La Duma confirma a Stepashin como primer ministro y cierra la ¨²ltima crisis pol¨ªtica rusa
Todo un r¨¦cord. En ocho d¨ªas se han resuelto dos graves crisis pol¨ªticas en Rusia, y ambas con el mismo vencedor: Bor¨ªs Yeltsin. El mi¨¦rcoles de la semana pasada, el presidente destitu¨ªa a su primer ministro, Yevgueni Primakov, que le hac¨ªa demasiada sombra, y propon¨ªa como relevo al general y ministro del Interior, Sergu¨¦i Stepashin. Al d¨ªa siguiente se iniciaba el juicio en la Duma que concluy¨® el s¨¢bado con la absoluci¨®n del l¨ªder del Kremlin, aunque m¨¢s de la mitad de los diputados vot¨® contra ¨¦l por traidor y genocida. Y ayer mismo, a la primera, los diputados, por abrumadora mayor¨ªa (301 contra 55), daban su visto bueno al nuevo jefe de Gobierno, que gana fuerza para las presidenciales del 2000 como delf¨ªn de Yeltsin. Ayer, para mostrar su talante democr¨¢tico, Stepashin dijo: "No soy Pinochet".
No hubo defensas encendidas de las virtudes democr¨¢ticas, la experiencia ministerial o la capacidad de gesti¨®n de Stepashin. Mucho menos hubo palabras a favor de Yeltsin, que le propuso. En las intervenciones de los diversos portavoces, los sentimientos predominantes fueron la frustraci¨®n y hasta la ira por tener que someterse al capricho del presidente para evitar males peores y escenarios de desestabilizaci¨®n que hagan tambalearse un sistema formalmente democr¨¢tico. Vlad¨ªmir Rizhkov, l¨ªder del grupo de Nuestra Casa es Rusia, el partido de V¨ªktor Chernomirdin, estableci¨® un claro paralelismo entre la situaci¨®n actual y la de comienzos de siglo, que degener¨® en la revoluci¨®n de febrero de 1917 (que derrib¨® el zarismo) y la bolchevique de octubre de ese mismo a?o. Entonces y ahora, se?al¨®, el zar (el presidente) destitu¨ªa Gobiernos a su antojo y amenazaba a una Duma rebelde. Nicol¨¢s II la disolvi¨®. Yeltsin ha permitido que se crea que estaba dispuesto a hacer lo mismo.El liberal Grigori Yavlinski, que dio libertad de voto a su gente, admit¨ªa que, aunque Stepashin no era el candidato ideal, cualquier otro ser¨ªa a¨²n peor. Y los comunistas y sus aliados, que ten¨ªan la llave del resultado, renunciaban a plantar batalla por temor a que un rechazo llevase a Yeltsin a proponer a alguien inaceptable y forzar la disoluci¨®n de la Duma.
El l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov, se?alaba que ya hay una lucha por las carteras clave entre dos grupos de presi¨®n, el de Anatoli Chub¨¢is y el del magnate Bor¨ªs Berezovski, que hace unas semanas estaba pr¨®fugo de la justicia y hoy vuelve a jugar a ser el Rasput¨ªn de Yeltsin. Seg¨²n Ziug¨¢nov, la capacidad de maniobra de Stepashin es muy limitada: si se sale del gui¨®n que le marque Bor¨ªs Berezovski, ¨¦ste se deshar¨¢ de ¨¦l, como hizo con Primakov, pese a la estabilidad pol¨ªtica que marc¨® su breve mandato y a su enorme popularidad, o a causa de ella. Pese a todo, lo que m¨¢s preocupa a los comunistas es que se llegue a las legislativas de diciembre sin ninguna maniobra que comprometa sus grandes posibilidades de seguir siendo el principal partido de la Duma.
Peque?os detalles
As¨ª que los diputados, a rega?adientes, votaron por Stepashin, olvidando "peque?os detalles", como su responsabilidad en la guerra de Chechenia (una de las causas del juicio a Yeltsin), o su reconocido perfil de hombre fiel al l¨ªder del Kremlin, que se ha apoyado en ¨¦l para dar a entender, sin decirlo, que podr¨ªa saltarse la Constituci¨®n si la Duma le plantase cara. Ayer mismo, el a¨²n candidato a primer ministro aseguraba: "Nunca me permitir¨¦ traicionar al presidente bajo la presi¨®n de las circunstancias".
Pese a todo, Stepashin se present¨® en la C¨¢mara con su m¨¢s civil y elegante traje de dem¨®crata, prometiendo que no tomar¨¢ ninguna medida anticonstitucional ni promulgar¨¢ el estado de emergencia. "Hay quien me compara con Pinochet", se?al¨®. "No. No soy el general Pinochet. Mi nombre es Stepashin".
El hombre que Yeltsin se ha sacado de la manga para eliminar a un buen primer ministro prometi¨® completar en una semana un Gobierno de profesionales para sacar al pa¨ªs de la crisis, luchar de forma implacable contra la corrupci¨®n, proteger a los inversores y utilizar bien la ayuda exterior.
Una de sus prioridades en la Duma ser¨¢ la aprobaci¨®n del paquete legislativo exigido por el Fondo Monetario Internacional para desbloquear un pr¨¦stamo de m¨¢s de 600.000 millones de pesetas. Antes de la sesi¨®n de ayer, ya hab¨ªa advertido de que, llegado el caso, estaba dispuesto a presentar por este tema una moci¨®n de confianza.
Entretanto, Yeltsin, culpable de todo este embrollo, desahuciado pol¨ªticamente (y casi f¨ªsicamente) hace unos meses, y otra vez en la cresta de la ola, constata satisfecho que sigue siendo la ¨²nica vara de medir el poder en este gigantesco pa¨ªs.
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