La fiscal¨ªa no encuentra responsabilidad del Gobierno en la 'guerra sucia' en C¨®rcega
Para alivio del Gobierno de Lionel Jospin, la investigaci¨®n judicial abierta por el incendio del restaurante Chez Francis parece abocada a no sobrepasar el ¨¢mbito de C¨®rcega, aunque los magistrados no descartan citar en calidad de testigos a algunos de los consejeros gubernamentales. El ex prefecto de la isla, Bernard Bonnet, detenido como sospechoso de haber ordenado a los gendarmes la destrucci¨®n del local, aparece como el cortafuegos que permitir¨¢ al Ejecutivo salvarse de la quema judicial y de la pol¨ªtica, aunque la oposici¨®n sigue tratando de cobrarse dimisiones.
"En el estado actual de las investigaciones no hay ning¨²n elemento que permita trascender del ¨¢mbito local", ha dicho el propio fiscal de Ajaccio, Jacques Dalles, contrariando, as¨ª, los deseos de una parte de la derecha francesa. Las declaraciones fiscales han sentado tan mal a la oposici¨®n que el juez instructor, Patrice Camberou, se ha sentido obligado a subrayar que llevar¨¢ sus investigaciones hasta el final.Llegado el caso, Bernard Bonnet, preso en la c¨¢rcel parisiense de La Sant¨¦, podr¨ªa revolverse contra el primer ministro, Lionel Jospin, y contra el ministro de Interior, Jean-Pierre Chev¨¨nement, pero despu¨¦s de descartar por escrito toda implicaci¨®n gubernativa y de haber admitido parcialmente su responsabilidad en los hechos, no parece estar en condiciones de atribuir al Ejecutivo la orden de destruir los restaurantes de playa corsos construidos ilegalmente.
La hip¨®tesis, nada gratuita, de que el incendio de Chez Francis estuviera integrado en un plan destinado a desatar una "guerra", t¨¦rmino que en el caso corso hay que tomarlo en un sentido literal, entre los propietarios de los distintos chiringuitos, ha cobrado fuerza con la confesi¨®n del coronel Henri Maz¨¨res. El depuesto jefe de los gendarmes en C¨®rcega ha reconocido haber participado en el incendio, el 7 de marzo ¨²ltimo, del restaurante Aria Marina.
Si el frente judicial est¨¢ remansado, el pol¨ªtico contin¨²a muy activo con una oposici¨®n que no se resigna a que el esc¨¢ndalo se apague sin haberse cobrado algunas dimisiones y sin haber socavado suficientemente la credibilidad de Jospin. Mientras el exministro de Interior Charles Pasqua y la extrema derecha centran sus descalificaciones en el jefe de Gobierno, los conservadores de la Uni¨®n para la Rep¨²blica (RPR) y de la Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF) reclaman ahora las dimisiones de los titulares de Interior, Jean-Pierre Chev¨¨nement, y de Defensa, Alain Richard, haci¨¦ndoles corresponsables de la actuaci¨®n de los gendarmes, un cuerpo que, al igual que la Guardia Civil espa?ola, est¨¢ supeditado a la doble obediencia, civil y militar.
Los frentes de Jospin
Adem¨¢s de hacer frente a los ataques de la oposici¨®n que hoy vuelve a esperarle con la escopeta cargada en la Asamblea, Jospin tendr¨¢ que resta?ar las importantes grietas abiertas en sus relaciones con Chev¨¨nement. Los equipos de Matignon y de Interior se han enzarzado en una batalla soterrada por descargarse de la responsabilidad pol¨ªtica derivada de la calidad y del n¨²mero de contactos mantenidos con Bernard Bonnet en estos 14 meses. Jospin, que ha vivido los acontecimientos como un fracaso propio, aunque inducido por el responsable de Interior, no disimul¨® d¨ªas atr¨¢s su contrariedad cuando Chev¨¨nement le respondi¨® a un diputado que iba a hacerle "tragar sus palabras". Con todo, la amistad que les une desde hace una treintena de a?os y el papel capital que el ministro de Interior juega en el Gobierno invitan a descartar la ruptura.La nueva pol¨ªtica a desarrollar en C¨®rcega para recuperar la credibilidad perdida, sin renunciar al objetivo de restablecer el Estado de derecho, va a requerir grandes dosis de habilidad. El juego va a complicarse notablemente porque las diversas facciones nacionalistas, incluidas las que condenan el terrorismo, est¨¢n dispuestas a unir sus fuerzas y porque la derecha, mayoritaria en la isla, va ponerse al frente de la reivindicaci¨®n de un nuevo estatuto de autonom¨ªa. Jos¨¦ Rossi, presidente de la Asamblea de C¨®rcega y dirigente de Democracia Liberal reclam¨® ayer una autonom¨ªa que preserve "la seguridad, la justicia y la aplicaci¨®n de la ley en el Estado franc¨¦s" y deje en manos corsas el "desarrollo econ¨®mico, social y cultural".
En su toma de posesi¨®n, el nuevo prefecto Jean-Pierre Lacroix, impuesto por Jospin en detrimento del candidato de Chev¨¨nement, mostr¨® ayer en Ajaccio que tiene la lecci¨®n bien aprendida. Los conceptos de di¨¢logo y respecto mutuo impregnaron su discurso, al igual que la idea de normalidad que pretende oponer a la de excepcionalidad impuesta por su predecesor.
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