Contra la rutina del penado

En el concierto celebrado ayer en el m¨®dulo de cumplimiento de la prisi¨®n de Picassent, El Vampi reivindic¨® su condici¨®n de estrella local. No es que los penados menospreciaran al grupo alicantino M¨¦todo Milton y al setabense Big Score, finalistas el pasado a?o del Circuit rock, organizado por el Institut Valenci¨¤ de la Joventut (Ivaj), entidad promotora de la iniciativa Rock en la prisi¨®n junto a R¨¤dio 9; al contrario, disfrutaron con la m¨²sica de estas j¨®venes formaciones, sobre todo cuando las bater¨ªas sonaban con estr¨¦pito y los int¨¦rpretes respond¨ªan a la demanda de "ca?a, ca?a" que surg¨ªa, pu?os en alto, de entre el p¨²blico. Pero El Vampi es uno de los penados de cumplimiento m¨¢s populares. "Se hace con el personal porque tiene don de palabra y las canciones hablan del talego; f¨ªjate en las letras", comenta F¨¦lix, que lleva "180 millones de segundos" en la prisi¨®n. El Vampi sube al escenario, mientras el p¨²blico corea su nombre. M¨¢s tarde har¨¢ lo mismo con el estribillo de la canci¨®n Monoton¨ªa del preso: "Otro d¨ªa m¨¢s, otro d¨ªa igual, otro d¨ªa m¨¢s". La guitarra ac¨²stica da paso a todo el grupo Ma.Ha.Tu., formado por internos, y la voz ya quebrada de El Vampi se rompe en mil pedazos por toda la sala. "S¨ª, s¨ª, me gustan Rosendo, Extremoduro...", explica el preso antes de ir al recuento. La formaci¨®n de la c¨¢rcel ha logrado caldear m¨¢s el ambiente que en el concierto del pasado a?o. Los presos agradecen la iniciativa, principalmente porque se "rompe la monoton¨ªa", como dice uno de ellos, confinado en el m¨®dulo 4, el mixto. Junto a ¨¦l, su mujer dice estar "cagadita" por el temor de que las c¨¢maras de televisi¨®n la enfoquen. Duermen en celdas separadas, pero durante el d¨ªa hacen vida de pareja. Otro matrimonio reclama que se potencien los m¨®dulos de este tipo. Ellos lo pasaron muy mal cada uno en c¨¢rceles distintas de Madrid. Desde que conviven en Picassent, la mujer asegura haber "engordado 10 kilos". No todos los presos huyen de las c¨¢maras. Los hay que intentan llamar su atenci¨®n y los que, impert¨¦rritos, no mueven una facci¨®n de su rostro, ocultos bajo las gafas de sol, pese a que el acto se celebra en una sala cerrada. Fin del concierto. Los directores del Ivaj y de la prisi¨®n, Chimo Lanuza y Jos¨¦ Pardo, respectivamente, destacan la necesidad de relacionar la sociedad de fuera con la de dentro y de romper la monoton¨ªa.