La luz de sincrotr¨®n
El suplemento Futuro del pasado d¨ªa 24 de febrero publicaba una entrevista con el director general de la European Synchrotron Radiation Facility (ESRF), Yves Petroff, quien se pronunciaba sobre la conveniencia de que Espa?a construyera su propia fuente de luz de sincrotr¨®n, manifestando que para ello ser¨ªa necesario que en Espa?a hubiera una comunidad de 400 o 500 usuarios. Arg¨¹¨ªa que, como s¨®lo hay la mitad, no se justificar¨ªa la construcci¨®n. El art¨ªculo acababa con la frase de un responsable de la CICYT que consideraba que "la construcci¨®n de un acelerador propio en Espa?a debe postergarse". Siguiendo esta l¨ªnea argumental, ning¨²n pa¨ªs hubiera construido nunca una fuente de luz de sincrotr¨®n. En el caso del Reino Unido, por ejemplo, el n¨²mero de usuarios en el momento de su construcci¨®n no era superior a dos docenas de personas, que usaban un acelerador de part¨ªculas de forma parasitaria. De la misma manera, se hubiera podido argumentar hace a?os que, como hab¨ªa pocos usuarios espa?oles en la red de autopistas europeas, Espa?a no necesitaba tales infraestructuras. Igual que se ha construido la red de autopistas, Espa?a no puede seguir careciendo de una infraestructura tan b¨¢sica, de la que disponen todos los dem¨¢s pa¨ªses europeos de su calibre.El caso es que en Espa?a hay el proyecto de construir una fuente de luz de sincrotr¨®n y que tenemos identificados, y no pretendemos ser completos, un total de m¨¢s de 80 grupos, que totalizan m¨¢s de 600 usuarios reales o potenciales. El proyecto fue lanzado por el Gobierno de la Generalitat de Catalu?a en enero de 1993, tras el informe de una comisi¨®n ad hoc que estudi¨® su viabilidad. Esta comisi¨®n consult¨® a diversas comunidades cient¨ªficas relacionadas directa o indirectamente con el tema. Todas ellas valoraron muy positivamente la iniciativa. El anuncio de la Generalitat, que desde el inicio consider¨® que se trataba de un proyecto a escala estatal, fue acompa?ado de diversas manifestaciones del entonces ministro de Educaci¨®n y Ciencia de participar en el proyecto. Las actuaciones del Gobierno catal¨¢n se concretaron en la creaci¨®n de una Comisi¨®n Promotora, y ¨¦sta, a su vez, nombr¨® una Comisi¨®n Asesora internacional, formada por expertos europeos en la materia, entre los cuales estaba el doctor Petroff. Dicha Comisi¨®n Asesora ha hecho algunas recomendaciones que nos han sido de gran utilidad, entre las que estaba fomentar el aumento de usuarios espa?oles, pero nunca sugiri¨® que no hab¨ªa necesidad de construir un laboratorio propio. Otra de sus recomendaciones un¨¢nimes fue contratar al actual director del laboratorio, uno de los firmantes del presente art¨ªculo, que desde hace ya unos a?os ha dejado su puesto de director de la fuente brit¨¢nica para dirigir el proyecto espa?ol. Hace varios decenios que la luz de sincrotr¨®n es un instrumento imprescindible en muchas ramas de la ciencia y la tecnolog¨ªa. Cualquier cient¨ªfico que est¨¦ interesado en el an¨¢lisis de la estructura fundamental de la materia, ya sea inorg¨¢nica o biol¨®gica, y que no tenga acceso rutinario y f¨¢cil a una fuente de luz de sincrotr¨®n, estar¨¢ en una clara posici¨®n de desventaja con respecto a sus colegas extranjeros, con los que est¨¢ obligado a competir. Es cierto que algunos usuarios espa?oles tienen acceso a fuentes europeas, e incluso que el CSIC tiene un peque?a participaci¨®n en una fuente de Par¨ªs y que Espa?a se ha comprometido a construir una estaci¨®n experimental en el ESRF. En ambos casos se trata de estaciones de un rango limitado de objetivos que no podr¨¢n cubrir todo el espectro de la demanda.
