Borrell renuncia como candidato por el esc¨¢ndalo de sus ex colaboradores
La ejecutiva del PSOE propondr¨¢ al comit¨¦ federal un l¨ªder electoral tras los comicios del 13-J
Tras doce meses y veinte d¨ªas como cabeza de cartel del PSOE, Jos¨¦ Borrell opt¨® ayer por renunciar a ser quien desde el primer partido de la oposici¨®n dispute la Presidencia del Gobierno a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. En su inesperada decisi¨®n, que deja en manos de la ejecutiva federal el reto de tener que elegir un nuevo candidato inmediatamente despu¨¦s de las elecciones del 13 de junio, ha pesado su inter¨¦s en no perjudicar al partido por el esc¨¢ndalo de sus ex colaboradores en Hacienda Jos¨¦ Mar¨ªa Huguet y Ernesto de Aguiar, investigados por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n al haber ocultado 470 millones de pesetas al fisco.
Borrell renuncia a representar a los socialistas como candidato a la Presidencia del Gobierno despu¨¦s de que la militancia le eligiera el 24 de abril de 1998, en un proceso de elecciones primarias en el que compet¨ªa con el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, quien ayer se manifestaba "muy afectado". El ya ex candidato no ha podido superar el quebranto personal y pol¨ªtico que arrastraba desde hace un mes, cuando se supo que sus dos ex colaboradores y amigos habr¨ªan cometido, al menos, un delito de fraude fiscal.
La marcha de Borrell fue acogida con estupor y desconcierto en la filas del PSOE, pero tambi¨¦n desencaden¨® una avalancha de elogios por la honestidad de la decisi¨®n y por el ejemplo que supone para otros partidos. En este ambiente, la ejecutiva federal decid¨ªa descartar las precipitaciones y esperar a que pasen las elecciones municipales, auton¨®micas y europeas del 13 de junio para hace ruso de la facultad que tiene, prevista en el Reglamento de las Elecciones Primarias, para proponer al nuevo cabeza de lista. El comit¨¦ federal tendr¨¢ que apoyar o desestimar la propuesta, a la que presumiblemente se llegar¨¢ sin necesidad de un congreso extraordinario.
Estado de ¨¢nimo
Este nuevo terremoto pol¨ªtico en el PSOE viene precedido de un clamor sobre el bajo estado de ¨¢nimo en el que se encontraba inmerso el candidato. Una situaci¨®n que hab¨ªa llevado el lunes pasado a los miembros de la ejecutiva federal y al entorno m¨¢s pr¨®ximo del candidato a insistir en brindarle todo su apoyo. "Borrell es y ser¨¢ el candidato", proclam¨® aquel d¨ªa Almunia, quien a?adi¨® un desconcertante "salvo causa de fuerza mayor". "Soy un corredor de fondo", enfatiz¨® el mi¨¦rcoles el propio Borrell en el Congreso de los Diputados.
Ayer su discurso era distinto. "Soy un corredor de fondo, pero llegar a la meta no es el ¨²nico objetivo. O no deber¨ªa serlo llegar a ella de cualquier manera. Para los socialistas, el tiempo, los hechos y las conductas confirman o desmienten nuestra credibilidad, y no cabe otra regia de conducta". Con este pre¨¢mbulo, el candidato anunciaba su renuncia a los medios de comunicaci¨®n convocados a las 13.30 en la sede federal del PSOE de Madrid.
"No he cometido ning¨²n delito, pero s¨ª quiz¨¢s algunos errores, y de ellos respondo. El cumplimiento estricto de la legalidad no puede ser un refugio para la duda sobre mi comportamiento ¨¦tico o moral. No tengo nada que reprocharme. Pero no quiero que ni un solo voto, ni una sola voluntad progresista, se pueda ver empe?ada porque yo no sepa tomar la decisi¨®n adecua da".
Su alocuci¨®n, sin opci¨®n de que los periodistas pudieran formularle ninguna pregunta, hab¨ªa empezado a las 13.40 y diez minutos despu¨¦s pronunciaba la frase que casi nadie en su partido quer¨ªa escuchar. "Quiero anunciar que renuncio a representar al partido socialista como candidato a la Presidencia del Gobierno en las pr¨®ximas elecciones generales". Lo dijo despacio, con una sonrisa triste, aunque con apariencia de tranquilidad. Sus ¨²ltimas palabras fueron para ponerse a disposici¨®n de los candidatos municipales, auton¨®micos y europeos en las elecciones del 13 de junio, para lo que quieran hasta esa fecha y para despu¨¦s.
