Deborah, contra el olvido

Se dice que la historia de la m¨²sica pop es como un p¨¦ndulo que despu¨¦s de besar un extremo de su recorrido vuelve sobre sus pasos para abrazar al contrario. Esta figura dar¨ªa sentido a reapariciones como la de Deborah Harry, que tras editar su ¨²ltimo disco en 1982, The rapture, ha resucitado de nuevo durante el presente ejercicio musical. Y lo ha hecho con un disco (No exit) que, lanzado con la pegajosa Maria como primera canci¨®n estrella, se ha convertido en un ¨¦xito popular. Deborah ya no puede ejercer en Blondie, banda que inici¨® singladura en 1974, de chica sexy que podr¨ªa protagonizar un anuncio de champ¨² a la camomila, pero su carisma parece que se mantiene casi intacto gracias al apoyo de sus grandes canciones. A sus 54 a?os, esta musa de la new wave norteamericana sostiene a¨²n suficiente personalidad para despertar las fantas¨ªas de sus seguidores, cuyo aspecto f¨ªsico tambien ha debido de sufrir los cambios que el tiempo impone a las anatom¨ªas. Junto a ella, el Palau Sant Jordi pondr¨¢ en solfa esta noche (20.30, 4.500 pesetas) a otros tres artistas. Por un lado estar¨¢ Bryan Adams, un p¨¢lido ¨¦mulo del Boss nacido en Canad¨¢ y especializado en baladas de alto contenido en az¨²car. Al menos, ese tipo de cortes fueron los que le llevaron a la fama, aunque en su ¨²ltimo trabajo, One a day like today, Adams parece apostar por cierto endurecimiento que de nuevo le a¨²pe a unas listas de ventas. Dos bandas nacionales abrir¨¢n el cartel. Por un lado, Los Cucas, gaditanos con toque latino, y por otro Sunflowers, mallorquines con tendencia indie y vocalista femenina al frente. En cualquier caso, el morbo y la curiosidad estar¨¢n concentrados en una rubia que no quiere ser olvidada y que ha pasado de Debbie a Deborah.