Expertos ingleses descalifican un estudio contrario a los transg¨¦nicos

El estudio del investigador brit¨¢nico Arpad Pusztai sobre los efectos nocivos de los alimentos modificados gen¨¦ticamente -que desat¨® en agosto pasado el temor en el Reino Unido al anunciar problemas de salud en ratones que hab¨ªan comido patatas transg¨¦nicas- "estaba mal formulado y ejecutado y no debe sacarse conclusi¨®n alguna de sus resultados". As¨ª lo afirmaron ayer seis expertos en nutrici¨®n y toxicolog¨ªa invitados por el Gobierno laborista a revisar las notas de su colega.La declaraci¨®n del grupo cient¨ªfico, nombrado por la prestigiosa Royal Society of Science, llega 24 horas despu¨¦s de que la Asociaci¨®n M¨¦dica Brit¨¢nica pidiera una moratoria indefinida en la siembra de cultivos modificados gen¨¦ticamente, hasta estar seguros de sus consecuencias para la salud y el medio ambiente.

Los ratones de Pusztai comieron muestras de una patata modificada para producir un insecticida natural. Seg¨²n sus notas, los roedores tuvieron problemas org¨¢nicos y de crecimiento, y su sistema inmune se vio perturbado. El investigador, que aire¨® su hallazgo en la BBC, perdi¨® poco despu¨¦s su empleo en el Instituto Rowett de Aberdeen (Escocia). Rechazado por sus superiores, sufri¨® un ataque al coraz¨®n mientras solicitaba una revisi¨®n independiente del estudio.

Abrumado por la inmediata y contundente respuesta ciudadana, que pidi¨® m¨¢s informaci¨®n acerca de los alimentos transg¨¦nicos, el Gobierno encarg¨® a la Royal Society el env¨ªo del trabajo de Pusztai a un grupo de cient¨ªficos independientes. Seg¨²n estos ¨²ltimos, las patatas empleadas por su colega no estaban pensadas para el consumo humano. Las pruebas de su laboratorio, adem¨¢s, son escasas y carecen de valor cient¨ªfico. "No puede concluirse, por tanto, que ingerir alimentos transg¨¦nicos da?e la salud", aseguraron.

Con calma

Con algo m¨¢s de tranquilidad, el Gobierno de Tony Blair se apresur¨® a recordar ayer que son sus propios expertos quienes analizan con rigor los efectos de estos productos en las personas. "Ahora que sabemos que no pueden sacarse conclusiones negativas, lo mejor es seguir investigando con calma", dijo Jack Cunningham, que ejerce las funciones de un ministro de la presidencia.

Para los ecologistas, las palabras de los cient¨ªficos contrarios al trabajo de Pusztai no despejar¨¢n las dudas ciudadanas. Aseguran que los transg¨¦nicos ya est¨¢n muy extendidos en las estanter¨ªas de las tiendas, y ponen un ejemplo. Seg¨²n ellos, el 15% de la cosecha completa de soja recogida en 1998 en Estados Unidos era transg¨¦nica. Como la soja es de uso corriente, es posible que la gen¨¦ticamente tratada forme parte de la composici¨®n de hasta un 60% de los productos de un supermercado ordinario. Esto preocupa tambi¨¦n a la Asociaci¨®n M¨¦dica, que intenta, con sus argumentos, evitar un desastre sanitario a largo plazo.