Viraje en el tratamiento del c¨¢ncer

?Por qu¨¦ un mismo tipo de tumor, diagnosticado en el mismo estadio de evoluci¨®n y tratado con el mismo arsenal terap¨¦utico, puede dejar vivir a una persona durante a?os y a otra llevarla a la tumba en unos meses? Esta pregunta, que los m¨¦dicos que bregan con el c¨¢ncer en los servicios de oncolog¨ªa llevan a?os formul¨¢ndose, comienza a tener respuesta en los laboratorios de patolog¨ªa molecular. El desarrollo de la biolog¨ªa molecular ha permitido dar un salto de gigante en el conocimiento de la fisiopatolog¨ªa del c¨¢ncer, y, sin embargo, ese conocimiento no acaba de traducirse en una mejora de los tratamientos. "El arsenal terap¨¦utico apenas se ha incrementado en los ¨²ltimos 20 a?os", resumi¨® el investigador Mariano Barbacid, quien, en una simple diapositiva, resumi¨® el enorme desfase que existe entre los conocimientos adquiridos y su aplicaci¨®n cl¨ªnica, y lo hizo en un congreso que reun¨ªa por primera vez juntos, en la ciudad de Sitges, a los miembros de la Asociaci¨®n Espa?ola de Investigaci¨®n sobre el C¨¢ncer y la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica. Es decir, la investigaci¨®n b¨¢sica y la aplicaci¨®n cl¨ªnica.

Los m¨¢s relevantes investigadores coincidieron en que la biolog¨ªa molecular est¨¢ desarrollando valios¨ªsimas herramientas cuya aplicaci¨®n en la terapia oncol¨®gica exigir¨¢ un viraje en la forma de abordar el c¨¢ncer en los hospitales.

Al principio se crey¨® que el c¨¢ncer era una ¨²nica enfermedad, luego se supo que hab¨ªa m¨¢s de doscientos tipos distintos de carcinoma y ahora est¨¢ ya claro que el c¨¢ncer es un monstruo de mil cabezas, y cada una de estas cabezas es, adem¨¢s, multiforme. La biolog¨ªa molecular ha permitido comprobar que, aunque hay mecanismos comunes a todo proceso oncol¨®gico, existe tambi¨¦n una enorme variabilidad individual, de modo que, en palabras de Cord¨®n-Cardo, director de patolog¨ªa molecular del Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, podr¨ªa afirmarse que hay tantos c¨¢nceres como pacientes.

C¨¦lulas tumorales que en el microscopio parecen id¨¦nticas se comportan luego de forma radicalmente diferente. ?Por qu¨¦? Porque tienen instrucciones gen¨¦ticas distintas. Por eso, el an¨¢lisis de las caracter¨ªsticas gen¨¦ticas de cada tumor en concreto puede ser, en muchos casos, la clave del ¨¦xito de un tratamiento, y ya existen en el mercado o est¨¢n en fases avanzadas de experimentaci¨®n marcadores biol¨®gicos capaces de determinar la virulencia de un c¨¢ncer.

Por ejemplo, un 30% de los tumores de mama presenta una alteraci¨®n de una prote¨ªna que les confiere un alto ¨ªndice de malignidad. Una prueba permite descubrir si esa prote¨ªna est¨¢ sobreexpresada, y en caso de que as¨ª sea, la paciente debe ser tratada con la terapia m¨¢s radical y agresiva posible. La supervivencia de esta mujer depende de ello. Otra, en cambio, que no tenga esa alteraci¨®n puede ser tratada con una terapia que le permita conservar los senos.

Descartada a corto plazo la quimera de obtener un mecanismo que bloquee con car¨¢cter general cualquier proceso cancer¨ªgeno, el camino por el que se puede avanzar ahora es el de individualizar los tratamientos. Lograr, en palabras de Rafael Rosell, jefe de oncolog¨ªa m¨¦dica del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, un tratamiento a medida de cada paciente. Lo cual exige, en primer lugar, un planteamiento multidisciplinar de la oncolog¨ªa, y despu¨¦s, la incorporaci¨®n a la pr¨¢ctica cl¨ªnica, a trav¨¦s de los servicios de patolog¨ªa molecular, de t¨¦cnicas que hasta ahora estaban reservadas a la investigaci¨®n b¨¢sica.

Este nuevo enfoque exigir¨¢, seg¨²n los investigadores, tratar el c¨¢ncer desde grandes centros monogr¨¢ficos, o, cuando menos, desde servicios dotados de una infraestructura que ahora no est¨¢ al alcance de la mayor parte de hospitales. S¨®lo as¨ª se podr¨¢, afirman Cord¨®n-Cardo y Rosell, ofrecer a cada paciente el tratamiento, experimental o no, m¨¢s id¨®neo a su caso.

Jos¨¦ Ram¨®n Germ¨¤ Lluch, presidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica, comparte la necesidad de tratamientos individualizados, pero no est¨¢ seguro de que la creaci¨®n de grandes centros monogr¨¢ficos, como los de Estados Unidos o Jap¨®n, sea la respuesta m¨¢s adecuada. "Parece que las terapias m¨¢s avanzadas sean superiores, pero no siempre es as¨ª. Karol Sicora, que dirige el programa contra el c¨¢ncer de la OMS, indica que, si el tumor se diagnostica en un estadio avanzado, la tasa de supervivencia es igual en Houston que en El Cairo. Porque las posibilidades de curaci¨®n todav¨ªa dependen m¨¢s de obtener un diagn¨®stico precoz que del tratamiento que luego se aplique, con ser ¨¦ste muy importante. Por eso es preciso que exista una red asistencial pr¨®xima al ciudadano capaz de detectar precozmente los tumores y derivar cuando sea necesario a los pacientes a centros mayores si pueden beneficiarse de tratamientos experimentales. No podemos permitir que la posibilidad de supervivencia sea diferente si se vive a 300 metros o a 300 kil¨®metros de un gran centro oncol¨®gico".

Para Xavier Bosch, jefe de epidemiolog¨ªa del c¨¢ncer del Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa, un planteamiento no tiene por qu¨¦ excluir el otro.