Los nuevos libreros
No todo el que vende libros es un librero. Este antiguo oficio requiere paciencia, amor por las letras y conocimiento de causa. Un trato amable y un ambiente propicio para la conversaci¨®n, el consejo y la orientaci¨®n sobre los t¨ªtulos m¨¢s adecuados a las necesidades del cliente. Pero el librero ya no es el ancianito que renquea entre estanter¨ªas y sopla cari?osamente sobre sus productos para quitar el polvo de la cubierta antes de abrirlos. El librero moderno ha encontrado en Internet un instrumento de primer orden para atender a sus clientes con mayor prontitud, pero sin olvidar la cercan¨ªa en el trato. Con este ¨¢nimo, el matrimonio formado por Soledad S¨¢nchez y Manuel Xim¨¦nez de Emb¨²n abri¨® hace un mes la librer¨ªa Soledades en Alicante. Especializada en Derecho, esta tienda de suelo de parqu¨¦ y paredes verdes vende tambi¨¦n libros dif¨ªciles de encontrar en grandes almacenes, pero sobre todo ofrece al cliente la posibilidad de hojear peri¨®dicos, orientaci¨®n sobre t¨ªtulos y colecciones e incluso tertulias improvisadas sobre temas literarios o de cualquier tipo. Esta concepci¨®n artesanal de la venta no est¨¢ re?ida con las posibilidades que ofrecen los adelantos tecnol¨®gicos. Es m¨¢s: la mayor parte del presupuesto de S¨¢nchez y Xim¨¦nez de Emb¨²n para su negocio se fue en inform¨¢tica. "Internet es una herramienta fundamental. Te permite consultar los fondos de las principales bibliotecas del mundo y encargar cualquier libro que busque un cliente", se?ala S¨¢nchez. Tambi¨¦n la inform¨¢tica se pone al servicio del trato amable con los compradores: si un investigador busca bibliograf¨ªa sobre una materia determinada, los dependientes de Soledades le imprimir¨¢n gratis una bibliograf¨ªa rastreada en la red. Soledad S¨¢nchez tiene muy claro que para ser librero hay que amar y conocer los libros. "Ya dijo Borges que el libro es el mejor instrumento inventado por el hombre, porque el tel¨¦fono es la extensi¨®n de la voz, pero el libro lo es de la memoria, la imaginaci¨®n y la experiencia", cita S¨¢nchez. Su misi¨®n en la tienda es "decirle al comprador qu¨¦ va a encontrar en un libro para que pierda el menor tiempo posible". Soledades se inscribe en una tendencia relativamente nueva en el comercio literario espa?ol: el circuito de librer¨ªas independientes que huyen siempre que pueden de las exigencias editoriales. "Es imposible sustraerse de los best-sellers", asegura S¨¢nchez, "aunque intentas poner un filtro porque lo que quieren las editoriales es inundarte de novedades". En la librer¨ªa alicantina interesan m¨¢s las ediciones de cl¨¢sicos de las editoriales para poder hacerse con un buen fondo por g¨¦neros y movimientos. Pese a que las llamativas portadas de los best-sellers brillen como el oro, las colecciones de novela negra, de la generaci¨®n perdida norteamericana o de autores decimon¨®nicos son los vol¨²menes que S¨¢nchez considera tesoros. Son, pues, las editoriales modestas que ofrecen literaturas alejadas de los gustos del gran p¨²blico las m¨¢s mimadas por Soledades. Siruela, Valdemar, Alba y Ediciones del Bronce son habituales en sus estanter¨ªas. Esta ¨²ltima tiene una colecci¨®n dedicada a la literatura de otras etnias que redescubre la cualidad m¨¢s m¨¢gica de un buen libro: llegar a un lenguaje universal, que lo narrado en la novela de un africano suene cercano a un europeo. Ayer fue el D¨ªa del Libro y Soledades lo celebr¨® a la manera tradicional: con descuentos y regalo de una rosa con cada compra. Y un deseo: que los cambios que se comienzan a introducir en las pol¨ªticas de promoci¨®n del libro se mejoren e incrementen. As¨ª opina S¨¢nchez: "A los ni?os se les ense?a que hay que lavarse los dientes y que hay que ducharse por cuestiones de higiene. Pues bien, yo creo que leer un libro es una cuesti¨®n de higiene mental y quien presume de no leer es como quien presume de no lavarse".
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