Lo cierto es que una fuente propia har¨ªa que muchos cient¨ªficos espa?oles abordaran campos de trabajo que ahora no afrontan por los inconvenientes de desplazamiento y de facilidad de acceso. La justificaci¨®n para construir el ESRF fue hacer un gran laboratorio europeo en el que se pudieran llevar a cabo aquellos experimentos que no se pod¨ªan realizar en laboratorios de alcance nacional. De hecho, los pa¨ªses con fuentes nacionales s¨®lo hacen en el ESRF una peque?a parte de sus experimentos y son los que tienen m¨¢s ¨¦xito en la consecuci¨®n de horas de trabajo en la fuente europea. Es un hecho que muchos usuarios espa?oles han dejado de solicitar tiempo de trabajo en Grenoble despu¨¦s de que sus propuestas fueran rechazadas. Para romper este c¨ªrculo vicioso, la ¨²nica soluci¨®n es poner a la comunidad de usuarios espa?ola en una situaci¨®n equiparable a la de sus colegas extranjeros.
Otro aspecto que se toca en la entrevista es el de los retornos. Como nuestras empresas no desarrollan productos para grandes proyectos propios, se encuentran en inferioridad de condiciones al competir con empresas de otros pa¨ªses, que adquieren tecnolog¨ªas en sus laboratorios nacionales. De hecho, s¨®lo con la construcci¨®n de algunos prototipos para nuestro futuro acelerador, algunas empresas espa?olas ya han mejorado sus perspectivas de negocio en el mercado internacional. Mientras nuestras empresas no adquieran el know how, cosa que sucede siempre cerca de las grandes instalaciones nacionales, el mantener un nivel aceptable de retornos ser¨¢, como hasta ahora, algo inestable y fruto de delicados equilibrios.
No afirmamos que una fuente de luz de sincrotr¨®n sea la primera prioridad entre las grandes infraestructuras cient¨ªfico-tecnol¨®gicas de las que Espa?a carece. Lo que s¨ª afirmamos es que una fuente de luz de sincrotr¨®n est¨¢ en las primeras prioridades de todos los pa¨ªses moderadamente avanzados. Sin querer ser completos, digamos que Alemania est¨¢ construyendo su quinta; Suecia, su segunda; Brasil ya tiene una, como Taiwan, Corea y Dinamarca; Italia ha puesto en marcha una nueva, y el Reino Unido va a sustituir la suya, como espera hacerlo Francia. Recientemente, la Fundaci¨®n Europea de la Ciencia ha realizado un informe en el que recomienda incrementar las disponibilidades europeas de luz de sincrotr¨®n para atender las cada vez mayores necesidades en biolog¨ªa estructural. En tal informe hay un mapa en el que se ve que por debajo de la l¨ªnea Par¨ªs-Trieste s¨®lo hay la fuente de Grenoble, que es "supranacional". Un punto del mapa se?ala el proyecto de Barcelona, cuya construcci¨®n se recomienda expl¨ªcitamente en el estudio, tanto por razones cient¨ªficas como de equilibrio territorial.
En estos a?os, en Barcelona, con la financiaci¨®n de la Generalitat y de la CICYT, se ha formado por primera vez un grupo de gente experta en aceleradores; se ha realizado un dise?o detallado de una fuente de luz de sincrotr¨®n en funci¨®n de las necesidades expresadas por los futuros usuarios en una encuesta realizada; empresas espa?olas han construido los prototipos m¨¢s importantes. Desde la finalizaci¨®n de esta fase del proyecto, a comienzos de 1998, est¨¢ en manos de los pol¨ªticos responsables la decisi¨®n de si se abandona el esfuerzo realizado o si se da luz verde a un proyecto que cubrir¨ªa una parte importante de nuestro d¨¦ficit en grandes infraestructuras tecnol¨®gicas. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que las fuentes de luz de sincrotr¨®n no se compran, se construyen: si nuestro proyecto tuviera luz verde hoy mismo, dif¨ªcilmente estar¨ªa en funcionamiento antes del 2004. ?Es que nuestra ciencia a¨²n ser¨¢ entonces tan pobre y poco competitiva como para no necesitar las herramientas con las que s¨ª cuentan nuestros competidores?
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