Un cheque en blanco

Las disputas sobre los poderes que vaya a tener la futura Asamblea Constituyente -que Hugo Ch¨¢vez quiere originarios, plenipotenciarios, y la Corte Suprema limit¨® en una sentencia- dominar¨¢n el trabajo pol¨ªtico de los pr¨®ximos meses. Probablemente, una de las primeras acciones que tomar¨¢ la Asamblea, si, como es de esperar, el gubernamental Polo Patri¨®tico copa las elecciones convocadas al efecto, ser¨¢ disolver el actual Congreso, en el que la oposici¨®n es mayor¨ªa. Otra programada intenci¨®n es renovar casi desde cero el poder judicial, corrupto y vendido a los partidos tradicionales e incapaz de asegurar la fundaci¨®n de una nueva rep¨²blica, seg¨²n las imputaciones del presidente. La Corte Suprema de Justicia no parece dispuesta a entregar el cheque en blanco pedido por el Gobierno, y fall¨® que la Asamblea Constituyente deber¨¢ respetar los cimientos pol¨ªticos establecidos en la Constituci¨®n de 1961: no podr¨¢ hacer tabla rasa, y aprobar, por poner un ejemplo, que los tribunales de justicia sean populares.

El Ejecutivo acat¨® la sentencia a rega?adientes, pero no abandona. A fin de cuentas, declar¨® Ch¨¢vez, las instituciones vigentes sujetas a cambio carecen de legitimitidad porque emanan de un r¨¦gimen podrido, moribundo, que empobreci¨® al 80% de la sociedad: la Asamblea Constituyente determinar¨¢ sus atribuciones, entre ellas la capacidad para disolver el Congreso, la Corte Suprema o los poderes p¨²blicos tenidos como obsoletos. "Todo permite presagiar tensiones que han quedado simplemente pospuestas y que podr¨¢n llegar a la violaci¨®n del orden constitucional y a una dictadura asamble¨ªsta", advierte el analista Pedro Carmona. "Ha deca¨ªdo el ¨¢nimo de la poblaci¨®n por fatiga, por dudas respecto al futuro y la capacidad de la constituyente para resolver los problemas cotidianos, entre ellos los econ¨®micos".

AD y Copei sufrieron entre sus filas las consecuencias de la ineptitud o el robo a mano armada, pero Ch¨¢vez, todav¨ªa entronizado entre la mayor¨ªa de sus compatriotas, acusa tambi¨¦n algunas deserciones. El intelectual Jorge Olavarr¨ªa le apoy¨® en campa?a, y ahora aborrece su programa. "Si los venezolanos aborreci¨¦ramos la tiran¨ªa, no permitir¨ªamos que un presidente electo amenazara descaradamente convertirse en un tirano".