con criterios y pareceres diversos -incluso enfrentados- para forjarse una visi¨®n objetiva de la compleja realidad que nos rodea y poder actuar en consecuencia. La Generalitat Valenciana, consciente de ello, ha dedicado una de las mejores piezas de nuestro patrimonio arquitect¨®nico, el Monasterio de San Miguel de los Reyes, cuya rehabilitaci¨®n hoy presentamos, a lo que ya es una realidad: la Biblioteca Valenciana. Esta realidad ha sido fruto de un laborioso proceso. Desde la elecci¨®n del lugar adecuado como sede, pasando por la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica plural de estudio e investigaci¨®n del modelo de biblioteca adecuados y por una planificaci¨®n de adquisiciones para contar con las colecciones m¨¢s representativas de la bibliograf¨ªa valenciana, a la previsi¨®n de todas las referencias culturales y sociol¨®gicas valiosas para nuestra tierra. Se ha realizado un esfuerzo considerable, que proseguir¨¢ con el incremento y diversificaci¨®n de sus fondos, a fin de que el caudal bibliogr¨¢fico est¨¦ en consonancia, en cantidad y calidad, con la tradici¨®n culta del espacio que la alberga, al tiempo que sintoniza con las demandas culturales y de informaci¨®n de los ciudadanos. En el decreto por el que se crea, la Biblioteca Valenciana es definida como el centro superior bibliotecario de la Generalitat y dep¨®sito bibliogr¨¢fico de la Comunidad, donde se satisfagan tanto las peticiones de alta investigaci¨®n como los programas de difusi¨®n puramente informativos. Nace, pues, con el prop¨®sito de ser nuestro principal foco de irradiaci¨®n bibliogr¨¢fica y de informaci¨®n. Es fruto de una larga apuesta por el libro y todas las artes auxiliares que concita. En este sentido, cabe recordar que no en vano nuestros predecesores figuran entre los pueblos que utilizaron la imprenta coet¨¢neamente a Gutemberg, por lo que contamos con una fecunda tradici¨®n en esa materia. Pero hablando de continuidad y tradici¨®n, el Monasterio de San Miguel de los Reyes constituye uno de los complejos arquitect¨®nicos m¨¢s notables que se pusieron en marcha en la Valencia del siglo XVI. Fundado por el Duque de Calabria, Fernando de Arag¨®n, en ¨¦l se instal¨® la valiosa biblioteca que ¨¦ste pose¨ªa y que, en buena parte, hab¨ªa heredado de Alfonso el Magn¨¢nimo. San Miguel de los Reyes puede considerarse como la culminaci¨®n de la arquitectura renacentista valenciana. Sin olvidar que el Renacimiento se introdujo en tierras hisp¨¢nicas a trav¨¦s de la Comunidad, que -dada la configuraci¨®n geopol¨ªtica de la Corona de Arag¨®n- estaba ¨ªntimamente relacionada con Italia, con el Reino de N¨¢poles. El proyecto arquitect¨®nico primitivo, concebido como un monasterio con una iglesia central, claustros a ambos lados y pante¨®n real, se fundamentaba en la idea, tan caracter¨ªstica del Renacimiento, de integrar en un continuo conceptual arquitectura, literatura, filosof¨ªa y teolog¨ªa. Aunque, lamentablemente, el proyecto no se ejecutara en su totalidad, la capilla musical y la biblioteca quedaron como sus plasmaciones m¨¢s deslumbrantes. En la rehabilitaci¨®n de San Miguel de los Reyes se ha conjugado un doble objetivo. Por una parte, el rescate para la memoria de todos los valencianos de uno de los ciclos culturales m¨¢s brillantes de nuestra historia: el correspondiente a la corte plet¨®rica de genio y cultura del duque de Calabria. Por otra parte, la recuperaci¨®n f¨ªsica de un patrimonio de un valor arquitect¨®nico se?ero, con una utilizaci¨®n social vinculada al origen y la ideolog¨ªa que presidi¨® su construcci¨®n: el hecho cultural. Para conmemorar la presentaci¨®n de la rehabilitaci¨®n de San Miguel de los Reyes nada mejor que seguir apelando a la tradici¨®n, al pasado, mostrando un monumento cultural de primer orden, como es el material bibliogr¨¢fico reunido en la exposici¨®n La Biblioteca Real Napolitana desde Alfonso el Magn¨¢nimo al Duque de Calabria (1442-1550), que hoy se inaugura en el monasterio. La muestra abarca un siglo largo de nuestro pasado pol¨ªtico y cultural. Da cuenta de la historia de esta biblioteca -cuyos fondos actualmente se conservan en Valencia, en Par¨ªs, en el Escorial y en N¨¢poles- y que fue fundada por Alfonso el Magn¨¢nimo, el rey que posibilit¨® un siglo de oro para las artes y las letras a ambas orillas del Mediterr¨¢neo. Tambi¨¦n arroja luz sobre el enriquecimiento de sus sucesores, los soberanos de la dinast¨ªa aragonesa en N¨¢poles -reyes bibli¨®filos y amantes de las artes-, culminando con las aportaciones del Duque de Calabria. La exposici¨®n, espl¨¦ndida simbiosis, demuestra c¨®mo el hecho cultural valenciano siempre ha gozado de una internacionalidad enriquecedora y propiciatoria de nuestra creatividad. Por ello, en un d¨ªa tan significativo para las instituciones auton¨®micas y para los valencianos como el D¨ªa del Libro, es para m¨ª un motivo de orgullo comenzar la andadura de la Biblioteca Valenciana con esta ambiciosa exposici¨®n. Una exposici¨®n que especula en torno a nuestro pasado y -como todo hecho est¨¦tico que se precie- en torno a nuestro presente, invit¨¢ndonos a reflexionar a la luz de las ense?anzas que ofrece ese brillante pasado.

Consuelo Ciscar Casab¨¢n es directora general de Promoci¨®n Cultural, Museos y Bellas Artes.