La cuna de Santa Cruz y Mu?agorri
Las localidades guipuzcoanas de Elduain y Berastegui vieron nacer a dos personajes claves en las guerras carlistas
Aunque hoy conformen dos municipios completamente separados el uno del otro, con las relaciones propias de esas parejas unidas durante a?os que un d¨ªa deciden divorciarse, Elduain y Berastegi, en el extremo oriental de Guip¨²zcoa, junto a la frontera navarra, vieron nacer cuando todav¨ªa eran una misma villa a dos personajes fundamentales en la historia del Pa¨ªs Vasco del siglo pasado. Sin Mu?agorri y el cura Santa Cruz, ser¨ªa imposible entender los acontecimientos de las dos guerras carlistas, en cuyos episodios m¨¢s conocidos figuran los nombres de estos dos guipuzcoanos. Pero Berastegi y Elduain tienen adem¨¢s otros atractivos propios de ese territorio de media monta?a, de valles repletos de pastizales y huertas, caser¨ªos diseminados y poderosas iglesias que reflejan un pasado influyente, el de unas localidades clave en las comunicaciones entre la costa guipuzcoana y la capital navarra. En Berastegi vino al mundo el 2 de abril de 1794 uno de los principales art¨ªfices de la tercera v¨ªa en la primera guerra carlista. Como se ve, la b¨²squeda de soluciones intermedias no es nueva en la historia del Pa¨ªs Vasco. Jos¨¦ Antonio Mu?agorri Otaegi, hijo y nieto de escribanos numerales (que corresponder¨ªan a los actuales notarios) era uno de los prohombres de Berastegi, localidad de la que lleg¨® a ser secretario y alcalde. Mu?agorri era liberal, aunque tampoco de los m¨¢s convencidos. En los comienzos de la primera guerra carlista, el escribano se encontr¨® con su pueblo convertido en basti¨®n de los seguidores de Carlos de Borb¨®n, con lo que sus pareceres pasaron a ser ¨²nicamente parte de sus conversaciones privadas. Sin embargo, no dej¨® de seguir con avidez la evoluci¨®n de un conflicto cada vez m¨¢s sangriento, y con el que le afloraban sentimientos encontrados. Sent¨ªa aprecio por el general carlista Zumalac¨¢rregui, consideraba los fueros como algo intocable, pero sus simpat¨ªas por el carlismo no pasaban de ah¨ª. Paz y fueros As¨ª que comenz¨® a trabajar en la b¨²squeda de una paz que no supusiera una derrota total de uno de los bandos. Y lanz¨® la conocida proclama "Paz y fueros", respaldado por un pu?ado de trabajadores de sus ferrer¨ªas a los que reclut¨® como sost¨¦n de su consigna. Mu?agorri no ten¨ªa un ej¨¦rcito que le respaldara, y tanto carlistas como cristinos le miraban con malos ojos. Su ¨²nica arma fue la propaganda: la poes¨ªa popular en forma de las conocidas Mu?agorriren kantak, coplas al estilo de las de Mingo Revulgo que conten¨ªan el programa del escribano pacifista. Mientras se difund¨ªan estos versos, compuestos, seg¨²n se dice, por alg¨²n vate popular de la zona sidrera, Mu?agorri continuaba con sus gestiones para abrir un tercer frente en aquella cruenta guerra, pero no consigui¨® que sus planes salieran adelante y el conflicto termin¨® con el abrazo de Bergara en 1839. Dos a?os despu¨¦s, uno de sus sargentos acababa con la vida del escribano, en lo que fue un acto de venganza personal. Todav¨ªa estaba fresca en la memoria esta primera guerra carlista, cuando tres a?os despu¨¦s, el 23 de marzo de 1842 viene al mundo en Elduain, todav¨ªa Berastegi, el cura Santa Cruz, nacido para el siglo como Manuel Santa Cruz Loidi. Los caser¨ªos de Elduain y Berastegi de hoy d¨ªa, salvando las distancias tecnol¨®gicas, todav¨ªa mantienen el aspecto que pod¨ªa tener aquel en el que naci¨® el cura Santa Cruz: la ganader¨ªa contin¨²a siendo una de las fuentes de ingresos principales, y los prados salpicados de manzanos apenas han variado su fisonom¨ªa y se conservan como en los que se cri¨® el guerrillero