Romero, el h¨¦roe
Un triple ag¨®nico da el triunfo al Caja San Fernando sobre el Madrid
Turner se apropi¨® de la pelota, como tantas otras veces, dispuesto a jugarse en solitario la acci¨®n final, a cargar sobre sus espaldas el desenlace de un partido. Por ah¨ª, todo normal, lo que siempre ocurre cuando el Caja San Fernando llega vivo a los ¨²ltimos segundos. El Madrid ganaba 64-62 y s¨®lo quedaba tiempo para una jugada. Lo que no estaba previsto, lo que resultaba imposible imaginar, es que el base estadounidense dejara a ¨²ltima hora en otras manos el destino de la reuni¨®n. ?Y en qu¨¦ manos! Las de Juan Ignacio Romero, a la postre el h¨¦roe inesperado de la velada: clavado m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de 6,25, pese a los nervios que pronosticaban sus a?os, Romero, ex madridista, acept¨® el reto. Y desmintiendo la imprecisi¨®n que insinuaban sus 212 cent¨ªmetros de altura encest¨®. Gan¨® el Caja.Romero lleg¨® a la cancha que le vio crecer con ganas de armar ruido. Ya lo avanz¨® en la ¨²ltima acci¨®n de la primera mitad, que cerr¨® con otro triple lejano y certero que puso al Caja con una ventaja al descanso de cinco puntos (33-38), la mayor brecha del partido tanto en una direcci¨®n u otra direcci¨®n.
REAL MADRID 64 -CAJA S
FERNANDO 65Real Madrid: Angulo (12), Struelens (19), Beard (19), Lasa (1), Victoriano (3), Santos, Herreros (8), Luyk y Martin (2). Caja San Fernando: Odriozola (5), Schutte, Kornegay (16), Turner (11), D¨ªez, Bosch (7), Fern¨¢ndez (8), Romero (14) y Smith (4). ?rbitros: Fajardo, Amor¨®s, Hierrezuelo. Ning¨²n eliminado por cinco personales. 1.500 espectadores en el Pabell¨®n Raimundo Saporta de Madrid. Semifinales de la Liga ACB, al mejor de cinco partidos. Primer encuentro. El pr¨®ximo choque se juega el domingo en Madrid.
Porque la cita naveg¨® siempre en t¨¦rminos de igualdad. Con el marcador muy apretado y una ligera sensaci¨®n de superioridad visitante. El Caja acert¨® a meter en problemas al Madrid. Nunca consigui¨® despegarse, pero gobern¨® el tanteador durante m¨¢s minutos que su adversario. Sus mayores virtudes se concentraron en el apartado defensivo, donde se emple¨® con agresividad, velocidad y atenci¨®n extrema.
Kornegay, en una sesi¨®n heroica y emocionante, siempre renqueante por los efectos de una aparatosa ca¨ªda tras un choque con Struelens, plant¨® batalla bajo el tablero. Tanoka Beard puso cara de intratable (13 rebotes y 19 puntos), pero Kornegay lleg¨® a arrebatarle ocho capturas (el Caja se llev¨® 33 rebotes, por 31 el Madrid) y, adem¨¢s, termin¨® como el m¨¢ximo encestador de su equipo (16 puntos).
Romero fue el h¨¦roe y Kornegay, el guerrero m¨¢s bravo, pero el jefe fue Turner. No anduvo tan sobrado como otras veces en el papel de encestador, rebaj¨® de forma considerable su proporci¨®n de puntos (concluy¨® con 11, la mitad de los que acostumbra a dejar), pero puso a jugar a los suyos con una direcci¨®n estelar. Se hinch¨® a repartir asistencias (13), a marcar el ritmo de la contienda, a desquiciar progresivamente a cuanto guardi¨¢n Luyk le puso encima.
El Madrid sufri¨®. Nunca permiti¨® que el Caja se fugase en el marcador, pero le cost¨® meterse en el partido. S¨®lo logr¨® sentirse a gusto a ratos, coincidiendo en todos con momentos de inspiraci¨®n de Victoriano o Lasa. Pero nunca le cogi¨® el vuelo al partido. Especialmente Herreros, quien, muy vigilado, se fue al descanso sin puntos y termin¨® la reuni¨®n s¨®lo con ocho. La excelente defensa del Caja provoc¨® que el Madrid se precipitara en sus ataques, que todos terminaran en posiciones de tiro poco recomendables.
Tuvo tambi¨¦n su momento el equipo de Luyk para llevarse el primer punto de la semifinal.Se le vio m¨¢s entero en la segunda mitad, fase en la que era el Caja el que parec¨ªa que sobreviv¨ªa. Sobre todo desde el momento en el que el Madrid, despu¨¦s de muchos minutos, consigui¨® ponerse por delante (53-52).
El ¨²ltimo tramo, el decisivo, conserv¨® la igualdad hasta el ¨²ltimo suspiro. El Madrid acariciaba la victoria, o eso cre¨ªa. Ganaba por dos puntos y no quedaba tiempo para nada ni nadie. Si acaso para un Turner muy vigilado. Fue entonces cuando al estadounidense se le ocurri¨® mirar a su derecha: all¨ª estaba Romero, que asumi¨® la responsabilidad y encest¨® un triple.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.