La causa ¨²ltima de la dimisi¨®n de Borrell ha sido las irregularidades financieras cometidas por sus ex colaboradores y amigos Huguet y De Aguiar. Cuando tuvo conocimiento de ellas, hace un mes, ya coment¨® a los dirigentes de su partido que el da?o era tremendo por cuanto que parte de su discurso se podr¨ªa haber truncado y porque la frase favorita de los socialistas, relativa a los beneficios obtenidos por "los amigos de Aznar", estaba ya vetada.
La ex esposa
Por si fuera poco, hace escasos d¨ªas hab¨ªa empezado a trascender en el partido la posibilidad de que la ex esposa de Borrell, Carolina Mayeur, tuviera alguna relaci¨®n financiera con ambos ex altos cargos de Hacienda. El candidato reconoci¨® entonces a algunos dirigentes que su ex esposa hab¨ªa invertido de forma legal un mill¨®n de pesetas, obteniendo unas plusval¨ªas de 120.000 pesetas. Los datos eran insignificantes, inocuos y, sobre todo legales, pero Borrell se ve¨ªa venir una dura campa?a en su contra en v¨ªsperas de las elecciones del 13 de junio.
Entre los colaboradores de Borrell hab¨ªa empezado a cundir el pesimismo sobre las posibilidades que, en ese escenario, el candidato ten¨ªa para hacerse o¨ªr en t¨¦rminos pol¨ªticos. Ayer, al inicio de su intervenci¨®n de despedida se apreci¨® un reproche contenido a los medios de comunicaci¨®n. "Muchas gracias por estar aqu¨ª, nunca me hab¨ªan prestado tanta atenci¨®n y les agradezco la de hoy y la de antes".
El discurso de seis folios que ley¨® Borrell no pretend¨ªa ser un testamento pol¨ªtico ni un ataque a sus adversarios. Pero s¨ª un alegato a los principios ¨¦ticos que siempre han guiado su actuaci¨®n. En la abarrotada sala de prensa estaban muchos empleados del partido y la mayor¨ªa de sus colaboradores. A los miembros de la ejecutiva les hab¨ªa visto antes para anticiparles su decisi¨®n irrevocable. El primero al que Borrell vio fue el secretario general, Joaqu¨ªn Almunia.
La renuncia les cogi¨® a todos por sorpresa, ya que el an¨¢lisis que se hac¨ªan en el partido era que, en el peor de los casos, de persistir en el des¨¢nimo, Borrell no arrojar¨ªa la toalla antes del 13 de junio.
Los numerosos pronunciamientos p¨²blicos de los integrantes de la ejecutiva en apoyo del candidato no sirvieron para hacerle cambiar de opini¨®n. Felipe Gonz¨¢lez, ex presidente del Gobierno, quiz¨¢ dio la clave de la situaci¨®n cuando el lunes afirm¨® que, si bien ¨¦l no ve¨ªa razones para que Borrell se sintiera "tocado pol¨ªticamente", entend¨ªa que, en todo caso, ¨¦sa era una cuesti¨®n "de sentimiento personal" de la competencia exclusiva de Borrell.
Gonz¨¢lez y Borrell hab¨ªan estado almorzando juntos, a solas, unos d¨ªas antes y quiz¨¢ el ex presidente pudo calibrar entonces la hondura del pesar del candidato, con quien siempre hab¨ªa contado en sus Gobiernos.
Borrell se remont¨® ayer a esa etapa, en la que surgieron los casos de esc¨¢ndalo m¨¢s notables del PSOE, para recordar que en aquellas fechas se les reproch¨® no responder con prontitud en la condena de los comportamientos irregulares. "S¨¦ bien que no se utiliza la misma yana de medir para todos, pero me enorgullezco de pertenecer a un proyecto al que se exige m¨¢s que a ning¨²n otro". "Prefiero pecar de exceso que por defecto, y no podr¨ªa soportar que, por tibieza, nadie, ning¨²n militante o simpatizante socialista, se vea obligado a dar explicaciones que s¨®lo yo debo dar. No soportar¨ªa pensar que por no tomar una decisi¨®n radical, alguien pudiera perder su confianza en el proyecto de progreso que encarnamos los socialistas".
Encuesta de la ejecutiva
Mucho llevaba ya soportado desde que emprendi¨® la aventura de las elecciones primarias. En primer lugar las dificultades con el propio aparato del partido. Despu¨¦s, un traspi¨¦ en el debate del estado de la naci¨®n frente a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y a partir de ah¨ª una dura estrategia del PP que decidi¨® dar por sentado que hab¨ªa que tratarle como un pol¨ªtico debilitado. Seguramente Borrell conoce la encuesta que la ejecutiva guarda bajo siete llaves y de la que s¨®lo se sabe que la intenci¨®n de voto est¨¢ muy por debajo de lo que result¨® en las elecciones generales del 96.
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