carlista. Si Mu?agorri fue un protagonista destacado de la primera contienda carlista, Santa Cruz lo fue de la segunda. Su partida se hizo famosa en todo el territorio vasco, por el que deambul¨® realizando peque?os saltos y manteniendo escaramuzas con las guarniciones isabelinas peor dotadas. Si hay alg¨²n personaje carlista que ha sido denostado sin perd¨®n ¨¦se es Santa Cruz. Como muestra, lo que dijera P¨ªo Baroja de ¨¦l en un peque?o folleto publicado a principios de siglo: "Como cabecilla, como t¨¦cnico de la guerra, fue malo, no tuvo el sentido instintivo y genial de los antiguos guerrilleros espa?oles. ?nicamente se distingui¨® por su crueldad y su fanatismo". Es dif¨ªcil encontrar buenas palabras para este sacerdote que acabar¨ªa su vida de forma pac¨ªfica como misionero jesuita en Am¨¦rica del Sur. Aunque ahora se ha pretendido recuperar su esp¨ªritu rebelde como s¨ªmbolo de un protopatriotismo vasco, lo cierto es que Santa Cruz m¨¢s que nada era un integrista cat¨®lico, que persegu¨ªa con dureza hasta las veleidades amorosas de sus guerrilleros. Iglesia de San Mart¨ªn No ten¨ªa seis a?os el cura Santa Cruz cuando Berastegi y Elduain se separan. Estas dos localidades, vinculadas de siempre a Tolosa y que hab¨ªan visto pasar por su com¨²n camino buena parte del transporte entre la costa y Navarra, decid¨ªan ir cada una por su lado. Las dos, adem¨¢s de ser exponente del mejor paisaje rural vasco, cuentan con enclaves de inter¨¦s. Elduain, la m¨¢s peque?a, tiene en la parroquia de Santa Catalina (con una portada rom¨¢nica y un retablo renacentista), la casa Sorregleta (un palacete que todav¨ªa conserva su calabozo) y la ermita de Santa Cruz (con tallas del g¨®tico primitivo) sus principales hitos. Y en Berastegi, no se puede olvidar la iglesia de San Mart¨ªn, cuya ubicaci¨®n es una de las m¨¢s curiosas de todo el Pa¨ªs Vasco, tal y como est¨¢ alejada del n¨²cleo urbano de la villa, acompa?ada ¨²nicamente de la casa torre de Jauregi. La iglesia de San Mart¨ªn conserva todav¨ªa su portada rom¨¢nica, aunque el resto del templo data del siglo XVI, con un atrio que es uno de los m¨¢s hermosos del Pa¨ªs Vasco, y se levanta, aislada, como el referente arquitect¨®nico de todo el valle. Pero tanto Elduain como Berastegi tienen en sus alrededores sus principales atractivos: adem¨¢s de su entorno m¨¢s cercano, no hay que perderse los bosques que, despu¨¦s de cruzar la autov¨ªa pol¨¦mica, rodean el cauce del r¨ªo Leizaran.
La cuna de Santa Cruz y Mu?agorriDatos pr¨¢cticos
C¨®mo llegar: La autov¨ªa de Leizar¨¢n (A-15), que une San Sebasti¨¢n y Pamplona, discurre a la vera de las localidades de Elduain y Berastegi, lo que las ha acercado a ambas capitales al mismo tiempo que el valle sufr¨ªa la agresi¨®n de esta infraestructura. Quien no tenga prisas, puede optar por la antigua carretera que discurr¨ªa por el valle, (GI-2130) la que une la localidad guipuzcoana de Tolosa con la navarra de Leitza. Alojamiento: En Berastegi hay dos casas de turismo rural: Baztarretxe (tel. 943 683490) y Trasgu-etxea (943 683429). En la misma comarca, en Gaztelu, se puede acudir a otros tres establecimientos, Iriarte (943 675872), Mikel-enea (943 675840) y Osto-aundi (943 675871). Ya en Tolosa se puede acudir a los hoteles Oria (943 654688), Urrutitxo (943 673822) y Oyarbide (943 670017). Comer: En Berastegi o Elduain, el plato obligado son, sin duda, las alubias de Tolosa. En la primera de las localidades citadas, se pueden degustar en Arregi (943 683059), Konzejo (943 683219) o Kamineros (943 683243). En Elduain, en el bar El Concejo (943 672125). Y en la propia Tolosa, en Hernialde (943 675654), Sausta (943 655453) o Casa Juli¨¢n (943 671417).
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