LA CASA POR LA VENTANA Vanguardia, cohesi¨®n, progreso JULIO A. M??EZ
Hay momentos (cruciales, vaya que s¨ª) en los que, a punto de entregarse al des¨¢nimo, no se sabe qu¨¦ ser¨¢ peor, si la facundia rampante de Zaplana y lo que queda de sus muchachos (af¨®nico y cuarteado Julio Iglesias, destemplados los alientos de Luis Fernando Cartagena, turbias las claras corrientes de Diego Such, colocado bajo palio el desparpajo agrario de Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin) o la impostura de algunos autoproclamados intelectuales de izquierda que sufren (s¨®lo por escrito, of course) de episodios de hemorragia ¨¦tica como quien padece de almorranas intermitentes. Vamos a lo primero y ya veremos lo segundo. Lo primero es la vanguardia, o sea, Zaplana, porque ganar¨¢ las auton¨®micas a expensas de un Antoni Asunci¨®n m¨¢s empe?ado en tocarle la cara que los huevos (si les molesta la expresi¨®n, consideren que no soy responsable de que los chicos tengan en tanto aprecio esa parte min¨²scula de su anatom¨ªa). Eduardo Campe¨®n es hombre de mundo, si bien un tanto r¨²stico, y por tanto s¨®lo entendido en an¨¦cdotas. No cuesta esfuerzo imaginarle contando chistes de t¨ªas y maricones, que ser¨¢ el primero en celebrar con esas terribles risotadas que expresan de manera contundente las miserias de la complicidad viril. Sus an¨¦cdotas preferidas son las que acumulan grandes realizaciones, ya sean propias y ajenas, y as¨ª enumera entre los m¨¦ritos de su inquietante gesti¨®n un rosario de grandes proyectos de ciudades que lo mismo son de las artes y las ciencias (reconstituidas) que de la luz o m¨ªticas o del cine o de lo que haga falta, todo excepto la reconstrucci¨®n de una ciudad, la de cada uno de nosotros, que podr¨ªa ser todav¨ªa habitable, porque lo mismo da que da lo mismo si en el pedregoso camino hay pretexto para dar lo suyo, que es lo de todos, a los especuladores de terrenos y otras cementarias. Son proyectos de tanto gancho que siempre encuentran al aprovechado local de la antigua cultureta dispuesto a dejarse la cara para defenderlos, ya que despu¨¦s de tantos a?os de sobrevivir con lo puesto se trata ahora de asegurarse no ya la pataqueta sino la piscinita en La Ca?ada a cuenta de los presupuestos p¨²blicos, aunque los maneje Jos¨¦ Luis Olivas por necesidades del gui¨®n. Tambi¨¦n por eso Zaplana puede atribuirse patente de vanguardia, cohesi¨®n y progreso, a¨²n a costa de destrozar el castellano sobre una cuesti¨®n, por una vez, valenciana ("la elecci¨®n de los miembros de la Academia deben elegirse..."), al tiempo que en su tierra bromea con los amigos sobre esos valencianitos tan f¨¢ciles de contentar cual chicuelos que bailan con un pie de consenso cuando el president chamulla con su lamentable acento un par de frases en lengua lemosina. Precisamente en calidad de jefe de la oposici¨®n a la vanguardia, a la cohesi¨®n y al progreso se dispone a dar de nuevo el pego, ahora como -a falta de espada- el candidato m¨¢s limpio de Occidente. Dif¨ªcil arte ese de decir una cosa para hacer m¨¢s o menos la contraria, en una perversi¨®n eterna del lenguaje (Lewis Carroll, para los le¨ªdos, pero tambi¨¦n el pescatero de la esquina que dice esmerluzar por desmenuzar, y juro que se le entiende todo) que no corrompe sino a quien merodea la ocasi¨®n de frecuentar la sepsia por cuenta ajena, sin duda la mejor medicina para un momento de ansiedad o un ¨¢nimo taciturno. Mario Vargas Llosa celebra la edici¨®n de su obra completa agradeciendo a Joanot Martorell que tuviera el detalle de haber escrito Tirant lo Blanch (se ve que no ha consultado al f¨ªsico Pepe Gu¨ªa ni al cantautor Lluis El Sifoner), a la que tanto debe, mientras Joventut Nacionalista rescata los alcanfores y las gasas herrumbrosas de otro tiempo identificando botiflers como quien busca setas a ojos de buen cubero y ensalzando a los maulets, que, como es l¨®gico, ser¨ªan ellos y sus amigos, siempre la tabarra de los amigos. La genuflexi¨®n del pueblo valenciano, he ah¨ª un hermoso tema para una tesis doctoral dirigida por Vicent Franch, ya se enfoque desde una deslumbrante honestidad, a partir de la tristeza m¨¢s consistente o echando mano de una vez de la oscura propensi¨®n a vivir de tanto agravio. Todos somos albanokosovares, en relaci¨®n con los que tienen la fortuna de no serlo, que suelen ser los que ametrallan porque el personal de a pie no acostumbra a guardar los aviones en la despensa. En Quart de Poblet lo tienen claro. Qui¨¦n sabe si a causa de una influencia desviada de la proliferaci¨®n de homenajes a Garc¨ªa Lorca, resuelven sus problemas de primogenitura electoral a navajazos. La pregunta para la tesis de Rafa Blasco es si se debe a que son m¨¢s progresivos o m¨¢s cohesionados. M¨¢s de vanguardia, vamos.
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