La antorcha al o¨ªdo
El 20 de mayo de 1896, con un programa entre Arriaga y Haydn, ten¨ªa lugar el primer concierto de la Sociedad Filarm¨®nica de Bilbao. En la cita musical de fecha m¨¢s pr¨®xima al centenario, el 23 de mayo de 1996, Esa-Pekka Salonen dirig¨ªa a la Orquesta de C¨¢mara de Estocolmo la versi¨®n para orquesta de cuerda del cuarteto n¨²mero 2 de Sch?nberg, o las Metamorfosis para 23 instrumentistas de cuerda de Richard Strauss. Era el concierto n¨²mero 2.345 de una trayectoria que despierta admiraci¨®n contemplada desde hoy. La Sociedad Filarm¨®nica ha sido, utilizando el t¨ªtulo de uno de los ensayos autobiogr¨¢ficos de El¨ªas Canetti, "la antorcha al o¨ªdo", la columna vertebral de la vida musical bilba¨ªna durante el ¨²ltimo siglo. Casi coincidiendo con la efervescencia producida por la inauguraci¨®n del Palacio Euskalduna, frente al Guggenheim, se acaba de publicar, en dos voluminosos tomos, la memoria del centenario de la Sociedad Filarm¨®nica. El primer tomo es un recorrido ameno y documentado a trav¨¦s de la historia de la mano de Ram¨®n Rodamilans; el segundo recoge los programas de los conciertos, uno a uno, y una selecci¨®n de m¨¢s de 400 fotograf¨ªas, la mayor¨ªa de ellas con dedicatoria, de los artistas que han dado vida a la actividad de la Filarm¨®nica: Kreisler, Heifetz, Milstein, Menuhin, Rubinstein, Horowitz, Clara Haskil, Benedetti-Michelangeli, Abbado, Bohm con la Filarm¨®nica de Viena, Knappertsbuch, Clemens Kraus, Ravel, Falla, Victoria de los ?ngeles, Schwarzkopf. En fin.Dec¨ªa El¨ªas Canetti que el gran milagro del esp¨ªritu humano es el recuerdo. "La palabra Erinnerung, con que se lo designa en alem¨¢n, me emociona como si ella misma fuera antiqu¨ªsima y hubiera sido olvidada y recuperada". La recuperaci¨®n escrita de la memoria de la Sociedad Filarm¨®nica de Bilbao produce, en primer lugar, asombro ante un trabajo ejemplar instalado en la tradici¨®n del esp¨ªritu europeo m¨¢s avanzado. En un pa¨ªs tan poco musical como el nuestro, la existencia continuada de la Filarm¨®nica es casi un milagro. Sin subvenciones p¨²blicas, con el apoyo exclusivo de m¨¢s de mil socios (a 20.000 pesetas trimestre) que siguen otorgando su confianza y apoyando con su asistencia los diferentes conciertos, la Sociedad Filarm¨®nica de Bilbao, conducida con buen pulso desde 1980 por As¨ªs Aznar, vuelca sus actividades en cuatro ¨¢reas: la m¨²sica de c¨¢mara, los lieder, los recitales instrumentales y las orquestas de tama?o reducido. Ello no impide la atenci¨®n a otras iniciativas, desde encargos a compositores hasta un concierto dedicado a m¨²sicas de Duke Ellington, en estos d¨ªas, dirigido a sectores juveniles.
Su sala estable, en la calle del Marqu¨¦s del Puerto, posee la belleza de la sencillez y, lo que es muy importante, un sonido extraordinario. Alejada de los grandes fastos, de la proyecci¨®n p¨²blica permanente en medios de comunicaci¨®n, ajena a lo que no sea la esencia de la m¨²sica, la vida cotidiana de la Filarm¨®nica es como un refugio artesanal y humilde en el torbellino de la cultura del espect¨¢culo-escaparate. Tiene esa sabidur¨ªa oculta del paso del tiempo que muestra, por ejemplo, Eric Rohmer en su ¨²ltima pel¨ªcula, Cuento de oto?o, para reflejar lo complejo e imperecedero con la aparente facilidad de la sencillez.
La memoria del centenario ve la luz con tres a?os de retraso sobre lo inicialmente previsto. Ha valido la pena la espera, por el cuidado y el mimo de la edici¨®n. Los textos, las fotograf¨ªas, los materiales de documentaci¨®n, nos asoman a un mundo que est¨¢ a la vuelta de la esquina y, sin embargo, parece de marcianos por su equilibrio y sentido com¨²n. La existencia de esta capilla Sixtina en Bilbao explica, referido a la m¨²sica, en qu¨¦ terrenos se puede situar -volvemos a Canetti- el "coraz¨®n secreto" de una proyecci¨®n cultural universal sin renunciar a las propias ra¨ªces.
Babelia
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