Guerra por el agua en Teruel

Los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil controlan los trabajos de una pala excavadora que desde el d¨ªa 5 abre zanjas para instalar la tuber¨ªa que llevar¨¢ agua a Estercuel, un municipio de Teruel donde viven unos 400 habitantes. All¨ª demandan un agua mejor porque la que sale de los grifos, procedente del r¨ªo Escuriza, est¨¢ llena de sales y de azufre por culpa de las minas de carb¨®n del pueblo, se quejan los vecinos.Pero el agua que quieren los de Estercuel es la que los de Ca?izar no desean ceder. Los vecinos de Ca?izar, un vergel de 126 habitantes con 26 fuentes y una planta embotelladora en la que se invertir¨¢n m¨¢s de 800 millones de pesetas, repiten de memoria un litigio que tiene el agua como protagonista y que se remonta a 1923. Los de Ca?izar creen que sus vecinos de Estercuel ir¨¢n pidiendo fuente tras fuente hasta dejarles sin su tesoro.

En la plaza de Ca?izar, los hombres toman caf¨¦ y juegan al gui?ote. Cuando se habla de guardias recuerdan que en 1985 la cosa fue peor: "Hubo hasta 350, ahora no llegan a cincuenta, de momento". Entonces tambi¨¦n proteg¨ªan las obras de una fuente que acab¨® en los tribunales. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Arag¨®n puso fin a la resistencia y el agua lleg¨® al pueblo vecino.

Hoy, en Ca?izar son expertos en dos cosas, en pleitos y en sentirse agraviados por el sambenito de insolidarios que, aseguran, les cuelga todo el mundo. El alcalde, Juan Domingo Sancho, del PAR, esgrime actas notariales, denuncias ante los juzgados, contenciosos y razones, dice que de peso, para oponerse a una obra que se llevar¨¢ el agua. La de Las Ventas es la fuente de la discordia. De ella manan, dicen, 40 litros por segundo, y de ellos tres son para los vecinos de Estercuel, a los que la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro les concedi¨®, en junio de 1995, un abastecimiento complementario al que ya tienen de otras dos fuentes cedidas en 1957 y 1985. Pero en Ca?izar recurrieron. El 16 de abril pasado, el TSJA dio v¨ªa libre a la ejecuci¨®n de las obras argumentado los derechos de Estercuel a obtener agua "por afectar al inter¨¦s p¨²blico y general". Las obras de abastecimiento las hace el Gobierno de Arag¨®n, gobernado por el PP y el PAR. Pero los vecinos han vuelto a recurrir; argumentan que los trabajos comenzaron sin que el Ayuntamiento lo supiese y no acatan lo que manda el auto del tribunal. Vista la historia, las autoridades decidieron curarse en salud y enviar a la Guardia Civil a proteger los trabajos y "para dar cumplimiento a una sentencia judicial".

En Estercuel, el alcalde, Francisco Repiso, del PP, comenta desganado: "Quien arregle lo del agua se gana el cielo". Repiso se siente cargado de razones y est¨¢ convencido de que, dada la necesidad, las obras no parar¨¢n, aunque reconoce que el asunto no tiene soluci¨®n. "Mire, aqu¨ª no podemos beber, el agua es mala, as¨ª que...". En Ca?izar remachan que ellos no niegan el agua: "Les damos la que bebemos nosotros", asegura solemne el alcalde, "pero no quieren firmar un convenio que propusimos para construir un dep¨®sito mancomunado, que se abastecer¨ªa de varias fuentes y que mantendr¨ªamos con la tutela de las autoridades". En Estercuel se llevan las manos a la cabeza. "Pero si no quieren firmar ellos", clama un vecino. En Ca?izar, el alcalde y los concejales ense?an las fuentes de anteriores concesiones y aseguran que en Estercuel no las mantienen. En Estercuel lo niegan. Para colmo, en este pleito secular, el Gobierno de Arag¨®n tuvo que reconocer el pasado viernes que hab¨ªa un error en los tr¨¢mites de expropiaci¨®n que hizo el Ayuntamiento de Estercuel y que debe subsanarse. En Ca?izar creen que eso paralizar¨¢ las obras y que los guardias especiales se ir¨¢n del paisaje. De momento, en ese pueblo el sentir es un¨¢nime: "Somos Fuenteovejuna". A nadie parece preocuparle el rosario de pleitos entablados ni su coste. Est¨¢n ufanos de apechugar con ellos. "No faltar¨¢ un duro para ir a los tribunales", asegura el alcalde, que presume de tener 323 millones de presupuesto municipal y con una alt¨ªsima ejecuci¨®n. Estos d¨ªas los juzgados han visto llegar denuncias de vecinos parados por los guardias, se levantan actas notariales y nadie parece poner fin a un litigio que pasa de padres a hijos.