Amberes rescata el esp¨ªritu barroco de Van Dyck en su centenario
El programa se inicia en la ciudad con exposiciones de pinturas, dibujos y grabados
El autorretrato de Antonio Van Dyck (1599-1641) con un girasol y una cadena de oro es la imagen de los actos conmemorativos del cuarto centenario del nacimiento del pintor flamenco en Amberes. La ciudad abri¨® ayer el programa con exposiciones en diversos museos que recogen su trabajo como pintor, grabador y dibujante.
La retrospectiva de Van Dyck, abierta en el Museo Real de Bellas Artes de Amberes hasta el 15 de agosto, se inicia con la primera obra del pintor, un autorretrato a los 14 a?os. "Es un alarde de originalidad y talento. Es un pintor nato y lo sabe". Los comentarios en los auriculares coinciden con los primeros elogios a un artista que pese al dominio de Rubens logra figurar como uno de los grandes retratistas del siglo XVII, con su esp¨ªritu barroco y contrarreformista.La exposici¨®n, con un centenar de obras, que en septiembre se podr¨¢ ver en la Real Academia de Londres, tiene un recorrido cronol¨®gico con los distintos lugares donde estuvo el artista. El montaje, en salas con luz natural y artificial, con colores grises, azules y tejas, mezcla los motivos mitol¨®gicos e hist¨®ricos con los retratos. Amberes y la primera estancia en Londres figuran en las primeras salas, como asistente en el taller de Rubens y fascinado por Tiziano. Aqu¨ª se encuentra Los desposorios m¨ªsticos de santa Catalina, una de las dos obras que ha prestado el Museo del Prado, que sus nuevas salas de pintura flamenca tiene 18 cuadros, la mayor¨ªa retratos y religiosos.
Los siguientes espacios cuelgan las obras hechas en Italia entre 1621 y 1627, sobre todo en G¨¦nova, donde se convirti¨® en el retratista favorito de la aristocracia, aunque tambi¨¦n visit¨® Venecia, donde pudo admirar a los maestros del XVI, Mil¨¢n, Roma y Palermo. M¨¢s adelante permanece en Amberes, donde realiza cuadros en iglesias y conventos en el esp¨ªritu de la contrarreforma al unir la b¨²squeda de la emoci¨®n religiosa y la teatralidad. Tambi¨¦n visita la corte de La Haya.
En un lugar destacado est¨¢ el autorretrato del pintor con Endymion Porter, colaborador personal de Carlos I, el otro pr¨¦stamo del Prado, elogiado por el comisario de la muestra, Christopher Brown, en la presentaci¨®n a los medios de comunicaci¨®n. La ¨²ltima etapa del montaje se dedica a Londres, entre 1632 y 1641, a?o de su muerte en Blackfriars. Su tumba en la catedral de San Pablo desapareci¨® en el incendio de 1666.
El Van Dyck grabador se puede seguir en el Museo Plantin-Moretus, una casa y talleres donde se detiene la vida de un impresor del siglo XVI. Una parte de sus fondos se expusieron hace cuatro a?os en la Fundaci¨®n Carlos de Amberes de Madrid. En las distintas estancias se han situado los procesos de elaboraci¨®n de las estampas, en diversas t¨¦cnicas, a partir de los dibujos y experimentos del pintor. Naturaleza
Los dibujos y acuarelas se han reunido en la Casa de Rubens (Rubenshuis), donde por primera vez se exponen 25 de los 29 dibujos de naturaleza que se han conservado. Son los primeros estudios de ¨¢rboles, plantas y paisajes, "de una originalidad sorprendente, ejecutados con frescura y delicadeza", seg¨²n el comisario, Martin Royalton-Kisch, para quien su influencia en los paisajistas ingleses llega hasta el XIX.
El a?o Van Dyck tiene un amplio programa, con un presupuesto de 600 millones de pesetas, donde predominan las exposiciones. El turismo cultural aportar¨¢ 300.000 visitantes a la de Bellas Artes y 150.000 a cada una de las otras, seg¨²n las previsiones. El nombre de Van Dyck se convierte en Antoon, Anton, Antonio o Sir Anthony y su apellido suena como van dek o van deic. Adem¨¢s de los museos se puede encontrar en las banderolas, en una marca de cerveza y en la moda de los nuevos dise?adores.
La ciudad de Amberes tambi¨¦n propone una ruta por los lugares del artista, desde la plaza Mayor -el ayuntamiento tiene en su fachada el escudo de FelipeII- y su casa natal, que se recuerda con una l¨¢pida entre dos ventanas de una helader¨ªa. En esta parte se conserva el trazado urbano y unos callejones del siglo XVII, ahora con restaurantes. La visita contin¨²a por la iglesia de San Carlos Borromeo -donde intervino en las 39 pinturas que se encargaron a Rubens, destruidas por un incendio-; la casa de Nicol¨¢s Rocockx, alcalde de Amberes, ejemplo de vivienda de la aristocracia; la iglesia de San Pablo, y la Academia de Bellas Artes, que difundi¨® el trabajo de Van Dyck.
Este fin de semana se inauguran tambi¨¦n las muestras dedicada a la plater¨ªa del siglo XVII, en el Museo Provincial Sterckshof-Zilvercentrum, con 80 piezas de artistas contempor¨¢neos; la repercusi¨®n en el romanticismo del siglo XIX (Hessenhuis), y las esculturas del japon¨¦s Enku (Museo Etnogr¨¢fico).
En los pr¨®ximos meses se abrir¨¢n en Amberes otras sobre la imagen de los soberanos desde Van Dyck, el barroco y las joyas -en la ciudad del diamante- y aspectos m¨¢s contempor¨¢neos, como las esculturas de Henry Moore. En Espa?a se podr¨¢ ver a Van Dyck junto a Vel¨¢zquez y Rubens, en diciembre, en el Museo del Prado, en una exposici¨®n que prepara el historiador Jonathan Brown.
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