La moda del mueble de jard¨ªn diezma el bosque de Camboya
Un grupo ecologista destapa los abusos de los importadores asi¨¢ticos de madera
![Gabriela Ca?as](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe2ef923b-1fb5-40d3-a83a-f8e22e6aaa96.png?auth=e38266807565ed5e93a4dcac350ef8ca70270dc6216112a4322580e55d781a8a&width=100&height=100&smart=true)
La fiebre europea por los muebles de jard¨ªn de madera est¨¢ diezmando los bosques tropicales. Pero no todos. La organizaci¨®n Global Witness ha analizado el mercado en expansi¨®n de los vietnamitas y concluye que la v¨ªctima del boom es Camboya, un pa¨ªs debilitado por la guerra y la corrupci¨®n. Los ecologistas aconsejan cerciorarse del origen del mueble antes de comprarlo, pero en Espa?a, y en casi todo el mundo, es imposible observar tal precauci¨®n.
En los ¨²ltimos 30 a?os, el bosque de Camboya ha decrecido desde el 70% de su superficie total hasta el 30%. El Banco Mundial estima que esta materia prima se extinguir¨¢ comercialmente dentro de cuatro a?os. Son datos recogidos en el informe que acaba de publicar la organizaci¨®n ecologista brit¨¢nica Global Witness.Este trabajo denuncia una realidad destapada hace dos a?os por el Gobierno brasile?o y los ecologistas a ra¨ªz de los devastadores incendios amaz¨®nicos. Se detect¨® el largo brazo de los exportadores asi¨¢ticos de madera, que abandonan progresivamente sus propios bosques y se lanzan a la sobreexplotaci¨®n de los ajenos. En este contexto, Camboya, uno de los pa¨ªses m¨¢s d¨¦biles del sureste asi¨¢tico por su conflictividad y corrupci¨®n, es v¨ªctima propiciatoria. Hace un a?o, el World Resource Institute analiz¨® la situaci¨®n de la zona y concluy¨® que la peor es la de Camboya. Ha perdido el 90% de sus bosques originales y est¨¢ amenazado el cien por cien de lo que queda. En Malaisia est¨¢ el 85% perdido y el 48% amenazado. En Indonesia, el 72% frente al 54%.
La madera del bosque camboyano ha sido la moneda de cambio de los jemeres rojos para comprar armas, dice Global Witness, y es explotada por el Ej¨¦rcito y los pol¨ªticos m¨¢s corruptos, que la venden a los pa¨ªses lim¨ªtrofes, a pesar de la prohibici¨®n del Gobierno.
A su costa, dice el informe, se est¨¢ desarrollando la industria vietnamita, cuyos mejores clientes son Europa y Estados Unidos. ?Llega tambi¨¦n a Espa?a? Por supuesto. Una de las empresas exportadoras, la danesa Cattie Europa, SL, que tiene una oficina en Andorra, inform¨® a este peri¨®dico de que vende muebles vietnamitas en Espa?a, que el mercado est¨¢ en expansi¨®n, pero que su madera no es ilegal y que el informe de Global Witness es falso.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Importadores de Madera (AEIM) asegura que la madera que se consume aqu¨ª no es asi¨¢tica. Ni siquiera es teca, aunque se comercialice como tal. Se llama iroko, procede de ?frica (Costa de Marfil y Camer¨²n fundamentalmente) y, dicen, de talas controladas. "Es mejor que la teca, porque es m¨¢s flexible", afirma Jos¨¦ Mas, gerente de La Mas¨ªa de San Miquel, un importante fabricante espa?ol de muebles de exterior.
Jos¨¦ Mas reconoce, como la AEIM, que es imposible saber el origen de la madera que uno compra. Tanto ellos como los ecologistas est¨¢n preocupados por la bajada de precios. Eso quiere decir, seg¨²n Mas, que se est¨¢n talando ¨¢rboles peque?os y que, probablemente, ni siquiera son de teca o iroko. A Mas le preocupa la calidad del producto final. A Greenpeace, la explotaci¨®n incontrolada de bosques y de personas.
En algunos pa¨ªses se ha empezado ya a utilizar la etiqueta ecol¨®gica para comprar s¨®lo lo que uno sabe que ha sido gestionado de manera sostenible, pero a¨²n no ha llegado a Espa?a. De momento, la ¨²nica precauci¨®n posible, seg¨²n Mas, es comprar muebles con etiqueta del fabricante para que, al menos, no le enga?en a uno doblemente.
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